Michael Caine trae el poder de la edad a 'Youth'
Harvey Keitel y Jane Fonda coprotagonizan este drama lírico.
DIRECTOR: Paolo Sorrentino
ELENCO: Michael Caine, Jane Fonda, Harvey Keitel, Rachel Weisz
CLASIFICACIÓN: R
DURACIÓN: 118 minutos
In English | Fred (Michael Caine) es un compositor de música clásica jubilado; Mick (Harvey Keitel) es un veterano director de cine. Al borde de sus 80 años se reúnen por unas cuantas semanas, como lo hacen todos los años, en lo que alguna vez fue un elegante balneario suizo. Al igual que sus alrededores, ellos viven entre las sombras de su antigua gloria a la vez que se enfrentan a las realidades del deterioro. Llega un emisario de la reina Isabel que en vano le suplica a Fred dirigir, a petición real, su obra más famosa, escrita hace décadas. Y Mick, acompañado de un equipo de jóvenes guionistas, espera recordar sus primeros éxitos con una obra maestra final, que espera sea protagonizada por su actriz principal de muchos años (Jane Fonda). Agreguemos a esta mezcla la hija de Fred, Lena (Rachel Weisz), cuyo equipaje consiste de mucho más que las cosas que el botones le lleva a su habitación.
Como la vida misma, Youth sigue su propio rumbo sinuoso. Cuando Fred no está eludiendo a sus admiradores y Mick no está en medio de conversaciones circulares con su equipo de escritores, los dos pasan largos ratos sentados uno al lado del otro, mirando hacia adelante, contemplando la vida, el amor y las necesidades fisiológicas del día. Estas escenas, escritas y dirigidas por el italiano Paolo Sorrentino, ganador de un premio Óscar (The Great Beauty), son los pasajes más cautivadores de Youth —momentos cuando sentimos como si estuviéramos, rudamente, escuchando sus momentos privados a escondidas—.
Más penosos son los encuentros de Fred con Lena, cuyo esposo hace poco la dejó por una estrella de videos de música (interpretada con divertido entusiasmo por la cantante Paloma Faith, que aparece como ella misma). Su sufrimiento actual también resucita las heridas de las relaciones problemáticas entre Lena y su padre, quien siempre parecía estar más interesado en hacer música con orquestas que en alcanzar la armonía con su familia.
Paul Dano, tan brillante como el Beach Boy Brian Wilson en Love & Mercy, aparece como Johnny Tree, un joven actor que, a pesar de su tierna edad, es prácticamente un artista acabado. Con una formación clásica y completamente dedicado a su oficio, parece destinado a ser siempre recordado por su actuación como un robot en una película de niños. Dano interpreta su papel con una sonrisa triste de resignación, que tiene el efecto extraño de hacernos pensar que aún le es posible poner su vida en perspectiva.
Me siento un poco culpable al mencionar la aparición de Jane Fonda en Youth, porque es tan repentina que sientes que Sorrentino lo planificó como una sorpresa —o choque—. En el papel de la superestrella entrada en años Brenda Morel, nuestra Sra. Fonda aparece en escena para darle malas noticias a Mick, en la actuación más valiente y ardiente de su carrera. Disparando despiadadamente sus balas verbales —su pálido y agrietado rostro rajado por unos labios color carmín, como maquillaje sobre el Monte Rushmore— Fonda interpreta al único personaje inequívoco del filme. Brenda, con sus pestañas postizas y peinado estridente, al principio parece estar trágicamente obsesionada con mantenerse aferrada a como era más joven. Sin embargo, detrás de esa fachada descascarada, Fonda deja claro que Brenda sabe que ha perdido la batalla: su amargura se basa en el hecho de que aún debe seguir con la ficción de la lucha. Para Mick, el encuentro es más de lo que puede aguantar.
Es casi igual de aplastante para nosotros —aunque no tan desgarradora como la revelación completa, casi al final del filme, de por qué Fred ha jurado nunca más dirigir su pieza más famosa—. Para aquellos tentados a descartar a Caine como un actor insustancial, intérprete del despreocupado Alfie o Alfred, el mayordomo de Batman, Youth nos recuerda, muy convincentemente, la profundidad con la que él puede llegar a interpretar a un personaje. Sentimos la tristeza de Fred desde el principio; al final, compartimos su pena.
Los episodios dramáticos de Youth están entrelazados con escenas surrealistas en y alrededor del balneario: un entretenimiento nocturno poco convencional que parece ser copiado de un equipo semillero para Cirque du Soleil; momentos contemplativos en el frondoso campo suizo; y desfiles frecuentes de clientes del balneario, jóvenes y viejos, casi siempre desnudos, que ofrecen un contexto visual deslumbrante para los temas de la película —la edad y los recuerdos que se desvanecen de la juventud—.
Mientras Fred y Mick se relajan en una fuente termal, una voluptuosa joven desnuda se mete en el agua cerca de ellos.
"¿Quién es ella?", dice Fred, con la voz entrecortada.
"Dios", contesta Mick.
Nada más lejos de la realidad, por supuesto. Si la película, y la vida, nos han enseñado algo, es que no vale la pena adorar a la juventud; demasiado temprano nos traiciona a todos.
Bill Newcott es escritor, redactor y crítico cinematográfico para AARP Media.
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