¿Soy normal?
Te has preguntado cómo y por qué cambiamos con la edad. Aquí te respondemos.
por: Selene Yeager, AARP The Magazine, 8 de noviembre de 2018
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PHOTO BY: vaximilian,Getty Images
Me enojo y le grito al GPS cuando la voz me da direcciones extrañas.
¡Eres normal, y únete al club! Estás corto de tiempo y lidiando con el tráfico. Y entonces la voz del GPS te dice que tomes esa autopista infernal. Ahí es cuando le gritas, como casi todo el mundo. "Inconscientemente, las personas tratan a la tecnología interactiva como si también fueran seres humanos", dice David Miller, un estudiante de doctorado de Stanford University que se especializa en la interacción humano-tecnología. "Nos confundimos y nos enojamos porque no sabemos qué está 'pensando' el GPS. Me está diciendo que tome la 101, pero creo que no es una buena idea. Así que me frustro y tal vez le grito". La evolución de la tecnología podría alterar esa dinámica. "En el futuro, cuando tu GPS te dé instrucciones, puede que también te de una justificación", dice Miller. "Así que tendrán una mejor relación de parte y parte".
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Hay días que mis tobillos se hinchan. Pero otros días no, a pesar de que hago prácticamente las mismas cosas.
Eso es normal. Échale la culpa a la gravedad. Pasar mucho tiempo sentado o parado en un mismo lugar puede hacer las cosas más difíciles para tu segundo corazón. No el corazón que tienes en el pecho, tu segundo corazón, el que tienes en tus pantorrillas. Los doctores a menudo se refieren a los músculos que tienes en la parte baja de las piernas como "segundo corazón" porque ayudan a bombear la sangre desde las extremidades inferiores. Cuando no pueden hacer bien su trabajo, se puede acumular líquido en los tobillos. Pero la gravedad también puede ser la solución. "Cuando pones tus piernas elevadas, la hinchazón debería desaparecer", dice la internista Aba Barden-Maja, del Penn Presbyterian Medical Center en Filadelfia. Hay otros culpables de la hinchazón de los tobillos: El exceso de sodio o el exceso de calor pueden causar retención de agua o hacer que los vasos se dilaten. Los medicamentos, como algunas pastillas para la presión arterial, medicamentos para la diabetes, los antidepresivos y los antiinflamatorios también pueden causar la retención de líquidos. Y tu segundo corazón es susceptible a fallas relacionadas con la edad. "A medida que te haces mayor, puedes tener insuficiencia venosa, lo que significa que las válvulas en tus venas no funcionan tan bien, por lo que se acumulan líquidos", dice Barden-Maja. “Las medias de compresión ayudan”. Nunca ignores la hinchazón, especialmente si es repentina o en una sola pierna. Barden-Maja dice que: "podría ser un síntoma de problemas cardíacos, renales o hepáticos, un coágulo de sangre o una infección".
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PHOTO BY: Neyya,Getty Images
Solía saltar en bungee. Ahora me preocupa conducir cuando está lloviendo.
No es normal. Los temerarios por naturaleza no suelen dejar de lanzarse sobre precipicios para vivir una vida cautelosa cuando el cabello se les vuelve gris. Un estudio reciente de 528 hombres y mujeres entre los 18 y 93 años encontró que tomar decisiones riesgosas con fines recreativos disminuye bastante entre los 18 y 43 años. Luego se mantiene estable a medida que nos hacemos mayores. Algunos de los que se atrevían suelen cambiar de opinión cuando sus articulaciones fallan. Pero si el miedo te impide hacer las cosas de las que aún eres capaz, entonces podría ser una señal de un trastorno de ansiedad, dice el psiquiatra geriátrico Breno Diniz, de la University of Texas Health Science Center en Houston. Busca ayuda: "La mayoría de las afecciones de salud pueden ser tratadas, ya sean trastornos de ansiedad o algo como las cataratas, que interfieren con la visión y causan ansiedad".
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PHOTO BY: RapidEye,Getty Images
Amo a mis nietos, pero no estoy tan interesado en pasar mucho tiempo con ellos.
¿Según las expectativas tradicionales? No, no eres normal. ¿Pero de acuerdo con la realidad? Sí, lo eres. Y cada vez más, a medida que la brecha de edad de los abuelos se hace más grande. La edad promedio en que las personas se casan va en aumento, y por primera vez en la historia, la tasa de natalidad de las mujeres en Estados Unidos entre 30 y 34 años es más alta que entre las mujeres de 25 a 29 años. Entonces, mientras que la edad promedio de convertirse en abuelo es de 50 años aproximadamente, no es raro encontrar que la diferencia de edad entre abuelos y nietos sea tan alta como de 60 o 70 años. "Hoy en día los abuelos tienen menos en común y menos energía y paciencia con sus nietos", dice Ronal Jay Werner-Wilson, presidente del Department of Family Sciences de la University of Kentucky. Está bien sentirse libre de culpas, agrega. "Explícales a los papás de los niños que estás en un momento en el que quieres poner tu energía en hacer cosas personales, y que amas a tus nietos, pero que no siempre puedes estar ahí para cuidarlos. Luego, llega a un acuerdo que funcione bien para ti".
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PHOTO BY: Robert Deutschman
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PHOTO BY: Brian Jackson / Alamy Stock Photo,Brian Jackson / Alamy Stock Phot,Alamy
A medida que me hago mayor, el tiempo parece pasar volando. Cada año parece ser más corto.
Eso es normal. Échale la culpa a la manera en que tu cerebro marca el tiempo: a través de experiencias nuevas que crean recuerdos. Cuando eras un niño, estabas aprendiendo, cambiando y creando recuerdos. Después, de adulto, caes en una rutina que hace que los días, las semanas, los meses y hasta los años comiencen a parecer borrosos. "Cuando para ti los días no son distintos, comienza a parecer como si el tiempo no ha pasado, y no es hasta que algo pasa, como ver al hijo de un amigo que no veías desde que tenía dos años, que te vuelven los recuerdos", dice la psicóloga británica Claudia Hammond, autora de Time Warped: Unlocking the Mysteries of Time Perception. Para evitar que el tiempo se vaya volando, necesitas crear nuevos recuerdos deliberadamente, explica Hammond. "Ve a un lugar diferente y haz cosas nuevas este fin de semana. El lunes, cuando mires hacia atrás, vas a sentir que el fin de semana fue larguísimo"
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PHOTO BY: Getty Images
La mitad del tiempo parece que no entiendo el chiste.
Completamente normal. Y no te preocupes, no te estás volviendo un malhumorado. "Los estudios muestran que el sentido del humor no disminuye con la edad—de hecho, aumenta—", explica la Dra. Uma Suryadevara, psicóloga geriátrica de la University of Florida Health. Pero eso es asumiendo que entendiste el chiste. Para resolver las incongruencias que hacen de algo chistoso, tu cerebro utiliza múltiples regiones, y tal flexibilidad cognitiva tiende a disminuir con la edad, agrega Suryadevara. Además, para que entiendas el chiste, tú y la persona que lo cuenta tienen que compartir un marco de referencia. "Casi nunca les encuentro la gracia a los chistes que me hacen de South Park o de Family Guy", dice. "Cuando pase eso, solo ríete cortésmente".
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PHOTO BY: Aldomurillo, Getty Images (center), Alamy (left and right)
Solía odiar el salmón. Ahora lo amo. Solía amar el filete de res. Ahora lo odio.
El cambio brusco de elegir un filete de pescado en vez de un filete miñón puede que no sea tan común, pero es razonable, considerando la gran variedad de gustos, emociones y experiencias que crean nuestro "gusto", dice el Dr. Scott Stringer, presidente del departamento de otorrinolaringología del University of Mississippi Medical Center. La disminución de las papilas gustativas es solo parte de la vida. Las neuronas olfativas en tu nariz, que perciben las moléculas del aroma, también pierden su capacidad generativa con el tiempo. Y además, el cambio del gusto es solo parte del proceso evolutivo: los receptores para el sabor amargo, que son buenos para detectar toxinas, disminuyen su capacidad después de la etapa en que probamos de todo cuando niños. Los medicamentos pueden causar efectos secundarios que alteran el sabor. Y es ahí cuando entra la fisiología: "Si apenas puedes masticar y tragar un pedazo de carne roja, que además ya has leído que ni siquiera es bueno para ti, tu cerebro puede decidir que no te gusta", señala Stringer. ¿Ese salmón suave y saludable? Nunca ha sabido mejor.
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