Montgomery Clift: Estrella fugaz
Una breve pero productiva carrera que marcó época.
por: Ernesto Lechner
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Silver Screen Collection/Getty Images
Carisma tumultuoso
Hace 50 años, una tragedia sacudió a Hollywood: Montgomery Clift, uno de sus mejores actores, falleció de un ataque al corazón el 23 de julio de 1966. Tenía 45 años. Recibió cuatro nominaciones al Óscar y dejó como legado una filmografía breve pero selecta. Fiel amigo de muchas estrellas del espectáculo, amante de hombres y mujeres por igual, adicto a las pastillas y el alcohol, Clift vivió una vida tumultuosa, pero marcada por el carisma y la intensidad de sus interpretaciones.
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NBC/Getty Images
Niñez de lujos
Edward Montgomery Clift y su hermana melliza nacieron en Nebraska el 17 de octubre de 1920. Su madre —apodada Sunny— había crecido traumatizada por saber que era adoptada, y trató de dar a sus hijos una vida aristocrática. En 1928, los llevó a Europa en un crucero. Durante el viaje, “Monty” casi se ahogó en la piscina del barco y desarrolló un absceso en el oído. Fue operado en Alemania, una intervención que le dejó una extensa cicatriz en el cuello.
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John Springer Collection/Corbis/Getty Images
Atractivo innegable
La extraordinaria belleza física de Clift siempre llamó la atención y la gente lo miraba intensamente en la calle desde que era niño. Su talento para la actuación se expresó mediante un don para hacer imitaciones. Cuando su familia se trasladó a Nueva York, encontró trabajo como modelo. Debutó en el teatro a los 12 años, en una producción de la obra As Husbands Go. Desde su primera prueba, se sintió cómodo en el escenario y pasó los siguientes años actuando en Broadway.
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Bettmann/Getty Images
Pininos en Hollywood
En 1946, el director Howard Hawks le propone protagonizar en Hollywood el wéstern Red River, interpretando al hijo adoptivo de John Wayne. A pesar de sus dudas, Clift acepta porque se encontraba completamente endeudado, y la oferta de $60,000 era demasiado tentadora. La película terminó costando más de $3 millones, se estrenó a fines de 1948 y fue un éxito comercial. Después, Clift expresó a sus amigos su antipatía hacia lo que él consideraba la camaradería machista que compartían Hawks y Wayne.
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Cortesía de Everett Collection
Primera nominación al Óscar
Clift asiste a una primera proyección de Red River, y se da cuenta que no tendrá problemas en ser una estrella de Hollywood, pero teme la pérdida de su anonimato. En un cafetín de Hollywood, el director austríaco Fred Zinnemann le ofrece un rol en The Search, angustiante drama sobre los sobrevivientes de los campos de concentración que se filmaría en Europa. Feliz de haber colaborado activamente con Zinnemann en la película, recibió además su primera nominación al Óscar como actor principal.
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Bob Landry/The LIFE Premium Collection/Getty Images
Nuevo símbolo sexual
En diciembre de 1948, Clift aparece en la portada de la revista Life, mientras que él se encuentra viajando por Europa, sin afeitar y vestido con ropa común. Recorre Londres, París, Roma, Atenas y viaja a Israel junto a su amigo, el director Zinnemann. Regresa a Estados Unidos como una de las estrellas cinematográficas más impredecibles de Hollywood, nuevo símbolo sexual, cobrando $150,000 por película. Sale públicamente con mujeres para ocultar su bisexualidad de los conservadores ojos de la prensa.
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Peter Stackpole/Time Life Pictures/Getty Images
Por siempre, Elizabeth
Después de rechazar el papel principal en el clásico Sunset Boulevard —y enfurecer al director Billy Wilder— Clift recibe su segunda nominación al Óscar por A Place in the Sun (1951). Comparte el protagónico con una Elizabeth Taylor de 18 años. La química entre ambos es notable y Taylor se inspira de la intensidad que el actor proyecta en su interpretación. Se dice que los actores compartieron un breve romance, pero más importante fue la gran amistad que los unió de ahí en adelante.
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John Springer Collection/Corbis/Getty Images
Sinsabores con Hitchcock
En 1945, Clift había conocido a un joven cura en una estación de tren y fueron amigos hasta el final de su vida. Esta amistad inspiró a Clift a aceptar el rol de un sacerdote en I Confess (1953) de Alfred Hitchcock. Clift no soportó el estilo autoritario del director inglés, y el mismo Hitchcock quedó insatisfecho con la premisa del film. I Confess fue filmada durante un frío mes de octubre en Quebec, donde Clift recayó en el alcoholismo.
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Cortesía de Everett Collection
Obsesión por los detalles
Llega el papel más importante de su carrera: uno de tres soldados en From Here to Eternity destinados en Hawái justo antes del ataque de Pearl Harbor. El director Fred Zinnemann amenazó con abandonar el proyecto si Columbia no le daba el rol de Prewitt a Clift. Aprendió a tocar la trompeta para que los movimientos de la boca y la garganta se vieran reales en la película. El personaje le deparó su tercera nominación al Óscar. La película ganó ocho estatuillas.
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Bettmann/Getty Images
Accidente
A pesar de que Clift rechazó todos los guiones que le ofrecieron en 1955 y parte de 1956, aceptó protagonizar junto a Elizabeth Taylor una película menor, Raintree County. La noche del 12 de mayo de 1956, mientras regresaba de la casa de Taylor cuando tuvo un accidente de auto. Taylor le salvó la vida al sacarle un par de dientes que se le habían caído en el choque y lo estaban ahogando. Meses después, el actor se los regalaría como recuerdo.
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Cortesía de Everett Collection
Comienza el declive
La filmación de Raintree County continuó cuando Clift se recuperó, pero el accidente lo había afectado profundamente. Como se le había quebrado la mandíbula, le costaba comer, además de sufrir de insomnio y pesadillas constantes. En un par de oportunidades salió desnudo a la calle en medio de la noche y fue auxiliado por los policías que custodiaban su casa. Las inyecciones de codeína que él mismo se administraba para lidiar con el dolor, así como la gran variedad de analgésicos que tomaba, afectaron su salud.
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Cortesía de Everett Collection
Junto a dos leyendas
En 1961, Clift trabaja con el extraordinario director John Huston en The Misfits, la última película de dos leyendas: Clark Gable y Marilyn Monroe. La filmación fue difícil por varias razones, desde el calor en el desierto de Nevada y la adicción de Huston a los juegos de azar, sin olvidar la conducta ya totalmente inestable de Clift. Sin embargo, los tres actores principales demostraron su inmenso talento y Clift encontró en Marilyn a una persona hipersensible con muchos problemas en común.
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United Artists/Getty Images
Última nominación
Ese mismo año, Clift rechazó la oferta de $100,000 para participar en una secuencia de 12 minutos en el drama Judgment at Nuremberg, y prefirió hacer el papel gratis. Interpretó a una víctima de los campos de concentración. Cuando llegó el momento de filmar junto a Spencer Tracy en el papel del juez, Clift olvidó su monólogo, hasta que Tracy y el director Stanley Kramer le pidieron que improvisara. Su escalofriante actuación le cosechó su cuarta y última nominación al Óscar.
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UNIVERSAL PICTURES/Ronald Grant Archive/Mary Evans / Alamy
El ocaso
En 1962, llega la película que pone fin a su carrera. Nuevamente bajo la dirección del irascible John Huston, Clift filma Freud: The Secret Passion, una película experimental. Durante la filmación bebe vodka de un termo, discute con Huston sobre el personaje y el guion, tiene problemas en un ojo y termina dividiendo la producción en dos campos. La venganza de Hollywood no tardaría: fue marginado a trabajar en la radio, y filmaría solo una película más, The Defector, en 1966, antes de morir.
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Cortesía Everett Collection
Adiós prematuro
Clift pasó el último día de su vida encerrado en su habitación. Era el 22 de julio de 1966, y John Huston, a pedido de Elizabeth Taylor, lo había contratado para filmar Reflections in a Golden Eye en Italia. Vivía con su amante, Lorenzo James, en Nueva York, pero ese día casi no hablaron. Al día siguiente, James lo encontró muerto en su cuarto. La aristocracia de Hollywood se presentó a su entierro, llorando la tragedia de un colega genial que murió demasiado pronto.
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Julie Edwards/Newscom17 of 17
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