La nueva cara del hambre
Millones de personas mayores en Estados Unidos tienen dificultades para consumir los alimentos adecuados.
In English | Vivimos en un país que desecha entre el 30 y el 40% de su suministro de alimentos, una abundancia con un valor estimado de $162 mil millones. Sin embargo, millones de personas no siempre están seguras de que van a consumir suficientes alimentos completos y nutritivos.
Los expertos describen a estas personas como víctimas de "inseguridad alimentaria", y sus filas incluyen a unos 10 millones de personas de 50 años o más, una cifra que casi se ha duplicado desde el 2001.
Es un problema asombroso y complejo que ha estimulado la búsqueda de nuevos enfoques que aborden las causas profundas del hambre. "La respuesta natural y humana es, 'Bueno, si alguien tiene hambre, tienes que darle de comer'", dice Jim Lutzweiler, jefe de los programas de impacto contra el hambre para AARP Foundation. "Pero eso en realidad no contribuye en nada a aumentar la seguridad alimentaria de las personas en el largo plazo. Necesitamos una nueva fórmula".
Las raíces del problema
Las personas no pueden costearlo
Una asombrosa encuesta de Gallup indica que 1 de cada 6 personas en EE. UU. dijo que en ciertos momentos en el último año no tuvo los medios para comprar alimentos. El afiliado promedio de SNAP recibe tan solo $127 al mes; ni siquiera tres cuartas partes de lo que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos calcula que es el costo mínimo para un mes de alimentos saludables.
No tienen acceso
Cerca de 23.5 millones de personas viven en lugares identificados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) como "desiertos de alimentos"; áreas con acceso limitado o nulo a frutas y verduras frescas y otros alimentos nutritivos. Tales áreas se asocian generalmente con ciudades del interior económicamente deprimidas, dice Mari Gallagher, experta en salud y acceso a los alimentos con sede en Chicago, pero las zonas rurales sufren también.
No compran alimentos sanos
Con demasiada frecuencia, los compradores de bajos ingresos tienen que conformarse con los alimentos más baratos que encuentren, no entienden cómo comprar los alimentos más saludables y no se dan cuenta de la enorme importancia para su salud, dice Anita Anim, dietista para una tienda ShopRite, de Brown, en Filadelfia.
Los esfuerzos de larga data para combatir el hambre se han centrado en dar de comer; un acto puramente de caridad. Feeding America, por ejemplo, proporcionó 3.7 mil millones de comidas el año pasado a través de su red de bancos de alimentos y comedores de beneficencia en todo el país. Y AARP Foundation acaba de terminar el quinto año de la campaña Drive to End Hunger (Carrera contra el hambre), la cual ha proporcionado 34 millones de comidas a adultos mayores y de bajos ingresos en Estados Unidos.
Los nuevos esfuerzos van más allá de ver el hambre como un problema de salud. "Nada es más importante para la salud de las personas que la alimentación", dice la presidenta de AARP Foundation Lisa Marsh Ryerson. "Las consecuencias de una mala nutrición son devastadoras". Los adultos mayores que sufren de inseguridad alimentaria tienen una probabilidad del 60% de padecer de depresión y más del 50% de sufrir un ataque al corazón.
Los nuevos aliados en la lucha contra el hambre provienen de la industria del cuidado de la salud, agencias gubernamentales y organizaciones sin fines de lucro como AARP y AARP Foundation. Y están acompañados por miembros de la cadena agroalimentaria, desde agricultores hasta las principales cadenas de supermercados. Atif Bostic, director ejecutivo de Uplift Solutions, una entidad sin fines de lucro, que ayuda a que se abran tiendas de comestibles en áreas de bajos ingresos, dice que tales colaboraciones son provechosas para todos. "Los clientes tienen acceso a alimentos asequibles, saludables y la tienda se convierte en una parte esencial y rentable de la comunidad".
Ryerson añade: "Vamos a ampliar el círculo de colaboración para identificar e implementar soluciones reales. Esta es una tierra de abundancia; nadie debería tener que pasar hambre".
Los avances en la inseguridad alimentaria
Una serie de programas tienen como objetivo dar a las personas de bajos ingresos mejores oportunidades para consumir alimentos saludables
En algunos supermercados Kroger en Tennessee y Misisipi —estados que tienen algunos de los índices más altos de inseguridad alimentaria— los clientes que utilizan una tarjeta SNAP para comprar $10 en frutas y verduras frescas reciben un cupón para un descuento del 50% en su próxima compra de frutas y verduras frescas en la tienda. A través del programa, llamado Fre$h Savings, los participantes también pueden obtener hasta $10 en vales para frutas y verduras frescas cuando utilizan sus fondos de SNAP en ciertos mercados agrícolas del área. AARP Foundation y UnitedHealthcare colaboraron en el programa.
Como complemento al programa Fre$h Savings, AARP Foundation introdujo un programa de visitas de tiendas de comestibles para ayudar a los clientes mayores a elegir alimentos más saludables y hacer la compra ciñéndose a un presupuesto, empezando con ciertas tiendas Kroger en Tennessee y Misisipi.
Tres súper tiendas Brown de servicio completo en la región de Filadelfia, que operan bajo el nombre de ShopRite, sirven como centros comunitarios, y dos de estas se encuentran en anteriores desiertos alimentarios. Cuentan con un nutricionista o dietista, clínica de salud y una estación que ofrece ayuda con las solicitudes de ayuda del gobierno, todo dentro del mismo local. También cuentan con una cooperativa de crédito y salas de reuniones públicas. AARP Foundation está apoyando el desarrollo de estos servicios en las tres tiendas.
Para ayudar a los pacientes que padecen inseguridad alimentaria a aprender sobre la alimentación nutritiva, los profesionales de la salud dan una "receta" para frutas y verduras, a veces acompañada de información sobre nutrición y recetas. Los pacientes también pueden obtener cupones que pueden canjear por frutas y verduras por medio de los beneficios de SNAP en mercados agrícolas y tiendas participantes; y obtener el doble de la cantidad que se podría comprar con cupones de alimentos por sí solos. Wholesome Wave, una organización sin fines de lucro que aboga por el acceso a una mejor alimentación en barrios de bajos ingresos, fue pionera del programa. AARP Foundation está estudiando un programa similar de recetas de alimentos en Filadelfia con UnitedHealthcare, UpLift Solutions y ShopRite, de Brown.
También te puede interesar: