La importancia de la votación a mitad de mandato
Elegir representantes, senadores y gobernadores es tan crucial como la elección del presidente.
Como ciudadano naturalizado de este gran país, he votado en las últimas 15 elecciones… y no faltaré a las urnas en noviembre.
La votación en Estados Unidos el próximo 6 de noviembre tiene un significado monumental para el sistema de pesos y contrapesos marcado por la Constitución que le da equilibrio a los poderes del estado. En elecciones de medio término como la que se aproxima, que se llevan a cabo cada cuatro años justamente a mitad del mandato presidencial, se eligen o reeligen principalmente a los miembros del Congreso.
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Los 435 representantes a la Cámara, cuyos mandatos son de dos años para todos sus miembros, pondrán sus cargos en las manos de los votantes. En el Senado, 35 escaños del total de 100 estarán en juego para períodos senatoriales de seis años. Igualmente, 36 cargos de gobernadores estatales y tres de gobernadores territoriales —de las Islas Vírgenes, Guam y las Islas Marianas del Norte— estarán sujetos a elección.
Los políticos suelen referirse hiperbólicamente a elecciones que se aproximan como “las más importantes de la historia”. Y la lógica les da la razón al quitarle urgencia a las que ya han quedado atrás. Lo cierto es que todas las elecciones son importantes. Como lo es también el que los ciudadanos ejerzan libremente su derecho a votar para escoger al candidato que prefieran y que, para ellos, represente la mejor opción para legislar en favor del pueblo.
Cámara de Representantes y el Senado
Está en juego el valor intrínseco de sus resultados. Los dos partidos predominantes en la política americana, el partido Demócrata y el partido Republicano, se disputan las mayorías en las dos cámaras del Congreso: la Cámara de Representantes y el Senado. Y obtener esas mayorías no afecta solamente las votaciones que puedan surgir en el plenario de sus legislaciones, sino principalmente el derecho que recibe esa mayoría de que un miembro de su partido presida la cámara respectiva en que obtenga la mayoría. Ese liderazgo le da un enorme poder, en cierto sentido, equivalente al de la presidencia de la nación.
Pero ahí no termina el impacto del poder de la mayoría, sino que su alcance más importante es en la ventaja absoluta que ese partido tiene de presidir cada uno de los comités activos, lo cual quiere decir que su partido tendrá el poder de derrotar proyectos de ley, empantanarlos durante semanas, enmendarlos hasta hacerlos irreconocibles, o impulsarlos rápidamente a través del proceso de su aprobación.
La tarea legislativa de los comités y subcomités
La Cámara tiene 21 comités activos, cada uno integrado por representantes de ambos partidos, y unos 140 subcomités. El Senado tiene 19 comités activos, cada uno integrado por miembros de ambos partidos. En realidad, la mayor parte de la tarea legislativa se realiza en los comités y especialmente en los subcomités. También se pueden establecer comités especiales y otros compuestos por miembros de ambos la Cámara y el Senado.
En un final, esta votación se reduce a ganar la mayoría para que el partido que la logre domine casi totalmente el curso de la actividad legislativa.
Están, además, las investigaciones que tienen también lugar en los comités, cuyas audiencias reciben mucha publicidad porque la mayoría de las veces presentan testigos de muy alto rango, los cuales son virtualmente interrogados por todos los miembros del comité de ambos partidos, un poco semejante a un tribunal de justicia.
Como ejemplo de estas investigaciones y audiencias están las de Hillary Clinton en 2016 acerca del ataque contra diplomáticos estadounidenses en Benghazi, las de Watergate en los años 70, que finalmente condujeron a la renuncia del presidente Richard Nixon, la de Irán-Contra en los 80. En el Senado, específicamente, también se celebran audiencias para considerar nominaciones presidenciales para altos cargos del gobierno. En este momento, por ejemplo, el Comité Judicial del Senado se encuentra considerando la nominación del juez Brett Kavanaugh a la Corte Suprema.
Todo esto pone extraordinario énfasis en las elecciones de mitad de mandato, como la que tendremos el próximo 6 de noviembre y que son importantísimas para determinar el rumbo de la actividad del Congreso. En un final, esta votación se reduce a ganar la mayoría para que el partido que la logre domine casi totalmente el curso de la actividad legislativa. También, el partido que obtenga la mayoría establecerá el tipo de relación que una cámara (o las dos) tendrá con la Casa Blanca. Cuando el Congreso está gobernado por el partido que no está en la Casa Blanca, las relaciones suelen ser conflictivas. Mientras que, si ambas ramas pertenecen al mismo partido, debe existir una sincronización de sus agendas y actividades.
Elección de gobernadores
Igualmente, las elecciones para gobernadores que también tendrán lugar el 6 de noviembre determinarán la agenda que regirá su estado. Por constituir una gestión ejecutiva, la actividad de la gobernación de un estado es una especie de microcosmos de la Casa Blanca en escala menor.
La mejor recomendación para orientar tu voto en estas elecciones es estudiar bien el récord del candidato o candidata que te habrá de representar en el Congreso. En el caso de los representantes a la Cámara, el votante solo vota por el candidato de su distrito. Mientras que, en el caso del Senado, todos los ciudadanos del estado podrán votar por el candidato o candidata al Senado. Una votación parecida aparecerá en la boleta electoral para los representantes y senadores estatales que formarán la Legislatura del estado en que viva el votante.
Las enmiendas
Además de las votaciones por individuos de ambos partidos, están los votos a favor o en contra de enmiendas que aparezcan en la boleta de su localidad. Estas pueden ser municipales o estatales, pero es importante conocerlas y estudiarlas antes de ir al precinto a votar. Estas suelen ser propuestas para hacer cambios que afectarán los vecindarios en que resida el votante. A la vez, existen votaciones de cargos municipales (como alcaldes, comisionados, etc.) que necesitan tu voto.
Dicho todo esto, lo más importante y decisivo de estas elecciones que se avecinan es ¡salir a votar! Si no participas en las elecciones, tu opinión sobre lo que debe ocurrir en el campo de gobierno no contará. Aunque en Estados Unidos no es obligatorio votar, sí se considera un deber civil de cada ciudadano contribuir a la cosa pública ejerciendo su derecho a votar.