Daniel Alarcón, un escritor entre dos mundos
El autor habla de Radio Ambulante, su proyecto radial para darles una voz a los latinos.
A los 20 años, con la ayuda de un diccionario y el libro de Gabriel García Márquez El amor en los tiempos del cólera, Daniel Alarcón, nacido en Perú, empezó a recuperar su idioma natal.
Durante su niñez y adolescencia en Alabama, el español se le había hecho “irrelevante”, dice, pero al mudarse a Nueva York para estudiar antropología en la Columbia University se dio cuenta de su importancia y decidió recuperarlo.
Alarcón, quien ha sido nombrado por la influyente revista The New Yorker como uno de los talentos jóvenes más prometedores de Estados Unidos, tiene 36 años y es perfectamente bilingüe y bicultural. Vive en San Francisco, pero viaja a Perú regularmente. Escribe sus novelas en inglés —acaba de publicar la segunda, At Night We Walk in Circles, que saldrá en español en la primavera del 2014— y a la vez es uno de los fundadores y el productor ejecutivo de Radio Ambulante, un proyecto de podcast para contar historias de América Latina a una audiencia internacional.
“Lo increíble es que nadie lo había hecho hasta ahora”, dice Alarcón.
Alarcón y su equipo lograron lanzar el proyecto hace dos años, con $46,000 recaudados en una campaña de Kickstarter, un sitio web para financiar proyectos mediante donaciones. La mayor parte del dinero se recaudó en América Latina —principalmente en Perú y Colombia— y en Estados Unidos. Luego, han continuado a través de donaciones personales y de fundaciones.
Las historias de Radio Ambulante son, como los libros de Alarcón, adictivas y hechiceras. La mayoría transcurren en Latinoamérica, pero uno de sus episodios más populares, Un mundo ideal, relata la deportación de un inmigrante mexicano desde EE.UU.
Los temas son diversos y las historias no suelen superar los 15 minutos. Un programa describe la fuga de una mujer de una cárcel uruguaya en 1971, contada por su hijo, que la entrevista. Otra emisión cuenta la historia de un diseñador de juegos de computadora que utiliza sus experiencias como hijo de un hombre alcohólico y violento para crear juegos donde los niños se enfrentan a un monstruo. La más reciente, narrada por el escritor mexicano Yuri Herrera, es sobre una misteriosa mujer que anda matando a choferes de autobús en Ciudad Juárez.
El programa tiene más de 400,000 seguidores en la plataforma SoundCloud, donde se pueden oír sus emisiones. Algunas emisoras en México, Argentina, Estados Unidos y Colombia transmiten la programación de Radio Ambulante, pero la audiencia está, fundamentalmente, en línea. Casi la mitad de ella proviene de EE.UU. y un cuarto es de Latinoamérica.
La semilla de la idea de Radio Ambulante fue sembrada en Perú, luego de la publicación de su primera novela, Radio ciudad perdida, en el 2007, cuando la BBC de Londres lo contrató para que hiciera un reportaje desde Lima. Le gustó la experiencia de entrevistar, reportar, encontrar, y grabar voces que resumieran la historia de muchos; en este caso, la migración andina a Lima.
Sin embargo, cuando la grabación llegó a Londres, las voces en español fueron eliminadas, dándole prioridad a las voces en inglés.
“Entendí la decisión por razones estéticas, pero me pareció frustrante porque una historia peruana se debe contar en español o en quechua”, dice Alarcón, que escribe en inglés porque fue educado en ese idioma, pese a que no descarta el reto de escribir una novela en español.
Alarcón guardó aquella experiencia hasta el momento oportuno. En el 2011, él y su esposa, Carolina Guerrero, quien ejerce como directora ejecutiva de Radio Ambulante, se pusieron a pensar en un proyecto en el que pudieran trabajar juntos. Era importante, les pareció, narrar las experiencias de Latinoamérica desde una perspectiva latinoamericana, aunque su modelo fuera un programa This American Life de National Public Radio (NPR).
Como ninguno de los dos era periodista, ni sabía cómo hacer radio, tuvieron que asesorarse. Alarcón empezó por averiguar qué tipo de micrófono debía comprar.
Mientras tanto, trabajaba en su novela.
“Yo tengo como tres o cuatro full times”, dice. “No me puedo dar el lujo de enfocarme en una sola cosa”.
Y he ahí partió de su dilema. Como todo escritor, Alarcón contaba con un número limitado de horas útiles al día, lo que él llama “horas de máxima producción intelectual”. Para él son seis. Si le dedica tres a Radio Ambulante, son tres menos que tiene para escribir. “Soy un escritor con un hábito radial”, dice.
Su interés por la radio viene de familia. Su padre, médico de profesión, trabajó en la radio de joven, narrando partidos de fútbol. Recuerda que cuando era pequeño, su familia hacía grabaciones, como si fuesen piezas de radio, y enviaban el casete a la familia en Perú, donde un tío trabajaba en la radio y una prima también. Las experiencias de esa prima, en una zona rural de Perú, fueron fuente de inspiración para Radio Ciudad Perdida.
Perú sigue nutriendo su trabajo. Va con frecuencia, dice, porque lo necesita para empaparse de ese ambiente. No siente la necesidad de escoger entre sus mundos ni de definirse de una manera —estadounidense o peruano— que excluya a la otra.
“Vivo en dos mundos”, dice. “No se puede contar una historia desde afuera. Nuestra mirada tiene que ser siempre nativa”.
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