Vida Sana
La mañana en la que escribí esto, había salido a trotar bajo la lluvia.
No fue divertido. Pero le había dicho a mi compañera de ejercicio que me encontraría con ella en una esquina en particular; si yo no aparecía, me iba a estar esperando bajo la lluvia. Así que corrí cuatro millas empapada.
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Gastamos mucho dinero en ejercicio (más de $22,000 millones ($22 billion) en gimnasios en el 2013). Y gran parte de ese dinero se desperdicia. La cinta trotadora en la habitación se convierte en un gran tendedero de ropa. Pagas por un gimnasio al que no vas. ¿Cómo puedes garantizar que tu dinero se invierta bien?
1. Empieza por conocerte
¿Te gusta o evitas la competencia? ¿Eres del tipo activo o pasivo? A estas alturas de tu vida, debería ser fácil responder estas preguntas. Deja que las respuestas te guíen, dice la experta entrenadora de acondicionamiento físico y estilo de vida, Kathy Smith: "Descubre qué te motiva; no solo durante una semana sino de manera permanente".
2. Conviértelo en un ritual
Todos los sábados, mi esposo juega tenis en dobles. El grupo tiene una programación que se establece con anticipación, para que los jugadores sepan quién va a jugar. Al final de la temporada, el que haya ganado el mayor número de partidos, se gana, sí, un trofeo. No es solo un ejercicio; es un ritual. Como resultado, no se siente como un gran esfuerzo. "Si puedes vincular comportamientos saludables a otras cosas que ya valoras, es mucho más fácil sostenerlos", dice James Hill, autor del libro State of Slim (Estado delgado).
3. No te comprometas
Muchas personas se afilian a gimnasios con una membresía anual porque piensan que será más barato que pagar por visita. Sin embargo, no siempre resulta así. En un experimento, se les pidió a las personas que anticiparan la frecuencia con la que irían al gimnasio, y luego se le hizo seguimiento a su comportamiento. Los sujetos fueron al gimnasio con menos frecuencia de la que pensaban que lo harían (y no solo un poco menos; sobreestimaron su asistencia en 200 a 300%). Lección: ya sea que quieras una membresía para un gimnasio o una cinta trotadora, empieza con una prueba. Luego, mantén tus opciones abiertas, dice Smith. Ten algunos DVD para hacer ejercicio en casa por si no te sientes con ánimo de ir al gimnasio.
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