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El mundo de las transacciones bursátiles de alta frecuencia

Brad Katsuyama, protagonista del éxito editorial ‘Flash Boys’, comparte lo que piensa.

Entrevista con Brad Katsuyama

Foto: Bloomberg/Getty Images

Brad Katsuyama: “La sociedad ha cambiado de manera tan dramática que ha dado autonomía al individuo, y la tecnología tiene mucho que ver con eso”.

In English l No parece un revolucionario. Sin embargo, desde una pequeña oficina con vistas a la Zona Cero, el exoperador bursátil Brad Katsuyama, un canadiense de 36 años, está cambiando el sistema de transacciones —un sistema que ha manipulado el mercado de valores—.

Esa fue la provocadora conclusión a la que llegó Katsuyama, quien por entonces trabajaba para el Royal Bank of Canada (RBC) en Nueva York, en el 2008, luego de observar cómo las transacciones de alta frecuencia —un término para la compra y venta computarizadas de productos financieros en cuestión de microsegundos— afectaban los precios. Sus hallazgos fueron el tema de Flash Boys: A Wall Street Revolt (Flash Boys: la revolución de Wall Street contra quienes manipulan el mercado), escrito por Michael Lewis, autor de libros con gran éxito de ventas.

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Katsuyama mismo ha testificado sobre esta práctica ante un subcomité del Senado. En el 2012, con intenciones de tomar medidas contra ese abuso, dejó el Royal Bank of Canada para fundar su propio sistema alternativo de transacciones, IEX. El siguiente es un pasaje editado de una entrevista reciente con él.

P: ¿Cómo pueden las transacciones de alta frecuencia privar a los inversionistas de un precio justo?

R: Cuando emites una orden de compra o venta, se transporta por cable de alta velocidad a quizá una docena de mercados distintos y llega a horas distintas. Aunque la hora en que tu orden llega puede diferir por milisegundos, hasta microsegundos, esto les permite a los operadores bursátiles de alta frecuencia determinar tu intención de comprar o vender y hacer una inversión ventajista; ingresar antes que tú, una vez que saben lo que estás haciendo, comprar las acciones que quieres y luego vendértelas a un precio mayor. Así es como se juega. El mercado está diseñado de tal manera que ciertas personas están en desventaja.

La mejor analogía: tu familia quiere ir a un concierto y hay disponibles cuatro entradas juntas a $20 cada una. Tú pides cuatro entradas a $20 cada una, y te dicen que solo compraste dos asientos y que los otros dos asientos que no compraste ahora se venden a $25 cada uno.

P: ¿Cuánto dinero les cuesta esto en realidad a los inversionistas?

R: Son miles de millones de dólares al año en transacciones. Pero un número mejor son los miles de millones de dólares que se gastan al año en estas estrategias y la tecnología de alta velocidad que fundamentalmente nada tienen que ver con la compraventa de acciones, con reunir capital. Por ejemplo, no se supone que el mercado ayude a pagar las torres de microondas usadas por las transacciones de alta frecuencia. Estas transacciones han creado una industria casera multimillonaria.

P: ¿Pero esto en verdad afecta a inversionistas individuales que conservan sus acciones a largo plazo?

R: La mayoría de los inversionistas privados participan en el mercado de valores a través de activos agrupados —fondos mutuos, fondos de pensión— y esos se compran y se venden. Las transacciones de alta frecuencia los afectan de tres maneras. Primero, pierden dinero que no saben que les corresponde porque está ocurriendo de manera granular.

Segundo, la estabilidad general del mercado se está dañando. El mercado es cada vez más complicado y se mueve a velocidades insondables, y hemos visto que han ocurrido interrupciones de manera bastante constante —y eso tiene un gran impacto psicológico sobre los inversionistas—. Cuando tuvimos la “caída a pique repentina” en el 2010 donde el precio de algunas acciones disminuyó brevemente a cero, las transacciones de alta frecuencia desempeñaron un gran papel en ese incidente.

Tercero, lo que más me afecta es el principio de lo que representa el mercado. Solo porque nadie se da cuenta de que se desvía dinero del público inversionista no significa que se debe aprobar ese comportamiento.

P: ¿Qué estás haciendo para cambiar el sistema?

R: Cuando estaba en RBC, hicimos algo que parecía contrario a la lógica; construimos un sistema que disminuyó la velocidad de las transacciones. Cuando enviábamos nuestras órdenes a las diversas bolsas de valores, nuestra meta era llegar a todas lo más posible de manera simultánea. Para que pudiéramos comprar lo que queríamos comprar o vender lo que queríamos vender sin darles tiempo para reaccionar a quienes realizaban transacciones de alta frecuencia.

Esta solución funcionó increíblemente bien, pero nos dimos cuenta de que no podíamos resolver el mayor problema desde RBC. Nuestro sistema no resolvía el problema general de transacciones de nuestros clientes porque ellos realizaban transacciones con muchos corredores bursátiles. Lo más rentable hubiera sido comenzar nuestra propia empresa de transacciones de alta frecuencia. Lo segundo más rentable hubiera sido quedarnos en RBC. Sin embargo, la mejor manera de resolver el problema era ser el mercado de valores en vez de trabajar en la periferia.

IEX al principio tenía pocas probabilidades. Nos llevó nueve meses reunir financiamiento. Algunos bancos se negaron a conectarse con nosotros. Hemos ido creciendo, pero todavía existen muchos obstáculos. Algunos corredores bursátiles que son nuestros clientes también operan sus propios sistemas alternativos de transacciones, así que sus incentivos para usar IEX no son tan altos. Pero en términos de volumen, nuestros participantes intercambiaron 500,000 acciones en nuestro primer día, nuestro promedio era cerca de 30 millones al día en marzo y recientemente tuvimos un día récord de 133 millones de acciones. El mercado está creciendo con rapidez.

P: Así que los corredores bursátiles tienen una opción. ¿Qué pasa con las personas que solo tienen algunos fondos mutuos? ¿Qué pueden hacer para evitar un mercado “manipulado”?

R: La sociedad ha cambiado de manera tan dramática que ha dado autonomía al individuo, y la tecnología tiene mucho que ver con eso. Hace años, si tenías una mala experiencia en un restaurante, podías quejarte con el gerente. Quizá podías organizar una manifestación. Ahora, ingresas en línea y escribes una reseña que podría difundirse rápidamente por internet. Las personas tienen el poder de interceder por sí mismas, defender lo que creen. La persona más pequeña puede tener un gran impacto.

Sandra Salmans es escritora independiente y editora, y a menudo escribe sobre finanzas y negocios.