¿Es conveniente casarse en la madurez?
El compromiso de George Clooney se presta para responder a esta pregunta.
In English | Como especialista en relaciones amorosas, sin duda me di cuenta cuando los medios sociales estallaron con la noticia de que el soltero empedernido George Clooney está comprometido.
Al principio me identifiqué con todas sus admiradoras, tanto solteras como casadas, a quienes les vino a la cabeza este primer pensamiento de pura fantasía: "¿pero por qué no yo?" (Lo siento, queridas, pero la prometida de Clooney es Amal Alamuddin, una abogada especializada en derechos humanos; inglesa, de 36 años, que además habla árabe y francés). Lo que sí me pareció muy divertido fue el momento en el que anunció su compromiso, lo que demuestra una vez más que la mayoría de los hombres también tienen un reloj biológico —que simplemente no oyen sino muchos años después que las mujeres—.
Clooney puede haberse dado cuenta, como muchos hombres, de que llega un momento en la vida cuando finalmente uno se enfrenta al hecho de que no importa cuán divertida haya sido la soltería, la vida siempre es mejor con una buena pareja. Una serie de sucesos en la vida puede llevarte a esta conclusión. Entre ellos:
- Reconoces que algunas de las personas con las que has estado no son exactamente idóneas para el matrimonio.
- Ves el calendario y te das cuenta de que tus capacidades (físicas, emocionales o ambas) para realizar la ardua labor de ser padre (o abuelo) tienen fecha de expiración.
- Divertirte comienza a ser menos importante para ti que darle sentido a tu vida.
- Ves a los niños de otras personas y te das cuenta de que realmente deseas dejar un legado propio.
- Al oír que un amigo cercano muere joven —o muere en la mediana edad, como sea el caso— te das cuenta de que fácilmente te ha podido tocar a ti.
En otras palabras, todo el mundo —hasta el soltero (divorciado) más codiciado del planeta— debe seguir el curso normal de la vida. Aunque es posible estar en pareja en cualquier momento de tu vida, es una ilusión pensar que eres la misma persona cuando tienes 50 años que cuando tenías 30. Puede ser que todavía sigas buscando a un bombón si, tal como ciertos iconos de la pantalla con facciones cinceladas, todavía te puedes dar ese lujo. Pero —como le ocurre a Clooney— tal vez ya no te interese solamente la belleza de la otra persona. Más bien estés buscando a una persona que tenga sustancia, que pueda cautivar no solo tu cuerpo sino también tu mente. (Si de paso tiene el potencial de convertirse en la madre de tus hijos, ¡pues mucho mejor!).
Por lo que no resulta sorprendente que ahora Clooney piense en casarse —a la edad de 53 años— en vez de quedarse soltero unos 10 años más.
Esto coincidiría bien con lo que sabemos de los deseos de los hombres maduros de querer vivir todo el proceso de matrimonio cuando su reloj interno— y ni qué decir de su medio cultural— les está diciendo que este es el "último chance" para lograrlo. (El último chance de lograrlo para las mujeres llega considerablemente antes, pero esto queda para otra columna).
Al igual que otros "solteros profesionales" que de repente se despiertan con el sonido metálico y frío de su propia mortalidad, Clooney parece haber escuchado el llamado al compromiso y le prestó atención. Como suele suceder cuando una persona sufre un "cambio radical en el rumbo de su vida" como este, todo parecerá ocurrir a velocidades extremas: incluso las estrellas de cine más soñadoras saben cuándo es hora de abandonar la discoteca y dirigirse al cuarto del bebé.
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