Cuando los proveedores de cuidados de salud compiten
Una empresa en línea permite a médicos e instituciones médicas competir por los pacientes. ¿Será positivo para el consumidor?
In English l Después de cuatro debilitadores meses con muletas, Vicki Burns supo que necesitaba un reemplazo de cadera total.
Como no tenía seguro médico, esta residente de Mesilla Park, Nuevo México, de 62 años de edad, supo que iba a tener que ingeniárselas.
Llamó a un cirujano ortopédico y le preguntó cuánto saldría el procedimiento en efectivo, y recibió una cotización “razonable” para su cirugía ortopédica, comenta. Pero cuando un hospital le cotizó el precio al contado en $45,000 por una estadía de dos días en un cuarto sin ningún otro servicio, se rehusó.
Entonces, el marido de Vicki, Jim, un quiropráctico retirado, encontró MediBid.com (en inglés), un servicio en línea donde médicos e instituciones médicas pueden competir por los pacientes. Los pacientes pagan $25 por una “solicitud” médica o pueden presentar solicitudes ilimitadas por $4.95 por mes durante un período de 12 meses.
Burns presentó su “solicitud de atención”, privada y segura, y dentro de las 24 horas obtuvo dos respuestas: una de un cirujano de la India y otra del Dr. Jaron Andersen, de Glendale, California. Luego de revisar en el sitio la preparación y experiencia de Andersen, Burns aceptó su oferta de $13,490 para realizar la cirugía de cadera, formulada específicamente para ella. El costo incluía el centro quirúrgico, el anestesiólogo, los exámenes de laboratorio, las radiografías e incluso las visitas del médico a domicilio durante la estadía en el hotel para estadías prolongadas donde Burns pasó dos semanas en recuperación.
“Nos trató como si fuéramos su familia”, explicó Burns. Y agregó que volvería a hacer todo tal cual lo hizo.
Llegó el momento
“Las empresas de todo el mundo se valen de una licitación o una solicitud de cotización para obtener servicios y hacer rendir al máximo su dinero”, afirma Chris Hobbs, director financiero de MediBid. “Cuando el paciente empieza a comportarse como consumidor, los precios bajan. Los pacientes suelen preguntarles a los médicos: ‘¿Está usted en la red del plan?’, pero no cuánto cuesta un procedimiento”.
La empresa es pequeña, pero “crece exponencialmente” desde que fue fundada en el 2010, afirma Hobbs. “Es una buena idea que debería haber surgido hace mucho tiempo y no lo hizo, probablemente porque una serie de actores del ámbito del cuidado de salud se benefician de la falta de transparencia y el mantenimiento del statu quo. Cualquier consumidor que pague en efectivo puede hacer lo que nosotros hacemos —llamar a médicos y hospitales y obtener precios—, pero nosotros lo tornamos más fácil”.
El efectivo también es decisivo según el Dr. Keith Smith, director médico del Surgery Center of Oklahoma (Centro Quirúrgico de Oklahoma), institución que se autodescribe como “partidaria del libre mercado, de exhibir los precios, de vanguardia, homologada y propiedad de un cuerpo médico multidisciplinario”. El Dr. Smith publica precios en línea para que todos puedan verlos y, además, participa en MediBid. Cree que, junto con la atención de salud basada en el consumidor, llegó el momento de hacerlo.
“Vamos a ver una demanda enorme al respecto”, afirma. “A medida que las personas sin cobertura o con deducibles altos gasten más dinero, no tengo dudas de que preguntarán por los precios con anticipación mientras aprenden a reconocer el valor de un médico o un hospital. MediBid le abre los ojos a la gente y les muestra que es hora de competir y de demostrar la propia valía mediante la combinación adecuada de precio y calidad”.
Esos dos factores seguirán siendo temas candentes en el ámbito del cuidado de la salud, afirma Robert S. Huckman, profesor de administración de empresas en la Harvard Business School y experto en el sistema de prestación de atención de salud. “La teoría que subyace a modelos tales como MediBid y la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio radica en que necesitamos más competencia entre los profesionales de la salud”.
Si bien las decisiones del consumidor pueden reducirse al precio, la calidad es sumamente importante para el paciente, afirma, y transmitir en línea información sobre calidad puede resultar más difícil, por lo menos al principio.
La Affordable Care Act (ACA, Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio) promueve la integración general de la atención de los prestadores de salud con miras a lograr una mejor gestión del costo de ese cuidado y evitar la duplicación, explica. Por su parte, el paciente que recibe ofertas por servicios individuales de diferentes prestadores puede “recortar la atención en pedacitos”. Por otro lado, este tipo de sistema puede enfocarse más en los procedimientos que en el cuidado preventivo, cuando enfocarse en esto último es algo que distingue a la ACA.
La competencia escribe el libreto
Otra empresa que aprovecha las posibilidades en línea es BidRx.com (en inglés). Fundada en el 2007, BidRx es el único servicio de este tipo que proporciona lo que su socio denomina “un mercado abierto, competitivo y transparente, con un sistema de subasta instantánea”. El consumidor se beneficia a partir de la “competencia cara a cara” entre miles de farmacias y compañías farmacéuticas, afirma Tom Kellenberger, doctor en farmacia.
“BidRx no solo ayuda a la gente a informarse sobre los precios de los medicamentos en farmacias competitivas, sino que también informa acerca de medicamentos alternativos de la misma clase que, creemos, tendrán los mismos resultados que el medicamento cuyo nombre se ingresó en línea”, explica Kellenberger.
Stephanie Stephens es escritora independiente de AARP Media.
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