Vida Sana
Las vacaciones perfectas abarcan paisajes de ensueño, una fusión de riqueza cultural e historia con lo mejor del mundo moderno, gastronomía variada y algo de calor humano. Si para conseguirlas tenemos que viajar un poco, sin gastar una fortuna ni cambiar de idioma, las vacaciones perfectas nos llevarán a un paraíso llamado Guatemala.
Llegada…
Llegar a Guatemala es fácil. De Miami, por ejemplo, parten cuatro vuelos diariamente (consulta con tu agencia la aerolínea), a precios que van de $350 a $500. Los vuelos duran menos de tres horas. Los turistas más osados alquilan un auto una vez ponen pies en el país, pero yo sugiero un guía de turismo, quien se encarga del transporte y es más seguro. Dependiendo del destino, cuestan entre $50 y $80 por día, y casi el doble si incluyen el hospedaje.
Primer día: Ciudad de Guatemala
La mayoría que visita Ciudad de Guatemala se concentra en su “Zona Viva”, donde se conglomeran restaurantes, hoteles, bares… Pero la metrópoli más grande de Centroamérica ostenta en muchas zonas su arquitectura precolombina (el Palacio Nacional de la Cultura y la Catedral, por ejemplo) y moderna, como los edificios Europlaza y Banrural o sus hoteles Intercontinental y Radisson Suites.
Segundo día: ¡Vamos a La Antigua Guatemala!
A unos 40 minutos de la capital (en auto) está la ciudad colonial llamada La Antigua Guatemala. Su encanto es tal, que muchos dicen que un viaje a Guatemala no es completo si el visitante no recorre La Antigua y disfruta de una caminata por sus adoquinadas calles ancestrales o se detiene a contemplar las pintorescas casas que la adornan.
En La Antigua Guatemala sobra qué ver
Durante la colonia más de 30 órdenes monásticas construyeron sus iglesias y conventos en La Antigua, custodiadas por tres volcanes. Uno de esos conventos es hoy el hotel Casa Santo Domingo, que contiene una interesante ruta de museos. También se destaca la oferta culinaria de la ciudad en restaurantes como La Fonda de la Calle Real donde te deleitarás con las “delicias chapinas” y una decoración acogedora y típica. Mientras, que en los jardines del Porta Hotel Antigua, se degusta de un menú internacional y típico.
Tercer y cuarto día: De Antigua a Atitlán
Dependiendo del tráfico, uno podría viajar en menos de dos horas de La Antigua al lago de Atitlán, el pintoresco lugar que el explorador norteamericano John L. Stephens describió como: “El espectáculo más maravilloso que hemos visto”. Además de ofrecer una variedad de deportes acuáticos, hay tours por los pueblitos pintorescos que lo rodean.
Compras y paisajes en el cuarto día
Quien va al lago de Atitlán tiene que parar en Panajachel, un pueblo pequeño que se puede recorrer en cuestión de minutos. Pero, ¡ojo!, su calle principal, Santander, tiene tantas muestras de artesanías que puede entretenernos por varias horas. Hay que dejar tiempo para disfrutar de los hoteles, pues maravillas como Tosa La Laguna o Porta Hotel Del Lago ¡merecen disfrutarse bien!