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Advertencia: Cuida tu piel en invierno

Una guía para proteger tu piel cuando llega el aire frío y seco de la temporada invernal.

Mujer vestida con ropa de invierno y sonriendo porque cuida su piel en este temporada

Getty Images

Un sombrero minimiza la pérdida de calor: una verdad conveniente, dado que los gorros tejidos y las gorritas de lana con pompones de piel están de moda en la actualidad.

In English |  ¿Velas aromáticas con olor a abeto y un chocolate caliente con crema chantillí? Sí, por favor.

¿Botas marca Ugg, leggins y suéteres calientitos frente a una chimenea? Ahí me encuentras.

Sin embargo, en cuanto llega el primer aire frío y seco que tan cruelmente se porta con nuestra piel, huyo hacia adentro. Si tú también te sientes avejentado por el invierno, prueba conmigo estos siete consejos para el cuidado de la piel.

Anticipa. Incluso con el calentamiento global, puedes esperar temperaturas frígidas afuera, ráfagas de aire caliente de la calefacción adentro y cero humedad tanto afuera como adentro este invierno. Prepárate para estas condiciones antes de que te pillen.

Afírmate. Piensa en los sistemas de climatización. La calefacción central, las estufas de leña, las chimeneas, los calefactores: todos nos seducen con su calor, pero, ¡se destacan en robarle la humedad al aire (y a tu piel)! Y cuando consideras que la piel menopáusica ya es más seca, más delgada y realmente necesitada, esta es una situación que los de la generación del milenio llaman "no muy buena". Para defenderte:

  • Baja el termostato a 68°F, una temperatura más razonable; aumenta la humedad con plantas de interior, un humidificador para habitaciones o coloca tazones de agua sobre los radiadores.
  • Según los dermatólogos, es poco aconsejable tomar baños largos o duchas húmedas y calurosas, pero, ¿con quiénes piensan que están hablando? Cuando no puedes resistirte, el truco consiste en modificar en vez de eliminar: reduce el tiempo que tu piel permanece expuesta al agua caliente y considera utilizar un jabón líquido hidratante con mantecas y aceites botánicos de fabricantes tales como Jergens, Nivea u OGX.

Acomódate. Aun cuando tus extremidades (y zonas ásperas en las que normalmente no piensas, tales como los codos) estén abrigadas con medias, botas peludas y mallas, o guantes y suéteres calientitos de mangas largas, el frío puede de todos modos afectarlas. Así que crea algunas costumbres nuevas para sanarlas: para los talones y los codos con grietas graves, prueba una pomada con urea, ácido láctico o ácido glicólico de proveedores tales como Glytone o AmLactin. Estos prometen rellenar, aliviar, perfeccionar y suavizar sin irritar.

Y cada vez que te laves las manos o les apliques gel antiséptico, termina con un poco de crema de manos. (Ahora que me acuerdo, en esta temporada en que los días se vuelven más cortos, mantén esta última a mano en tu cartera, escritorio, lavamanos y junto a tu cama).

Adórnate. Vístete inteligentemente: esto significa con capas finas que funcionen desde adentro hacia afuera. Comienza con una capa base —una camiseta, con o sin mangas— que absorba la humedad del cuerpo; entonces agrega capas finas aislantes, que atraparán el calor corporal. (Si está nevando o lloviendo, por supuesto, termina con una capa impermeable).

Un sombrero minimiza la pérdida de calor: una verdad conveniente, dado que los gorros tejidos y las gorritas de lana con pompones de piel están de moda en la actualidad. Haz una inversión en un par de guantes para pantallas táctiles, cuyas yemas de los dedos están diseñadas para activar todas esas teclas diminutas de tu teléfono inteligente, para hacer llamadas o enviar mensajes de texto con facilidad. Por último, ponte una bufanda suave o bufanda infinita para protegerte contra el viento invernal, aunque esto signifique tener que cubrir la parte inferior de tu rostro.

Adáptate. El invierno es cuando más padecemos de lo que yo denomino SRT (síndrome del rostro tirante), que puede hacer que la piel madura se sienta más sensible que de costumbre. Para combatir este estado, tiene sentido utilizar la misma marca de productos para el cuidado de la piel durante toda la temporada oscura. Esto ayuda a que dichos productos, diseñados para ser utilizados juntos, como los sueros, las cremas, los desmaquilladores, las máscaras y las cremas para los ojos se mantengan sincronizados.

Acondiciona. ¡Confiésalo! Te lavas el cabello con menos frecuencia cuando hay frío, ¿para luego arreglártelo agresivamente con un secador en cuanto terminas de ducharte? Esto no ayuda a tu cabello, dado que puedes terminar con el pelo débil, caspa y picazón del cuero cabelludo. Un champú con ácido salicílico o piritiona de zinc puede controlar la caspa —y salvar tu suéter negro de cachemira—.

Atrae. Ahora, las buenas noticias: esta temporada no solo trata de emplear tácticas de guerra para mantener la belleza, así que, ¡disfruta de la avalancha próxima de suéteres metálicos, vaqueros de terciopelo y collares brillantes con piedras preciosas enormes! Y si deseas darte el gusto de tomarte una sidra caliente de caramelo con crema chantillí, pues ¡vamos, adelante!

Para más consejos de belleza y estilo para mujeres de 50 o más, busca The Woman's Wakeup y la nueva revista digital de AARP Beauty & Style, que ahora está disponible para las tabletas.