Informe: Hace falta estrategia nacional para el cuidado de seres queridos
Es necesario tomar más medidas para preparar a los sistemas de salud y servicios sociales.
In English | Ha habido un aumento significativo en la demanda de familiares que cuiden de adultos mayores, y quienes realizan esta labor esencial necesitan más apoyo, según un informe publicado el martes por las National Academies of Sciences, Engineering and Medicine.
El informe aboga por una transformación de las políticas y medidas públicas que impactan a los que cuidan de familiares o amigos de edad avanzada. Recomienda que la próxima administración presidencial “tome medidas inmediatas para abordar los asuntos de salud, económicos y sociales” que enfrentan los cuidadores familiares. Y aboga por que se elabore sin demora una estrategia nacional de prestación de cuidados.
“Apoyar a los cuidadores familiares debería ser una parte integral de la responsabilidad colectiva del país de cuidar de su población de adultos mayores”, dijo Richard Schulz, director del University Center for Social and Urban Research en la University of Pittsburgh y presidente del comité de expertos de 19 miembros que elaboró el informe.
La recomendación de tener una estrategia nacional concuerda con la iniciativa de AARP para apoyar la legislación pendiente en el Congreso. Un proyecto de ley bipartidista llamado RAISE (Reconocer, Ayudar, Incluir, Apoyar e Involucrar a Cuidadores Familiares) (S.1719/H.R. 3099) requiere que se formule una estrategia nacional para apoyar a los cuidadores familiares. El Senado aprobó este proyecto de ley de manera unánime en diciembre. Ahora el proyecto se encuentra a la espera de lo que disponga la Cámara de Representantes. Más de 50 organizaciones nacionales instaron a la Cámara a aprobar el proyecto de ley RAISE (en inglés) en septiembre.
Según el informe, titulado Families Caring for an Aging America (Familias que cuidan de un EE.UU. que envejece), por lo menos 17.7 millones de personas en Estados Unidos cuidan de un ser querido de 65 años o más. En los próximos años, se espera que aumente el número de personas que necesitan cuidados, incluso a medida que el número de posibles cuidadores familiares continúa disminuyendo. El informe además menciona que el divorcio generalizado, la menor tasa de fecundidad y la mayor tasa de parejas sin hijos apuntan a un conjunto cada vez más reducido de posibles cuidadores. Los adultos mayores tendrán menos familiares de quienes depender y mayores probabilidades de no estar casados y de vivir solos y a mayor distancia de sus hijos.
El comité señala que hasta ahora se han tomado muy pocas medidas a fin de preparar los sistemas de salud y servicios sociales para este cambio demográfico.
Generalmente se margina o deja de lado a los cuidadores familiares a pesar de su importante papel, dijo el comité. Puede que se les excluya de las decisiones relativas al tratamiento y la planificación de los cuidados. Los incentivos financieros fomentan las estadías hospitalarias más cortas, con las expectativas tácitas que los familiares podrán manejar la transición del hospital al hogar. El informe también menciona que los proveedores de atención médica esperan que los cuidadores familiares, quienes tienen poca o ninguna capacitación, manejen equipos y procedimientos técnicos, tales como las sondas de alimentación y los tubos de drenaje.
Ya se están implementando iniciativas en este campo: durante los últimos años, 33 estados han promulgado la ley CARE (Aconsejar, Señalar y Posibilitar a los Cuidadores), la cual exige que los hospitales se comuniquen con los cuidadores familiares y les enseñen a proporcionar cuidados en el hogar de manera segura después de que el paciente salga del hospital.
Los defensores de derechos dicen que es necesario hacer más al respecto. “No tener en cuenta a los cuidadores familiares hace que no estén preparados para las labores que se espera que realicen, lo cual implica una gran carga financiera y personal”, dijo Schulz. “Es posible que los cuidadores padezcan un mayor riesgo de sufrir consecuencias adversas en prácticamente todos los aspectos de su vida —desde la salud y la calidad de vida hasta las relaciones personales y la seguridad económica—. Si no se abordan las necesidades de los cuidadores, nosotros como sociedad hacemos peligrar el bienestar de las personas de la tercera edad”.