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Kathie Lee Gifford y Hoda Kotb son las estrellas de la televisión matutina

Las presentadoras del 'Today' Show sí saben divertirse.

Kathie Lee Gifford y Hoda Kotb en la casa de Kathie Lee en Florida.

Justin Stephens

Hoda Kotb y Kathie Lee Gifford saborean un vino a las 10 a. m. en Today… y en la casa que Gifford tiene en Key West (arriba).

In EnglishKathie Lee Gifford y Hoda Kotb, las guapas e hilarantes anfitrionas de Today, de la cadena NBC, pasan el fin de semana en la casa de Gifford sobre el mar, en los Cayos de Florida haciendo lo que mejor hacen: divertirse. El redactor y el equipo de fotografía de AARP The Magazine acaban de llegar de visita.

 “¿Quién anda ahí?” pregunta Gifford mientras avanza por el pasillo hacia la antesala. Viste una bata de baño beige afelpada y un pantalón pijama arrugado color negro, y no tiene maquillaje. Abraza a todo el mundo y va a la cocina, donde prepara un bocadillo para uno de sus invitados y sirve café para otro.

Kotb (que se pronuncia COT-bi) entra al comedor con una sonrisa en su rostro. “Hay que ver a Kath”, dice. “Si necesitas algo, te lo da. Hace un rato buscaba unos aros y me dijo: ‘¡Toma los míos!’”

En el aire, ambas mujeres han llevado el concepto de TMI (‘too much information’, es decir, demasiada información) a nuevos niveles. La audiencia de Today sabe, por ejemplo, que a Kotb, de 48 años, le gustan los hombres más bien fornidos, en tanto Gifford, de 59 años, prefiere que los suyos no compartan ciertas modas depilatorias femeninas. Es todo parte de un sabroso intercambio diario que ha hecho de ambas mujeres no solamente colegas profesionales, sino amigas íntimas.

La pareja se traslada a la habitación de Gifford, donde manotean de una repisa opciones de ropa para el día. “Eso es un pareo para la playa, ¿verdad?” pregunta Kotb, al tiempo que sostiene un atuendo colorido, pero diminuto.

“¡Es un vestido!” exclama Gifford. “¡Para una mujer mucho más joven que Hoda!” Kotb pone los ojos en blanco, y Gifford le da una palmada.

“Mi princesa egipcia”, anuncia mientras mira con aprobación a su secuaz, que creció en Virginia y West Virginia, pero cuyos padres son oriundos de Egipto.

Kotb se escurre al cuarto de baño para probarse un vestido y emerge unos minutos más tarde, ajustándose los breteles. “Mis pechos se están cayendo”, se queja.

“Bienvenida a mi mundo”, dice Gifford, riéndose entre dientes, y así transcurre la mañana.

Kathie Lee Gifford y Hoda Kotb en la casa de Kathie Lee en Florida.

Justin Stephens

Kathie Lee y Hoda como chichas de portada de AARP The Magazine.

Amor a primera risa

Gifford, actriz y cantante, más conocida por sus 15 años como coanfitriona del programa de entrevistas de ABC Live With Regis and Kathie Lee, conoció a Kotb en el 2007. En ese momento, Gifford estaba fuera de escena, escribiendo un musical sobre la evangelista de los años 20, Aimee Semple McPherson y criando a su hijo Cody, hoy de 22 años, y a su hija Cassidy, de 19, con su marido, el comentarista deportivo Frank Gifford, de 82 años.

Kotb, entonces corresponsal para Dateline NBC, divorciada ese mismo año, había empezado a  trabajar en Today, un programa de 4 horas, con las anfitrionas de la NBC Ann Curry y Natalie Morales, pero la química entre las tres no funcionaba. “Era un aburrimiento”, dice Kotb. “Necesitaba chispa”.

“¡Necesitaba problemas!” propone Gifford.

Un día de ese otoño, Kotb, que no conocía a Gifford, la vio en un restaurante y tuvo una idea. Se presentó y le propuso a Gifford que apareciera como coanfitriona invitada en el programa. Gifford accedió.  El día en que fue anfitriona-invitada con Kotb, sacaron chispas.

“Cambió la sala en el instante en que llegó”, recuerda Kotb. “La gente se reía”.

Pero cuando los productores de Today le pidieron a Gifford que considerara ser coanfitriona permanente, se negó. Le agradaba su vida y, además, no creía que alguna vez pudiera volver a tener la química que había tenido con Regis Philbin.

“Es tan difícil encontrar la magia una primera vez”, comenta Gifford. “¿Pensar que podría ocurrir dos veces?”

Y sin embargo, acordó estudiar la propuesta junto con Kotb durante un almuerzo, y el encuentro las tomó por sorpresa a ambas. “Yo solamente conocía a la Hoda de Dateline”, explica Gifford.

Pasadas cuatro horas de conversación, Gifford le dijo a Kotb: “Eres la clase de persona de quien sería amiga el resto de mi vida”. 

En abril del 2008, se lanzó Today con Kathie Lee y Hoda, con una duración de 4 horas. Desde el principio, la idea era que las dos mujeres fueran sueltas, cándidas y desenfadadas.

Kathie Lee Gifford y Hoda Kotb con sus madres

Peter Kramer/NBC/NBC NewsWire via Getty Images

Hoda Kotb y su madre Sami Kotb, Joan Epstein y su hija Kathie Lee Gifford, se reunieron en el estudio en marzo.

¿Alguien quiere un cóctel?

“Ya hay suficientes canales donde la gente puede recibir una buena dosis de noticias de última hora y de malas noticias”, dice Kotb. “Nuestro programa es un lugar donde olvidar los problemas”.

“Nosotras mismas no nos tomamos en serio”, agrega Gifford. “Si nos divertimos, nuestra audiencia se divierte. La diversión es contagiosa”.

A modo de ejemplo: Gifford y Kotb están al borde de una piscina. Ya es mediodía y, como tantas veces ocurre en su programa, fluye el pinot grigio. Gifford señala la botella y se encoge de hombros: “Fue el primer milagro de Jesús”.

Ella y Kotb no empezaron bebiendo al aire, pero hace unos años, cuando la comediante Chelsea Handler apareció para promover su libro Are You There, Vodka?  It's Me, Chelsea, las anfitrionas le sirvieron varios cócteles. Unas semanas más tarde, la actriz Brooke Shields fue como invitada y pidió algo para beber. “Todos empezaron a querer sus cócteles, y no podíamos ser groseras”, explica Gifford.

Por ejemplo, en la piscina, tal vez envalentonadas por la fruta del vino, Gifford y Kotb acceden a ponerse trajes de bajo y sumergirse para la foto. Kotb pega un chillido cuando el agua alcanza su cadera, y Gifford bromea: “¿Les molesta que haga pis?” Aunque nada parece estar fuera de los límites para su material cómico, Gifford y Kotb, que hace poco rompió con un novio de mucho tiempo, coinciden en que esa es una línea que ninguna cruzará.

“Conocemos los puntos vulnerables”, comenta Gifford. “No buscamos la risa fácil”.

Así que, ahora, las anfitrionas almuerzan casi todos los programas en vivo, a las 10 a. m., vaso de vino en mano. El vino, explica Kotb, “es parte del decorado, como todo lo demás, pero te invita a la fiesta”.

Un tiempo atrás, este mismo año, surgieron rumores sensacionalistas que indicaban que la fiesta estaba poniéndose tensa, que existían fricciones entre Gifford y Kotb, y que Kotb estaba buscando algo nuevo. Aunque ambas admiten que en ocasiones logran ponerse los pelos de punta, insisten en que, lejos del estereotipo de mujeres profesionales de garras afiladas, su relación se destaca por no ser competitiva y por la confianza.

 

Kathie Lee Gifford y Hoda Kotb en la casa de Kathie Lee en Florida.

Justin Stephens

Sin Kathie Lee, “mi vida sería la mitad de plena”, afirma Hoda. “Si no hubiera hecho lugar para Hoda, me hubiera perdido una de las mayores bendiciones de mi vida”, sostiene Kathie Lee.

Baldazos de realidad

Ambas mujeres dicen ser optimistas, pero reconocen que los problemas de la vida pueden poner a prueba la predisposición más alegre. “Puedes ser un optimista, y entonces el mundo se desmorona a tus pies”, explica Kotb, a quien en el 2007 le diagnosticaron cáncer de mama y debió someterse a una mastectomía. “En ese punto, o ves baches en todos lados o te das cuenta de que tu vida tiene márgenes y dejas de perder el tiempo”.

Gifford también tuvo su cuota de adversidades, incluido un flirteo muy difundido protagonizado por su esposo en 1997. Admite que, ocasionalmente, sufre de depresión y sostiene que su fe cristiana la ha ayudado a mantenerse centrada en lo positivo.

Además, la manera en que su hermana menor enfrentó la proximidad de la muerte y un diagnóstico de colitis ulcerosa después del nacimiento de su único hijo fue para ella fuente de inspiración.

“Estaba furiosa con Dios por el hecho de que mi hermosa hermana de 23 años tuviera que pasar el resto de su vida con una bolsa de colostomía colgando de su cuerpo”, explica Gifford. “Pero ella dijo: ‘No maldigas a Dios por esta bolsa. Significa que voy a vivir el resto de mi vida y voy a ver crecer a mi hija’. Yo estaba equivocada”.

Lo que inspira a Gifford estos días es un comentario que el fallecido actor Paul Newman le hizo en un evento para recaudar fondos para un teatro en Westport, Connecticut. “Le dije: ‘Paul, hace mucho que no te veo. ¿Cómo estás?’ recuerda Gifford. Newman respondió:  “Tengo 80 años.  Tengo pulso”.

Esa actitud se convirtió en su mantra.  “Si tienes pulso, tienes un propósito”, explica Gifford. “Cada mañana, antes de levantarme de la cama, me tomo el pulso. Si lo tengo, significa que Dios no terminó conmigo todavía. Aún me queda trabajo por hacer en este planeta”.

Cae la tarde, y Gifford y Kotb están disfrutando un almuerzo tardío de ensalada de pollo, melón y, por supuesto, pinot grigio. Hablan acerca del valor de mantenerse abiertas a nuevas experiencias. “Creía que mi corazón ya no tenía espacio para más gente”, comenta Gifford. “Sentía que no tenía el tiempo suficiente para los amigos que ya tenía. Pero si no hubiera hecho lugar para Hoda, me habría perdido una de las mayores bendiciones de mi vida”.

“Para cuando alcanzas mi edad, generalmente ya sabes lo que hay en tu interior”, comenta Kotb. “Pero yo no lo sabía. Hace falta la persona justa que lo saque a relucir. Agradezco a Kathie Lee todo el tiempo. Antes de que ella apareciera, seguía haciendo lo que hacía sin saber lo que me perdía. Mi vida habría sido la mitad de plena”.

Gifford se siente igual de enriquecida por esta alianza. “Es como ese anciano que toma por amante a una mujer joven”, dice. “Anda con un pasito alegre”.

Meg Grant es la editora de la Costa Oeste para AARP The Magazine.

Hoda Kotb firma de libros en Barnes and Nobles

Elizabeth Burks/Getty Images

Hoda Kotb, en Florida, autografiando ejemplares de su libro del 2010, “Hoda: How I Survived War Zones, Bad Hair, Cancer, and Kathie Lee” (Hoda: Cómo sobreviví a las zonas de guerra, al cabello rebelde, al cáncer y a Kathie Lee).

El mundo según Hoda Kotb

Un recuerdo de otros tiempos: Tirarme en trineo. Yo, mi hermano y mi hermana, disparados barranca abajo y gritando desaforados. Recuerdo tan claramente esa carrera. Te da miedo, pero no, estás con tu hermano y con tu hermana; y no piensas en otra cosa que no sea: “Estamos aquí, ahora”.

Los discos más escuchados en la niñez: Love Will Keep Us Together, de Captain & Tennille, y Philadelphia Freedom, de Elton John.

Personaje histórico admirado: Anwar Sadat, por haber sido tan audaz. Fue al Knesset de Israel cuando las heridas de la guerra no habían sanado ni remotamente. Lo normal, cuando estás atrincherado en una guerra, es que el odio sea muy profundo.

Mejor cualidad: Elijo buenos amigos. Me gusta que las personas que elijo estén en mi mundo, y todos a mi alrededor son increíbles.

Lo que no puede faltar al costado de su cama: Mis anteojos de lectura… siete pares, porque rompo y pierdo todo. Y el libro de Regina Brett God Never Blinks (Dios nunca parpadea). Está lleno de lecciones de vida cotidianas. Es de una introspección tan maravillosa.

Con la atención en los 50: Kathie Lee se la pasa diciéndome que estoy perimenopáusica, ¡pero todavía no lo estoy, así que no me apuren!

Algo grande por venir: Creo que el próximo gran amor puede estar a la vuelta de la esquina. La madre de Anderson Cooper [la diseñadora de modas Gloria Vanderbilt] una vez dijo: “Amo enamorarme”. Me iluminó completamente. De veras quiero conocer al hombre ideal para mí.

Frank Gifford, Kathie Lee Gifford, Cassidy Gifford y Cody Gifford

Steve Mack/Getty Images

Una noche en familia, en noviembre del 2012, los Gifford posan para la foto: Frank, Kathie Lee y los ya crecidos Cassidy, de 19 años, y Cody, de 22.

El mundo según Kathie Lee

Nunca más: Casarme. [Risas.] ¿Cómo podría volver a casarme después de Frank Gifford? Imposible. Suena un poco tonto, pero a él le va a encantar.

No los extraño ni un poco: A mis juanetes. Me los operé y ahora tengo unos pies fantásticos. Los primeros 10 días quería asesinar a mi cirujano de Zimbabwe, pero, después, terminé por reconocerle un lugar en el Monte Olimpo.

Jóvenes vs. gente de cierta edad:  Sin duda, los jóvenes no son tan interesantes. ¡Simplemente, no lo son!

Un placer con culpa (además del Pinot Grigio): ¡Sexo anónimo con marineros! ¡Eso quiero! ¡No, lo que me gusta es el guacamole con papas fritas y salsa roja!

Un secreto contra el envejecimiento: No el Botox… ¡pero guárdenme un poco!  La bondad. Vuelves a sentirte un niño cuando haces algo bueno.

La belleza después de los 50: Los que dejaron su ego en la puerta.

Un libro que cambia la vida: La Biblia. La leo todos los días durante una hora. Cambia mi vida a diario.

La peor compra: Una vez le compré a mi madre un caniche de peluche rosado para su cumpleaños, porque yo quería uno. Eso no está bien. No pensé en algo que la hiciera feliz a ella. Nunca me olvidé de eso.

El mejor maestro: Mi padre fue el ser humano más sabio que conocí. Decía: “Te amo demasiado como para negarte el privilegio de cometer errores”.

Un gran consejo: La vida es dura. No te quedes de brazos cruzados autocompadeciéndote. Haz de ella algo hermoso.