Cómo hacer nuevas amistades después de mudarte
Consejos que te ayudarán a encontrar nuevos amigos cuando dejaste atrás a los que tienes.
In English | Hay tantas razones por las cuales podrías mudarte de tu ciudad natal para vivir en un lugar distinto, especialmente cuando pasa el tiempo. Quizás quieres vivir en un clima más cálido o estar cerca de los nietos. Quizás tienes padres de edad avanzada que necesitan ayuda, te estás mudando de una casa a un apartamento o has encontrado trabajo en otra ciudad. Sea cual sea la razón, muchas personas mayores de 50 años necesitan establecer nuevos vínculos sociales. La cuestión es: ¿cómo lo logras?
Consíguete un perro. Consigue un perro, aconseja Lisa Johnson Mandell, periodista de 52 años, que se mudó con su esposo de Santa Mónica a otro lugar en Los Ángeles hace cinco años.
“Tener un perro cambia totalmente la cosa”, dice. La pareja se consiguió un perro Goldendoodle (una mezcla entre el cobrador dorado —golden retriever— y el perro caniche —poodle—) y conocieron a otros dueños de “doodles” en un parque para perros. Entonces ella se enteró sobre una iniciativa para recaudar fondos para el rescate de animales, y se ofreció a ayudar. “Asistí a una reunión y conocí a unas señoras; comenzamos a conocernos a medida que planificábamos las actividades de ese año. Entonces se conocieron nuestros esposos y se encantaron”, dice Mandell.
Desde entonces las parejas han tomado vacaciones juntas, dan fiestas y preparan grandes cenas en sus casas. “No nos imaginamos tener mejores amistades que las que hemos conocido a través de nuestros perros”, dice Mandell, que llama a sus nuevas amigas “las chicas Doodle”.
Según estudios contar con un amplio círculo de amigos está estrechamente relacionado con el bienestar psicológico, la salud del cerebro y hasta la mortalidad, así que no hay como negar el hecho de que tener amistades es bueno.
Y si no te sientes cómodo o te da un poco de vergüenza estar extrañando tener amigos ahora que eres adulto, Shasta Nelson, autora de Friendships Don’t Just Happen, afirma que “es muy normal necesitar nuevas amistadias en varias instancias de la vida. Debemos reconocer que nuestra salud y felicidad son más importantes que la incomodidad que sentimos al confesar que necesitamos amigos”.
Por supuesto, se pueden necesitar meses o hasta años para cultivar una amistad. La doctora y psicóloga Elaine Rodino se mudó de California a la zona central de Pensilvania hace casi cuatro años para estar cerca de su único nieto. Confiesa que tardó un poco, pero ha podido conocer a otras personas a través de actividades de voluntariado (en inglés) No importa cuál sea la organización, dice Rodino, “Todo el mundo adora a los voluntarios. Siempre hay algo que hacer y la gente se emociona mucho cuando te haces miembro de un comité; entonces comienzas a hacer amistades". Más que unirse a un grupo especial de interés o asistir a servicios religiosos, trabajar como voluntario es una forma de alcanzar un nivel más profundo de participación —y de relaciones con los otros miembros del grupo—.
La doctora Irene S. Levine, psicóloga y autora de Best Friends Forever: Surviving a Breakup With Your Best Friend y Thefriendshipblog.com, afirma que la mejor manera de encontrar amistades es hacer algo que te apasiona —“ya sea jugar golf, tenis, bridge, o arte, participa en una actividad regularmente. Esto te permite tener contacto con las mismas personas una y otra vez, y la familiaridad fomenta la amistad”—. Según Nelson, las personas no se empiezan a considerar amigos hasta haberse encontrado unas seis a ocho veces.
Levine aconseja, en caso de que necesites tiempo, que hagas lo posible por mantenerte en contacto con las viejas amistades en los primeros días después de mudarte, para así no sentirte abandonado. También aconseja averiguar si esos viejos amigos tienen amistades o familiares en tu nuevo vecindario —conocer a amigos de amigos es una buena manera de comenzar a conectarte—.
“Ser abierto es importante”, dice Kathleen Marshall, de 58 años, exazafata que se ha mudado 18 veces en el transcurso de su carrera hasta jubilarse con su esposo a un vecindario en Arizona, donde viven gente mayor muy activa. Cuando estás comenzando a hacer amistades de nuevo, “da miedo”, dice Marshall, “hay que hablar con todo el mundo. He estado tomando clases de arte y conociendo a gente poco a poco”. La pareja también participa en la iglesia local, pasea en bicicleta por todos lados y, según Marsall, disfruta al máximo su nueva vida: “Cambiar es realmente difícil, pero [sepan que] las cosas pueden ser incluso mejor que antes”.
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