Vida Sana
Carbohidratos vs. proteínas
Las dietas donde se elimina o se restringe el consumo de harinas se han vuelto muy populares. Según sus defensores, las harinas y otros carbohidratos son los alimentos que más favorecen el aumento de peso, por lo que deben ser eliminados de la dieta y ser reemplazados por grasas y proteínas. Pero, ¿qué efectos negativos se pueden producir en la salud de una persona que ingiere muy poco o nada de carbohidratos?
Cansancio y fatiga
El combustible que usan las células para funcionar es el azúcar que proviene de los carbohidratos. El hígado tiene una reserva “de emergencia” llamada glucógeno, que se agota en solo 24 horas después de dejar de consumir carbohidratos. La necesidad de azúcar se satisface entonces a partir de la grasa corporal y las proteínas de los músculos, proceso alternativo que produce sustancias químicas llamadas cetonas que causan cansancio, dolor de cabeza, nauseas y vómitos.
Deficiencia de vitaminas y minerales
Los carbohidratos están presentes en una gran variedad de alimentos que también son fuente de otros nutrientes. Por eso, no es raro que las dietas bajas o muy bajas en harinas conduzcan a deficiencias de fibras, tiamina, folatos, vitaminas A, E, B6, calcio, magnesio, hierro y potasio. Y al reemplazar los carbohidratos con grasas y proteínas, el exceso de estos alimentos causa aumento en los niveles de los triglicéridos y el acido úrico.
Poca tolerancia al ejercicio
Durante el ejercicio, el organismo —especialmente los músculos— necesitan abundante azúcar para su funcionamiento. La ausencia de azúcares en la dieta hace que esa sustancia se obtenga directamente del tejido muscular, con lo que se acumulan sustancias ácidas como cetonas y ácidos grasos, las cuales hacen que se produzca excesiva fatiga y debilidad muscular. La persona no puede entonces completar la actividad física para mantener un peso saludable.
Mayor riesgo de diabetes
Al ingerir alimentos, el páncreas produce insulina para facilitar el uso del azúcar de la comida. Los defensores de las dietas bajas en carbohidratos piensan que esa secreción de insulina causa la obesidad. Lo cierto es que las grasas y las proteínas promueven una mayor secreción de insulina por parte del páncreas. Esto provoca un estado llamado “de resistencia a la insulina”, el cual puede favorecer el desarrollo de diabetes.
Complicaciones cardíacas
Debido a que estas dietas son usualmente altas en grasas, uno de sus efectos es el aumento del colesterol malo y del colesterol total, y una disminución del colesterol bueno. Todo esto favorece al desarrollo de la arterioesclerosis. Algunos estudios han demostrado una mayor susceptibilidad a sufrir arritmias cardiacas y otros prueban que la fuerza muscular del corazón es menor, al dejar de consumir carbohidratos.