8 enfermedades tratables que se asemejan a la demencia
¿Preocupado por la falta de memoria? Puede ser un problema que ni te esperabas.
In English l Cuando los titulares anuncian con bombos y platillos los crecientes índices de la enfermedad de Alzheimer, es fácil caer en la angustiante sensación de que una taza de café fuera de su lugar o ropa olvidada en la tintorería podrían significar que tú —o tu ser querido— están perdiendo agudeza mental o, peor aún, cayendo inevitablemente en la demencia.
Pero deberías saber que más de 100 trastornos —desde los efectos colaterales de un medicamento hasta las infecciones del tracto urinario— pueden disparar síntomas que semejan los de la demencia. “Algunas de estas enfermedades no son graves, pero a menudo pasan inadvertidas o se diagnostican mal en las personas mayores”, explica P. Murali Doraiswamy, coautor de The Alzheimer's Action Plan (Plan de Acción contra el Alzheimer) y jefe de psiquiatría biológica del Duke University Medical Center. “Si se tratan lo suficientemente temprano, pueden ser reversibles”.
A continuación, enumeramos ocho trastornos comunes que pueden enmascararse como demencia y ofrecemos información sobre qué puede hacerse al respecto.
1. ¿Podría tratarse de hidrocefalia de presión normal (NPH)?
Milton Newman sabía que algo estaba mal. Durante más de 33 años tuvo un próspero consultorio odontológico en Peekskill, Nueva York. Pero en el transcurso de unos 15 años, su memoria se tornó borrosa y su capacidad para realizar simples cosas en el hogar se deterioró a tal punto que su esposa, Phyllis, temía dejarlo solo en casa. “Fue un período terrible”, comenta Newman. “Era un vegetal”.
Consultó con varios especialistas y se sometió a una batería de análisis, pero nadie pudo hallar qué era lo que estaba mal. “Todos decían que era el principio de la enfermedad de Alzheimer”, explica Phyllis. Recién cuando la pareja vendió su casa y se mudó a Arizona conocieron a un nuevo médico que identificó lo que realmente ocurría. Su problema no era la enfermedad de Alzheimer sino hidrocefalia de presión normal, y era, en gran medida, reversible.
Después de la operación, en la que se colocó una derivación o "shunt" permanente en su cerebro, Newman empezó a sentirse como antes. “Fue un verdadero milagro”, afirma Phyllis. “Supe que lo había recuperado”. Desde entonces, la pareja se ha mudado de Arizona a Florida para estar más cerca de sus nietos, y celebró el 61.° aniversario de bodas en diciembre.
Por qué ocurre: Los síntomas de Newman fueron causados por una acumulación gradual de líquido cefalorraquídeo en el cerebro. Con el tiempo, la inflamación y presión resultantes pueden dañar el tejido cerebral.
El síntoma que suele percibirse primero es una alteración característica en el andar. “Las personas caminan lentamente arrastrando los pies, con sus piernas bien separadas para mantener el equilibrio”, indica Richard B. Lipton, director de la división de envejecimiento cognitivo y demencia del Montefiore Medical Center, en el Bronx, Nueva York. Otros indicios: problemas de pensamiento y memoria, falta de concentración e incontinencia urinaria o necesidad de orinar con frecuencia.
Qué hacer ahora: Consulta con un neurólogo acerca de la conveniencia de elaborar un historial físico y médico exhaustivo. Una tomografía computarizada, resonancia magnética o punción lumbar podrían verificar el diagnóstico. Colocar una derivación en tu cerebro puede drenar el fluido y suele corregir la situación.
2. ¿Podría ser tu medicamento?
Durante casi treinta años, Sidney Watson, de 72 años, de Griffin, Georgia, tomó una larga lista de medicamentos. Algunos bajaban su hipertensión, calmaban su asma y aliviaban el dolor provocado por la osteoporosis; otros aplacaban su depresión, cada vez más profunda. Se los había recetado su médico de cabecera desde hacía mucho tiempo y, como buena paciente que era, los tomaba todos.
“Pero cada vez me sentía peor, no mejor”, recuerda Watson. “Tenía serios mareos, perdía el equilibrio y una vez no pude encontrar la oficina de correos”. Cada vez que veía al médico de cabecera, este le decía: “Probemos esto”, y le extendía una nueva receta. Para el momento en que fue remitida a Armon B. Neel Jr., farmacéutico geriátrico y experto en medicamentos para AARP, tomaba 17 fármacos diferentes.
“No me sorprendió que estuviera tan enferma”, comenta Neel. “Nadie se había molestado en verificar qué estaba tomando, mucho menos cómo interactuaba cada medicamento con los demás”. Hoy, Watson toma cinco píldoras por día —dos son vitaminas— y se siente mucho mejor. “El Dr. Neel me ayudó a ver que el médico estaba tratando la enfermedad, no al paciente”, explicó. “Nunca volveré a tomar otro medicamento sin antes hacer muchas preguntas”.
Por qué ocurre: Debido a que el cuerpo metaboliza y elimina los medicamentos menos eficientemente a medida que envejecemos, los fármacos pueden acumularse y provocar deficiencias de memoria y otros efectos colaterales que semejan mucho la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.
Qué hacer ahora: Dile a tu médico todos los medicamentos que tomas, incluidos los suplementos. Si desarrollas síntomas molestos al empezar a tomar un medicamento, podría tratarse de una reacción adversa. No te limites a dejar de tomar tus medicinas; consulta con tu médico acerca de las opciones disponibles. La American Geriatrics Society (Sociedad Estadounidense de Geriatría) publica los Criterios de Beers, un listado de medicamentos que los adultos mayores deberían usar con precaución o evitar.
3. ¿Podría tratarse de depresión u otro trastorno de la salud mental?
“La depresión, ya sea provocada o exacerbada por el estrés o la ansiedad, es una enfermedad grave que afecta el humor, la memoria, el razonamiento y el comportamiento, en especial en las personas mayores”, explica Lipton.
Por qué ocurre: Cuando alguien está deprimido, se ven afectadas regiones del cerebro cruciales para la memoria, el pensamiento, el humor, el sueño y el apetito, indica Majid Fotuhi, fundador del NeurExpand Brain Center, de Columbia, Maryland. ¿Cómo distinguirla? Una persona deprimida expresará tristeza y dirá: “No sé qué me ocurre” o “No puedo concentrarme”. Alguien con depresión vinculada al Alzheimer tal vez no se dé cuenta de que tiene problemas de memoria y podría no querer empezar nuevas actividades, pero no necesariamente se sentirá triste.
Qué hacer ahora: Que un psiquiatra, neurólogo o gerontólogo afiliado a una clínica de trastornos de memoria o un centro médico importante te examine para detectar signos de depresión. La depresión no es algo que puedas “sacarte de encima”, pero puede ser tratada con éxito con medicamentos, ejercicio regular, terapia cognitiva y técnicas para reducir el estrés, como la meditación, el yoga o la oración.
4. ¿Podría ser una infección del tracto urinario?
Las infecciones del tracto urinario (UTI, por sus siglas en inglés) a menudo pasan inadvertidas en las personas mayores, porque estas rara vez presentan los típicos síntomas de fiebre alta o dolor. Sí pueden presentar, en cambio, problemas de memoria, confusión, delirio, somnolencia, agitación e, incluso, alucinaciones.
Esto es lo que le ocurrió a Dorothy McGlinn, de 80 años de edad, quien reside en el área de Chicago. Una mañana, su esposo observó que hablaba de una manera rara. Durante la semana siguiente, empezó a hablar sin sentido alguno. Estaba muy dolorida, no podía levantarse de la cama y parecía empeorar minuto a minuto, por lo que su esposo la llevó de urgencia al hospital. “Cuando llegué al hospital, no me reconocía”, comenta su hija, Mary Meyer. “Estábamos en estado de pánico”. Tuvieron suerte. Los médicos pronto se dieron cuenta de que Dorothy padecía una UTI. Se le administró un antibiótico y mejoró drásticamente en 24 horas.
Por qué ocurre: A raíz del debilitamiento general de su sistema inmune y la debilidad de los músculos de la vejiga, puede ocurrir que las personas mayores no vacíen por completo sus vejigas. A medida que se retiene más orina, pueden acumularse bacterias en la vejiga hasta terminar en infecciones que interfieren con la capacidad cerebral para enviar y recibir señales. La confusión y el delirio tal vez sean los únicos signos de infección en las personas mayores. En tanto la demencia es un cambio a menudo largo y progresivo, los cambios mentales que conlleva la infección del tracto urinario suceden con rapidez y “suelen resolverse por completo con tratamiento”, explica Tomas Griebling, vicepresidente del departamento de urología de la University of Kansas School of Medicine.
Qué hacer ahora: La mayoría de las infecciones del tracto urinario fácilmente pueden tratarse con antibióticos, abundante líquido, una dieta sana y descanso.
5. ¿Podría ser la tiroides?
Según la American Thyroid Association (Asociación Estadounidense de la Tiroides), casi 30 millones de personas (la mayoría mayores de 50 años) padecen de enfermedad tiroidea, y la mitad de ellas ni siquiera lo saben. Se sienten flojas, deprimidas, olvidadizas y ansiosas.
Por qué ocurre: La tiroides, una pequeña glándula con forma de mariposa asentada sobre la tráquea inferior, segrega hormonas que mantienen todos los sistemas del cuerpo en buen funcionamiento. “Los trastornos de la tiroides se desarrollan lentamente, lo que constituye una de las razones por la que los síntomas a menudo se confunden con el envejecimiento normal”, afirma Borna Bonakdarpour, profesor de Neurología en la Feinberg School of Medicine de la Northwestern University e investigador en su Centro de Neurología Cognitiva y Alzheimer. Un exceso o deficiencia de segregación de la hormona tiroides puede disparar síntomas semejantes a la demencia.
Qué hacer ahora: Consulta con tu médico clínico o con un endocrinólogo sobre la conveniencia de realizar un simple análisis de sangre para medir los niveles de la tiroides. Los problemas de la tiroides en general pueden tratarse bien con medicamentos, pero en ocasiones exigen cirugía.
6. ¿Podría tratarse de una deficiencia de vitamina B-12?
Esta vitamina esencial —necesaria para el desarrollo de glóbulos rojos y blancos— se halla en productos de origen animal, como la carne, el pollo, los huevos y la leche. A menos que seas vegetariano desde hace mucho tiempo, es probable que obtengas lo suficiente de tu dieta. Sin embargo, algunas personas, a medida que envejecen, pierden la capacidad de absorber la vitamina B-12, trastorno al que se conoce como anemia perniciosa. El resultado: daño nervioso como entumecimiento u hormigueo en manos y pies, confusión, alteraciones en la personalidad, irritabilidad, depresión y olvidos.
Por qué ocurre: La anemia perniciosa es una deficiencia autoinmune que se desarrolla cuando el estómago deja de producir la sustancia necesaria para absorber adecuadamente las vitaminas B.
Qué hacer ahora: Considera con tu médico la conveniencia de realizarte un examen físico completo y análisis de sangre. Contrariamente a lo que ocurre con otras anemias, la anemia perniciosa no responde al hierro. Sin embargo, en la mayoría de las personas, el problema se corrige con un suplemento de vitamina B-12 por vía oral o inyectable, una vez por mes.
7. ¿Podría ser diabetes?
Según la American Diabetes Association (Asociación Estadounidense de Diabetes), el 25% de los estadounidenses mayores de 60 años presentan diabetes.
Por qué ocurre: Tu cuerpo necesita una cierta cantidad de glucosa (azúcar) para mantener los vasos sanguíneos en buen funcionamiento. Un exceso o deficiencia de glucosa dañan los vasos sanguíneos del cerebro, despojándolos de la energía necesaria para crear nuevas neuronas. El resultado: problemas de memoria, confusión, irritabilidad, falta de atención.
Qué hacer ahora: El poder revertir los síntomas cognitivos vinculados a la diabetes dependerá de cuán grave la enfermedad haya afectado el cerebro. “Por eso es tan importante detectarla temprano o, ante todo, prevenirla”, explica Doraiswamy, del Duke University Medical Center. Si tienes diabetes, es fundamental que monitorees cuidadosamente tus niveles de azúcar en sangre y que te inyectes insulina. Perder peso, hacer ejercicio y mantener una dieta saludable puede cambiar mucho las cosas.
8. ¿Podría estar relacionada con el alcohol?
“El consumo excesivo de alcohol, incluso por borracheras durante un corto período en tu juventud, destruye las células cerebrales en áreas críticas de la memoria, el pensamiento, la toma de decisiones y el equilibrio”, afirma Fotuhi.
Por qué ocurre: Además de destruir las células cerebrales, beber en exceso también puede llevar a una dieta poco saludable que prive al cerebro de nutrientes esenciales, como la tiamina (vitamina B-1). Una deficiencia grave de tiamina también puede conducir al síndrome de Wernicke-Korsakoff (WKS, por sus siglas en inglés), un trastorno crónico de la memoria que se caracteriza por la confusión, pérdida de memoria, hostilidad y agitación.
Qué hacer ahora: Dependiendo del daño, en ocasiones los efectos de largo plazo del consumo excesivo de alcohol pueden revertirse. El WKS puede tratarse con una terapia de reemplazo de tiamina. Si sospechas que puedes tener problemas de memoria relacionados con el alcohol, busca ayuda para mantenerte sobrio.
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