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Bancos siguen recomendaciones para proteger a adultos mayores del fraude

Las medidas se enfocan en prevenir el abuso financiero.

Hombre mayor sentado frente a una computadora sosteniendo un teléfono y unos papeles - Bancos reciben recomendaciones para proteger a personas mayores

Shutterstock

In English |  Las estadísticas no son nada alentadoras, y se pronostica que empeorarán a medida que envejece la generación de los baby boomers.

Casi una de cada cinco personas mayores de 65 años en Estados Unidos dicen que han sido víctimas de la explotación financiera, según una encuesta publicada esta semana por el Investor Protection Trust, una organización sin fines de lucro. Y los cálculos de las pérdidas totales anuales que padecen estos consumidores mayores varían desde $2.9 mil millones ($2.9 billion) hasta cerca de $36.5 mil millones ($36.5 billion).

Para combatir esta situación, la Consumer Financial Protection Bureau (CFPB, Oficina para la Protección Financiera del Consumidor) publicó recomendaciones sobre los pasos que los bancos y las cooperativas de crédito pueden tomar para prevenir el abuso financiero.

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“Las instituciones financieras están en muy buena posición para asumir este papel y prevenir este tipo de fraude”, dice Richard Cordray, director de la CFPB. “En parte es debido a que conocen bien a sus clientes y a menudo tienen más oportunidades para relacionarse con los consumidores mayores cara a cara cuando ellos realizan transacciones. Además se encuentran en una posición singular para detectar si alguien ha intentado o logrado engañar a un cuentahabiente de mayor edad. Y cuando identifican problemas, se encuentran en posición de hacer algo al respecto”.

Los siguientes son algunos de los pasos que pueden tomar las instituciones, según la CFPB:

  • Capacitar a los empleados para prevenir y detectar la explotación, y denunciar los casos a las autoridades estatales, locales o federales sin demoras.
  • Desarrollar relaciones con las autoridades encargadas del orden público y los Servicios de Protección de Adultos.
  • Permitir que los clientes nombren a una persona de confianza con la cual la institución puede comunicarse y compartir información sobre la cuenta si se sospecha que hay abuso financiero.
  • Ofrecer “cuentas de conveniencia” que les permiten a los clientes agregar a una persona a su cuenta solo para que realice transacciones a su nombre, tales como pagar facturas. La persona agregada no es titular de la cuenta, a diferencia de una cuenta conjunta. El riesgo de las cuentas conjuntas es que la persona que se agrega puede gastar todo el dinero o sus acreedores pueden reclamarlo.
  • Permitir que los clientes le den a una persona de confianza acceso de solo lectura a una cuenta para monitorearla, a fin de identificar las actividades sospechosas.
  • Expandir el uso de la tecnología para detectar la explotación de clientes mayores. Las instituciones ya usan tecnología para descubrir actividades sospechosas, tales como el lavado de dinero.
  • Proporcionar información a los consumidores sobre cómo planificar para cuando no sean capaces de tomar decisiones financieras.

Naomi Karp, asesora principal de política en la Office of Older Americans (Oficina para Estadounidenses Mayores) de la CFPB, dice que la agencia se puso en contacto con bancos y cooperativas de crédito grandes y pequeños, asociaciones comerciales, autoridades encargadas del orden público y Servicios de Protección de Adultos antes de elaborar sus recomendaciones.

“Descubrimos que todas las instituciones con las que conversamos son conscientes del problema”, dice Karp. “Se preocupan por sus cuentahabientes de mayor edad, pero ellos en realidad cubren todo el espectro en relación con la solidez de sus enfoques”.

Algunos bancos grandes cuentan con equipos dedicados a abordar este tipo de fraude, mientras que las instituciones más pequeñas han utilizado enfoques creativos, según Karp. Por ejemplo, un banco pequeño en Texas tiene un programa contra los estafadores que capacita a los cajeros para detectar el fraude y luego los reconoce ampliamente dentro del banco cuando “atrapan a un ladrón” o protegen a un cuentahabiente de mayor edad, dice.

Sin embargo, Karp agrega que servicios tales como el acceso de solo lectura a los estados de cuenta y las cuentas de conveniencia no están generalizados.

Jilenne Gunther, directora del proyecto BankSafe de AARP, dice que la CFPB describe muchas prácticas prometedoras.

“Si las instituciones financieras desean luchar contra la explotación, en realidad tienen muchas cosas que pueden analizar para ver lo que quieren incorporar”, dice Gunther. “Creemos que existe una gran justificación económica para eso. Cuatro de cada cinco personas mayores de 50 años desean que sus bancos las protejan contra la explotación”.

AARP ha luchado para que se proporcione una mejor capacitación a los empleados de las instituciones financieras a fin de detectar y prevenir la explotación financiera de los clientes —algo que también desean la mayoría de los clientes encuestados—.