'Cincuenta sombras de Grey': se revela el secreto
Algunas mujeres quieren que el hombre les diga qué hacer en la cama, ¿sabes por qué?
In English | Los críticos despedazaron la película Cincuenta sombras de Grey. Entonces, ¿por qué la película tuvo el lanzamiento de mayor recaudo de la historia: $94 millones en sus primeros cuatro días?
La razón, pienso yo, es sencilla: a las mujeres les interesa el juego sexual de la sumisión; estimuladas por los libros, fueron a ver la película con la esperanza de una segunda oportunidad para la emoción sexual —y romántica—.
Lamentablemente, incluso los admiradores de la película quedaron algo o muy decepcionados: Cincuenta sombras de Grey no es erótica como el libro.
Ojalá ese fuera el menor de los problemas de la película.
En primer lugar, Jamie Dornan no era el apropiado para interpretar el personaje de Christian Grey; necesitábamos a alguien más frío y un poco más peligroso. Ryan Gosling, tal vez, o un Daniel Craig más joven.
En segundo lugar, a pesar de toda la piel que se deja ver, la película es modesta en cuanto a lo sexual. Reconozco que aquí la conveniencia tuvo mucho que ver; la película no podía ser tan gráfica como el libro por temor de que recibiera una clasificación X, lo que habría sido mortal para sus ingresos.
En tercer lugar, Cincuenta sombras alcanza un clímax tristemente insatisfactorio: ¡a gritos dice "continuará" en la inevitable secuela!
Dejando de lado estas decepciones, los seguidores y enemigos por igual siguen debatiendo el significado de la película. Y eso está bien para mí, porque creo que se puede aprender mucho sobre la psicología sexual de las mujeres al "desamarrar" (¡lo siento!) el significado de la película.
Aquí, en mi opinión, está el secreto tan guardado que la película pone a la luz pública: muchas mujeres heterosexuales quieren que el hombre se haga cargo del encuentro y les digan qué hacer en la cama.
Esto no quiere decir que todas las mujeres desean la dominación masculina, o incluso el liderazgo masculino, fuera del dormitorio. Pero cuando se trata de sexo, a las mujeres les gusta que el hombre lleve el paso; al menos una parte del tiempo. A las mujeres también les gusta sentirse "poseídas"; repito, al menos temporalmente. Y en cualquier fantasía romántica o sexual, nunca está de más si el tipo resulta ser increíblemente guapo, exitoso y generoso.
Sé que esta es una postura que causa controversia. Cualquier número de comentaristas femeninas ha acusado a Cincuenta sombras de glorificar "una relación abusiva" y "la violencia contra las mujeres". Discrepo respetuosamente. Tanto en el libro como en la película, la mujer en cuestión se excita y recibe placer con lo que sucede. Sin embargo, una vez que ella pide presenciar la versión más extrema de lo que le produce placer a Grey, se revela la verdadera naturaleza sádica de su sexualidad, ante lo cual ella opta por retirarse.
Y, por supuesto, ninguna mujer debería hacer lo que está más allá de su voluntad, o experimentar sumisión sexual en forma de opresión. Si durante una sesión de sexo sumiso y dominante ocurre algo que es desagradable o que causa temor, ese comportamiento entonces se califica como abusivo; y posiblemente incluso delictivo. Pero si lo que ocurre es un juego erótico de mutuo acuerdo que involucra dominio masculino y receptividad y sumisión femeninas, entonces se trata de algo sexy. ¿Por qué? Porque cada uno recibe lo que quiere.
¿Quiere esto decir que las mujeres deben ser sumisas en la cama? Por supuesto que no. Pero el deseo sexual sigue siendo en gran parte un misterio insondable, y si una práctica excita a ambas parejas, ¿qué hay de malo en eso? Esta dinámica sexual también puede ser atractiva para parejas del mismo sexo —entre los gays y las lesbianas puede haber asimismo un dominante y un sumiso— pero repito, no dice nada en absoluto sobre cómo se deben comportar en otros aspectos de sus vidas. Es más, en un buen número de las historias de vida sexual que he registrado como parte de mi profesión, este tipo de juego sexual parece ser común entre hombres que son de gran éxito en los negocios. Lo más intrigante de todo, para mí, es el hecho de que estos hombres que son del tipo dominante en su vida cotidiana a menudo quieren asumir el papel de sumisión en el juego sexual. ¡Muy anti Sr. Grey!
Siéntete en libertad de disentir de mi interpretación del significado psicosexual del fenómeno Cincuenta sombras, pero no te molestes en pelear con las cifras: la trilogía había vendido más de 100 millones de copias para esta época el año pasado, mientras que la película recaudó $400 millones en tan solo las dos primeras semanas después de su estreno.
Incluso mi obediente aunque poco entusiasmado prometido, a quien insistí en arrastrar a la proyección, tuvo que admitir que disfrutó los eventos de la película.
¿Me siento culpable por dominar sus opciones cinematográficas?
¡En absoluto! No me lío.
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