Barbara Walters: '¿Por qué no puedo hacer lo que quiera?'
La periodista habla del envejecimiento, el éxito y asumir la crítica.
Por qué se jubila
In English | Era el momento adecuado. Los tipos de entrevistas que realicé todos estos años —ya no les interesan a nadie—. Tienes solo tres minutos en un programa matutino. Es diferente a lo que se hacía antes. Y The View, un programa que yo creé, ha estado en el aire por casi 17 años. Es muy exitoso y espero que se mantenga en el aire después de que me vaya. Pero 17 años es más que suficiente. No quiero hacer nada eternamente.
Su 'próximo plan'
¿Por qué tengo que dedicarme a algo después? Yo no les pregunto a mis amigos: "¿qué harás después?" He trabajado 50 años en televisión —37 de ellos en ABC—. ¿Por qué no puedo hacer lo que quiera? Tal vez ir al cine o a un museo, quizá dormir hasta las 9, tal vez ir a ver a un amigo. Me entusiasma el no tener todos los días planificados y no tener que estar en un lugar específico a cierta hora.
Hacer las paces con el envejecimiento
Nada va a impedir que envejezcas físicamente. Puedes cambiar tu apariencia al hacer ciertas cosas, si lo deseas. Pero no puedes parar de envejecer. Por lo que [a los 84 años] no es algo que me preocupe a diario. No me levanto en la mañana y me digo, "Dios mío, estoy vieja". Me levanto y pienso, "Espero que el día salga bien. Espero que haya razones para poder sonreír".
Manejo de las críticas
Cuando trabajaba en el Today show, había gente a quien le agradaba mucho y gente que pensaba que yo era muy pesada. Pero eso no me molestaba. Pero cuando me convertí en la primera mujer copresentadora de noticias en un programa a nivel nacional [ABC Evening News en 1976], me vilipendiaron. Eso sí que me dolió. Pensé que mi carrera había terminado. Nadie quería una mujer y nadie parecía quererme, y mi copresentador de noticias [Harry Reasoner] definitivamente tampoco me quería. Lo que me salvó realmente fue que Roone Arledge, quien era presidente de ABC News, sentía que yo tenía talento. Y permitió que Harry regresara a CBS y me mantuvo a mí, lo cual fue extraordinario. Y allí fue cuando probablemente hice mi mejor trabajo, porque viajé por todo el mundo e hice entrevistas que creo que siguen siendo importantes en la actualidad.
Su innovador estilo
Hace años, cuando hacía entrevistas, sentía que la personalidad, el carácter, eran tan importantes como cualquier cosa específica que una persona famosa hacía públicamente. Y para mí era importante que mis espectadores sintieran que conocían a esta persona. Fui criticada por ello. Pero ahora cuando las personas hacen entrevistas, esas son las preguntas que realizan.
Las entrevistas más importantes
La entrevista [en 1977] con Anwar Sadat y Menachem Begin. Israel y Egipto eran enemigos feroces y el futuro del Medio Oriente recaía sobre sus hombros. Creo que el hecho de que yo los haya podido juntar fue extraordinario y único. Fidel Castro [entrevistado el mismo año] fue diferente. Pasamos días con Castro. Viajamos por todas las montañas con él. Ese es el tipo de entrevistas que no haces hoy, porque los líderes quieren saber cuál es tu índice de audiencia y qué programa les ofrece la mayor cantidad de tiempo.
Su mayor 'conquista'
Monica Lewinsky sigue siendo la más vista. En esa época [1999] fue una entrevista sensacional. Creo que es muy triste que no se le haya permitido a Monica rehacer su vida. Y yo he visto a Monica, así que yo sé. Es una mujer que ya tiene 40 años. Todo el mundo ha rehecho su vida. Los Clinton están muy bien y es bueno que así sea. Pero Monica, por la razón que sea, nunca ha podido rehacer su vida en forma importante.
La entrevista con más coqueteo
Clint Eastwood [en 1982]. Hace poco me enteré de que estaba en trámites de divorcio y pensé que debía escribirle una carta: "querido Clint, todavía sigo aquí". Tengo que decirte que aún no me ha llamado para decirme, "Querida Barbara, ¿cómo estás?"
Las "mega" entrevistas que faltan: la reina [Elizabeth II], porque nunca ha dado una entrevista. El príncipe William y Catherine. El Papa. Estas serían entrevistas muy importantes. Pero no estoy tratando de hacer ninguna de ellas. Hay gente más joven que yo que está arando el terreno, tratando de avanzar. Les toca a ellos.
La evolución de los noticieros de TV
La privacidad no existe. Nada se respeta. Y eso es algo de lo que todos hablamos y deploramos, pero así es nuestra vida y como la hemos moldeado. También solía ser que las noticias eran sagradas y que uno no expresaba opiniones. Quiero decir, Walter Cronkite era el más apreciado y famoso, pero nadie sabía qué pensaba Walter. Hoy en día, para tener éxito tienes que vociferar y eso es lo que la gente quiere oír.
El poder de la familia y los amigos
Lo más importante para un padre es que su hijo sea feliz. Mi hija ya es adulta y es feliz, lo cual me da una gran tranquilidad. Y como no tengo ni hermanos ni hermanas, mis amigos son muy importantes. Tengo algunos muy cercanos —antiguos y recientes— pero que poseen las mismas cualidades: nos tenemos confianza, nos divertimos, podemos decirnos cualquier cosa sin tener que salir del cuarto preguntándonos, "¿Por qué dije eso?"
Por qué sus exmaridos la admiran
Recuerdo que Nora Ephron dijo una vez: "nunca te cases con alguien del que no te quisieras divorciar". En otras palabras, cásate con un hombre del que, si tienes que divorciarte, sea justo en el proceso. Nunca les pedí ayuda económica. Porque yo trabajaba. Lo cual marcó una gran diferencia. Y mis matrimonios no se acabaron por culpa de otra mujer u otro hombre. Fue más bien una cuestión de logística. Un [esposo] vivía en California. Y claro, esto lo puedes sostener por un año, pero no por 10.
Las mujeres y el trabajo
Solía decir que sería muy difícil tener una buena carrera, hijos y un matrimonio, y balancearlo todo —y sigue siendo así—. Las mujeres, y ahora los hombres, aún se las ven difíciles. Pero tienes empleadores más comprensivos y las mujeres no se sienten tan culpables de trabajar.
Liberarse
Tenemos la tendencia de preocuparnos por pequeñeces. Kitty Carlisle Hart me dijo una vez que se veía en el espejo antes de irse a la cama y se decía: "Kitty, te perdono". Eso nunca se me ha olvidado. Si hay algo que me ha estado molestando y que no puedo resolver, en mi propia mente, cierro la puerta.
El secreto de su éxito
Solía decir que se debía a que no tenía que ir al baño con frecuencia y podía quedarme más tiempo que nadie, hombre o mujer —pero era solo una broma—. Creo que el secreto de mi éxito es mi perseverancia. No me di por vencida. No me dije: "este trabajo es una basura, estoy descontenta y voy a renunciar". Pasé por épocas dífíciles, realmente difíciles. Y tuve la suerte de salir airosa.
Ser un ejemplo a imitar
Cuando alguien se me acerca y me dice: "nos abriste el camino, muchas gracias", me siento muy orgullosa. Muchas mujeres piensan hoy en día, "¿Qué es lo que es tan difícil? Ella tenía un compañero al que le caía mal. Tengo compañeros a los que les caigo mal. Ella estaba a punto de fracasar. Yo fracasé". Pero el hecho de que fui perseverante y logré tener éxito en un mundo de hombres —el mundo de los noticieros de TV— me llena de gran orgullo. Ese es mi legado. No una entrevista específica que realicé. Eso está bien, pero ¿a quién le importa? Es el pensar que tal vez les he hecho la vida más fácil a las mujeres que me han sucedido.
Myrna Blyth es vicepresidenta sénior y directora editorial de AARP Media.
Acerca de Walters
- La primera coanfitriona de un programa matutino
- La primera copresentadora de noticias de una cadena de TV nacional
- Entrevistadora estrella de líderes mundiales y famosos
- Principal corresponsal y coanfitriona del programa 20/20 de ABC por 25 años
También te puede interesar: