Vida Sana
Jean Hanson necesitaba una nueva cadera. Después de años de enseñar Educación Física y de surcar pistas de esquí por todo el mundo, la residente de Sedona, Arizona, sentía tanto dolor que necesitaba un andador ortopédico para moverse. Finalmente decidió someterse a una cirugía en la Mayo Clinic de Phoenix, pero se encontró con un pequeño problema: los médicos del lugar no la operarían a menos que ella dejara de fumar.
Resulta que los fumadores presentan el doble del riesgo que los no fumadores de sufrir un ataque cardíaco, derrame cerebral u otra complicación severa durante o inmediatamente después de una cirugía. Incluso el dejar de fumar por algunas pocas semanas puede marcar una diferencia fundamental. “Para nosotros no tiene sentido someterte a una operación seria si sabemos que vas a tener los peores resultados posibles”, dice Tom Varghese, cirujano torácico y director médico de Strong for Surgery, una campaña de salud pública diseñada para optimizar el estado de salud del paciente prequirúrgico.
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Ciertamente, si bien la habilidad del cirujano es un factor importante para determinar qué tan bien te irá durante y después de la cirugía, tus propias acciones importan más de lo que tú crees. Esto es lo que tienes que hacer.
1. Hazte un análisis de sangre
El tener un nivel elevado de azúcar en sangre durante una cirugía cuadruplica el riesgo de muerte durante una operación de corazón, y triplica el riesgo de que se infecte la herida. Increíblemente, la cuarta parte de los pacientes sometidos a cirugías sin un diagnóstico previo de diabetes presentan un alto nivel de azúcar en sangre el día de la operación, según un estudio del 2011 publicado en la revista Nutrition. Si tienes programada una cirugía, asegúrate de pedirle a tu médico que prevea una prueba de glucosa en sangre en ayunas.
2. Deja el cigarrillo
La nicotina y otros componentes que se encuentran en el humo del tabaco contraen los vasos sanguíneos pequeños, lo cual aumenta el riesgo de infarto durante la cirugía y restringe el flujo sanguíneo necesario para la cicatrización de las heridas. Pero si un fumador deja de fumar apenas un mes antes de ser operado, presentará resultados similares a los de alguien que nunca fumó, señala Varghese. Sin embargo, el fumar tan solo un cigarrillo antes de una cirugía puede aumentar la presión sanguínea y reducir el suministro de oxígeno a órganos vitales.
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