La vida de mascotas y sus dueños en medio de la pandemia de coronavirus
Cómo ayudan los animales a que el confinamiento sea más llevadero.
por: Leslie Quander Wooldridge, AARP, 7 de agosto de 2020
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PHOTO BY: Andy Anderson
Karen Brescia, de 53 años, con Max, de 2 años (Mountain Home, Idaho)
Es necesario tener algo positivo cada día que te levante el ánimo. Nuestros dos gatos de raza Maine Coon sin duda contribuyen en gran medida a ese sentimiento positivo. Mis maravillosos hijos crecieron y se mudaron de casa, pero mis mascotas son realmente como niños. Cuando te quieren, cuando te miran a los ojos, es como si miraran directamente en tu alma.
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PHOTO BY: Lauren Pond
Elise Robinson, de 50 años, con Mithu, de unos 42 años (Columbus, Ohio)
Cuando tenía 26 años, empecé a trabajar en una clínica veterinaria. Este loro amazónico de nuca amarilla vivía ahí, y después de 19 años vino a vivir conmigo. Ahora que todo es tan incierto, es agradable tenerla en casa. Quiere estar contigo como si fueras su pareja en la selva. Mi esposo y yo tenemos 17 pájaros, y los amo a todos. Pero ninguno de mis otros pájaros me ama a mí. Es gratificante tener uno a quien le importo.
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PHOTO BY: Andy Anderson
Andie Day, de 67 años, con Handsome, de algo más de 20 años (Boise, Idaho)
Siempre tuve caballos y con el tiempo mis hijos montaron conmigo. Y luego mis nietos. Handsome trabajó como mula de carga en un rancho. Lo retiraron y yo lo adopté. Trabajo en comunidad para jubilados. Cuando me siento agotada al terminar la jornada, veo a Handsome y él me saluda con un fuerte rebuzno. Me hace sentir bienvenida. Admiro su honestidad; él expresa sin reparo lo que siente.
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PHOTO BY: Gregg Segal
Christian Sariol, de 49 años, con Abby, de unos 5 años (Valyermo, California)
Los cerdos son listos, pero no como los perros. Más bien parecen ser perceptivos. Tenemos dos que adoptamos aquí en Angeles Crest Creamery. Cuando estoy preocupado, pueden sentirlo. Se alejan. Así que tengo que pedirles disculpas. Es una locura, pero me han ayudado a ser un mejor ser humano.
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PHOTO BY: Gregg Segal
Joel Almquist, de 50 años, con Cheeky, de unos 8 años (Phelan, California)
Tenemos más de 200 animales en Forever Wild Exotic Animal Sanctuary y Cheeky, uno de los monos capuchino, es uno de los más especiales; siempre intenta hacerte reír. Durante esta situación de la COVID-19, el no poder pagar las facturas me estresa un poco. Las personas no pueden venir de visita, y es estresante también para los animales. Les gusta ver a las personas. El simple hecho de estar juntos nos ayuda a todos.
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PHOTO BY: PETER FRANK EDWARDS
Cathy C. Bennett, de 64 años, con Harley, de 11 años (Charleston, Carolina del Sur)
Soy la coordinadora de perros de terapia de un hospital, y mis dos goldendoodles están certificados. Ellos no han estado haciendo terapia desde que empezó la pandemia, pero me sentiría mucho más sola sin ellos. Mi esposo y yo hemos perdido a amigos muy queridos debido a la enfermedad, y los perros han sido una fuente de consuelo, no solo para nosotros, sino para otras personas.
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PHOTO BY: Gregg Segal
Samantha Kirkeby, de 55 años, con Chupacabra, de 13 años (Burbank, California)
Los caballos españoles de raza andaluza son mi pasión desde hace alrededor de 25 años. Tienen una apariencia briosa, pero son muy nobles y apacibles. Me siento muy afortunada de poder cabalgar por los senderos durante la pandemia. Durante un breve y precioso tiempo, me siento en paz. Mis caballos siempre han sido mi santuario.
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PHOTO BY: Arielle Bader
Bob Bader, de 62 años, con Penny, de 1 año (Tampa, Florida)
Tenemos dos gatos, y nos preocupaba introducir a un perro en un hogar con gatos. Ahora todos se llevan bien. De repente las mascotas tienen compañía a todas horas. Ella quiere jugar mucho, y es tan sociable que hemos conocido a todos nuestros vecinos. A veces parece que nuestras vidas giran en torno a Penny. Para nosotros, este es un momento sin precedentes, pero creo que los perros lo recordarán como una época gloriosa.
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PHOTO BY: Rory Doyle
De izquierda a derecha: Robin Webb, de 63 años, con Pups, de unos 4 años; Jimmy Webb, de 66 años, con Penny, de 14 semanas (Cleveland, Misisipi)
Jimmy vino a vivir conmigo y Pups hace dos años. Trajo consigo a un dachshund de 12 años que se convirtió en el amor de nuestras vidas hasta que murió en diciembre. Y entonces mi madre falleció al día siguiente. Todos sentimos una enorme sensación de pérdida. Así que decidimos que Pups necesitaba una hermanita. Jimmy y yo nos sentimos sumamente afortunados de estar juntos durante esta pandemia, y de no estar solos como estuvimos durante tantos años. Ahora tenemos la oportunidad de crear una familia integrada por nosotros dos y los dos perros.
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PHOTO BY: Brinson + Banks
Teresa Apollo, de 58 años, con Roxy, de unos 8 años, y un cachorro acogido sin nombre, de unos 2 años (Los Ángeles, California)
A pesar de que tengo una guardería y un alojamiento para perros, no cuento con muchos de mis clientes caninos en estos momentos. Así que decidí acoger porque tengo tiempo y espacio. Soy la líder de la manada. Es muy gratificante interactuar socialmente con los perros, ya que no puedo interactuar con otras personas. Los perros son muy sociables y leen bien nuestra energía. Así que estoy consciente de que mi energía y mi estado de ánimo deben estar tranquilos y ser positivos cuando estoy con mis perros para que se sientan protegidos en todo momento. Ellos no saben que está ocurriendo una pandemia; solo viven su vida. Si tengo miedo, esto afectará a mis perros. Siento que he tenido que ser fuerte por ellos.
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PHOTO BY: Amy Shroads
Patrick Shroads, de 49 años, con Lancelot, de 6 años (Bethesda, Maryland)
Teníamos un hogar con dos gatos hasta que uno de ellos, Barnaby murió repentinamente la primavera pasada. Mi esposa y yo tenemos un hijo de 13 años y fue su primera experiencia con la pérdida de un ser querido. Por suerte, Lancelot es amigable. Mientras no le toques la barriga, es muy tranquilo. Todo es más fácil cuando tienes mascotas, en los buenos y los malos tiempos. Es maravilloso tener un animalito junto al que puedes agacharte y hacerle cosquillas. Y si estás triste, viene a tu lado. Aunque no lo haga de manera intencional, puedes convencerte a ti mismo y decirte, "¡qué bien me conoce!".
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PHOTO BY: Courtesy Jayme Gershon
Jayme Gershen, de 32 años, con Krizo, de 4 años (Miami, Florida)
A finales de enero, mi amiga Ajhanou murió a los 56 años y me dejó a su perro. Entonces llegó la cuarentena. Pasé de trabajar todo el tiempo como fotógrafa y cineasta a un estado de incertidumbre sobre cuándo recibiría mi próximo trabajo. En mis paseos con Krizo, empecé a mirar a mi alrededor y vi por fin mi vecindario, en el que había tenido la intención de pasear durante años. Y me di cuenta de lo que me había estado perdiendo. No había prestado atención al revoloteo de las mariposas. No había conocido a casi ninguno de mis vecinos ni había notado los cardenales posados en los árboles. Cuando la mamá de Krizo murió, pensé que le estaba haciendo un favor a ella al cuidarlo, pero me he dado cuenta con el tiempo de que fue ella quien me lo envió para que él me cuidara.
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PHOTO BY: Gregg Segal
Animales trabajadores:
Gloria Putnam, de 48 años (Valyermo, California)
Cuando cuidas de 150 cabras, tienes que asegurarte de que estén cómodas y no tengan miedo ni hambre. Las cabras son como todos los animales: viven completamente en el presente. No se preocupan por lo que ocurrirá mañana. Así que caminar en el bosque con muchas cabras te hace tener esa mentalidad. Las cabras te enseñan a disfrutar el momento. No puedes controlar muchas cosas que ocurrirán en el futuro. Lo único que puedes controlar es cómo te sientes acerca de lo que ocurre ahora. En estos momentos, las cabras te enseñan que la naturaleza continúa.