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'The Rest I Make Up': Improvisando la vida

Documental narra la extraordinaria vida de la dramaturga cubano-estadounidense María Irene Fornés.

GÉNERO: Documental
DIRECTORA
: Michelle Memran
ELENCO: María Irene Fornés
DURACIÓN: 79 minutos

De entrada, The Rest I Make Up nos revela dos asuntos extraordinarios. Primero, que la cubano-estadounidense María Irene Fornés es una de las dramaturgas más importantes de nuestro tiempo. Segundo, que casi nadie lo sabe —a veces, ni ella misma: el Alzheimer le ha ido robando sus recuerdos—.  Esa es la trágica dualidad en la que se mueve The Rest I Make Up. El documental cumple el doble propósito de enseñar al mundo el talento de esta formidable artista, a la vez que le devuelve a Fornés la memoria de lo que fue. De hecho, el verse en una escena que no recordaba haber filmado apenas hace unos días, ayudó a la escritora a reconocer los primeros síntomas de su enfermedad y a buscar ayuda médica. Pero eso no es lo más importante de The Rest I Make Up, sino el hallazgo de una mujer con alma de niña y que de ese permanente asombro ante la vida surge también su talento también como artista.

Fornés nació en La Habana en 1930, pero a los 15 años migró con su madre y hermana a Estados Unidos. Su educación formal se restringió a los años en Cuba porque al llegar a Nueva York, Fornés decidió que la escuela no era lo suyo. Comenzó buscando su camino como artista primero en la pintura. Eran los años 60 y en el barrio bohemio de Greenwich Village donde vivía  había una ebullición de jóvenes creativos. Fornés floreció ahí y también en Europa a donde se fue siguiendo a una amante. En París acudió por primera vez al teatro. Vio una obra de Bertolt Brecht y la experiencia la dejó profundamente sacudida, y eso que no había entendido ni una palabra —no hablaba francés—. De ahí decidió que en la dramaturgia estaba su respuesta. A pesar de que se movía en un ambiente bohemio y progresista, no le fue fácil abrirse paso como mujer, como latina, y sobre todo, como lesbiana. Fornés encauzó su identidad sexual escribiendo obras eminentemente feministas.

María Irene Fornés en los años setenta

Marcella Matarese Scuderi

Retrato de la dramaturga María Irene Fornés, una de las más importantes de nuestro tiempo.

El documental nos muestra que la escritora Susan Sontag fue el amor de su vida, y fue durante su relación con ella que comenzó a escribir. Al contrario de Sontag, de inteligencia descomunal, el talento de Fornés era intuitivo. Los diálogos y las puestas en escena que también dirigía, eran siempre de corte experimental. Ninguna se parecía a la anterior, aunque siempre giraron en torno a los estragos que deja la pobreza en el espíritu y también la opresión de la mujer. Escribió más de 40 obras, entre ellas The Successful Life of 3, Sarita, Letters from Cuba y Promenade. Desde el principio Fornés fue reconocida como una de las autoras más originales de su tiempo, sobre todo por sus propios colegas. El documental nos muestra testimonios que así lo acreditan de artistas consagrados como Edward Albee, Lanford Wilson, Ellen Stewart y la misma Sontag. Albee, por ejemplo, dice que nadie como Fornés podía atrapar con la palabra y el movimiento las verdades del inconsciente. Si no se le conoce tanto como a ellos es quizá porque sus obras están hechas para ser vistas, no leídas y no son tan accesibles para el gran público. Sin embargo, la crítica especializada siempre le dio el reconocimiento que merecía. Nueve veces ganó el premio Obie, otorgado a artistas y grupos teatrales en Nueva York. Su épica And What of the Night? fue finalista del Pulitzer en 1990. Hay quienes aseguran que Fefu and Her Friends (1977) es la mejor obra de teatro jamás escrita por una mujer en Estados Unidos. Fornés además fue pionera del influyente movimiento Off-Off-Broadway y fundó el Hispanic Playwrights in Residence Lab.

The Rest I make Up tomó 13 años en completarse. Todo surgió en 1999 cuando Michelle Memran, la directora, la entrevistó por primera vez. Se hicieron amigas y comenzaron a reunirse a menudo, hasta que un día, Memran comenzó a filmar a Fornés. La película va entrelazando imágenes del presente con archivos del pasado. Lo que vemos es una mujer menudita y frágil físicamente, pero de enorme vitalidad y alegría. Fornés recibe a Memran en su pequeño departamento, feliz y emocionada de iniciar una nueva aventura con la cámara. Ríe, baila, canta y recuerda… pero solo de vez en cuando: lo suyo es el presente. Cualquier detalle la inspira, su imaginación parece inagotable. Legendaria también como maestra, Fornés nos dice —como decía a sus alumnos— que solo el contacto descarnado con nuestra naturaleza más intima, abrirá las puertas de la creación: “Hay que atreverse a vivir y experimentar el cuerpo y la realidad con todas sus consecuencias”.

Uno de los mejores momentos es cuando viaja de regreso a Cuba. Fornés nunca dejó de añorar a su tierra. Así como gozaba en el frío de Nueva York, vemos a Fornés feliz chapoteando en la playa. Cuando llega la hora de regresar, rompe la tristeza de sus familiares al improvisar un acto: bailando se desliza hacia la puerta y canta: “Nos vamos, nos vamos, sin decir adiós y así llegaremos a la cumbre”. La secuencia la retrata de cuerpo entero. Solo viendo imágenes así es que alcanzamos a vislumbrar la cualidad única de su talento que inútilmente tratan de explicar los entrevistados. Sea cual sea la raíz de su genio, lo que The Rest I Make Up deja en claro es que Fornés no pudo haber inventado un mejor personaje que ella misma.

The Rest I Make Up se estrenó en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y será mostrada en el Festival de Cine de Miami el 10 de marzo a las 4pm.

 

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