“Judy”: Renée Zellweger encuentra un Óscar al final del arcoíris
En una actuación triunfante, Zellweger canta a todo pulmón como lo hizo Judy Garland en sus últimos días en medio de la desesperanza.
Clasificación: PG-13
Duración: 1 hora 58 minutos
Actores: Jessie Buckley, Michael Gambon, Rufus Sewell, Finn Wittrock, Renée Zellweger
Director: Rupert Goold
In English | Renée Zellweger, de 50 años, regresa a la pantalla en una brillante actuación, cantando como si su vida dependiera de ello. No esperarías que esta actriz fuera la elegida para encarnar a la destacada cantante de Hollywood Judy Garland. Pero resultó ser la elección perfecta. Su actuación es un maravilloso maratón que merece una ovación de pie por el canto y el baile, donde también hay ingenio, indiferencia, amor, autodesprecio y corrida de rímel, lo que la llevará al Óscar. Punto y aparte.
Zellweger se sumerge profundamente en el querido pero gastado ícono del Mago de Oz en el ocaso de su carrera, solo seis meses antes de la sobredosis final de la estrella a los 47 años. Esta compacta película biográfica, dirigida por Rupert Goold y adaptada por Tom Edge de la obra visceral de Peter Quilter "End of the Rainbow", se centra en un período discreto y jugoso. Judy captura ese singular momento de regreso cuando Garland, divorciada y en quiebra, acepta un trabajo de cinco semanas para un papel principal en el Talk of the Town de Londres en la Navidad de 1968, a un océano de distancia de su hija adulta, Liza Minnelli (Gemma-Leah Devereux) y de sus dos niños pequeños que tuvo con su ex Sidney Luft (Rufus Sewell, 51 años).
Entre los fuertes integrantes del reparto, el rompecorazones británico de voz suave Sewell (The Man in the High Castle, Victoria) se destaca como Luft, quien produjo su clásico A Star is Born. Él nos da la sensación de que hemos visto un matrimonio completo en unas pocas escenas cortas frente a Zellweger, que pintan una imagen de una pareja en extremos opuestos de sus encuentros a gritos, pero sin que carezca de afecto mutuo. Hay una sensación de que él es duro con Judy, pero también es un padre que quiere estabilidad para sus hijos, incluso si al asumir la custodia deja devastada a su peripatética exmujer.
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También es notable Finn Wittrock (American Horror Story) como Mickey Deans, el amante mucho más joven de Garland y su quinto esposo, que alterna entre encantador y estafador. Una firme Jessie Buckley (excelente en Wild Rose) interpreta a Rosalyn Wilder, la mujer de la vida real detrás de bastidores en Talk of the Town, que comienza como la cuidadora poco confiable de Garland y se convierte en una amiga.
Hay partes extrañas: el Oz de Hollywood hace uso de escenas retrospectivas con el ingenuo Darci Shaw mientras la joven Garland se vuelve repetitiva e impide el flujo. Con un poco menos se habría establecido aún que la relación poco saludable de la estrella infantil con la comida y las drogas provenía del tóxico entorno que le impusiera el productor Louis B. Mayer, quien intimidó y supuestamente manoseó a la adolescente estrella.
A pesar de algunas oscilaciones narrativas, Zellweger muestra cómo una estrella nace y vuelve a nacer en el escenario todas las noches. En Talk of the Town, la batalla de Garland para encontrar su lugar bajo el foco de atención se intensificó, junto con el riesgo de fracaso. Algunas noches, está la adrenalina del éxito; otras, mientras el público la acribilla con pan, sufre humillación pública. Entre ovaciones y abucheos, el arte de Judy no estaba solo en las notas, sino en una sincera conexión con su audiencia. En última instancia, la capacidad de Zellweger para conectarse con los espectadores es lo que hace que su actuación sea tan sensacional y devastadora.