Nota del editor: Las entrevistas en video con los candidatos aparecen al final de este artículo con subtítulos en español.
In English | BETTENDORF, IOWA — El alto costo de los medicamentos recetados y la solvencia del Seguro Social fueron los temas principales este martes en el segundo foro de AARP con candidatos presidenciales que se realizó en el Waterfront Convention Center de esta ciudad.
Julián Castro, exsecretario del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano federal; Kirsten Gillibrand, senadora por Nueva York, y Kamala Harris, senadora por California, se presentaron por separado ante la audiencia de socios de AARP. Todos los candidatos respondieron preguntas de un socio de AARP y de los moderadores del Des Moines Register y Radio Iowa. AARP auspicia estos foros en asociación con el Register como parte de su compromiso de educar al electorado y fomentar su participación.
En las primeras horas del martes, Harris publicó su plan para reducir el costo de los medicamentos recetados. Según su propuesta, el Gobierno federal fijaría un “precio justo” para todos los medicamentos que cuesten más en Estados Unidos que en otros países o cuyo precio aumente a un ritmo mayor que la tasa de inflación. Todas las ganancias de las compañías farmacéuticas provenientes de la venta de medicamentos a un precio superior al precio justo estarían sujetas a un impuesto del 100%, y la recaudación derivada de ese impuesto se canalizaría a los consumidores en forma de reembolsos.
Lin Davis vive muy de cerca el problema de los precios exorbitantes de los medicamentos. “Tomo un medicamento especializado para la esclerosis múltiple”, le dijo Davis, una residente de Bettendorf de 72 años, a Harris. Explicó que había estado pagando $375 por una provisión de tres meses en una farmacia independiente que le cobraba menos que el copago de su plan de seguro de Medicare Advantage. A esa farmacia, dijo Davis, “la compró una cadena grande. Ahora, el mismo medicamento, a través del seguro, me cuesta más de $600, por el mismo fármaco genérico”. Davis le preguntó a la senadora por California cuál era su plan para reducir esos costos.
“Hay personas que están ganando mucho dinero con la venta de medicamentos”, comentó Harris luego de detallar su plan. “No van a renunciar a eso con facilidad”. Pero, agregó, “Nosotros podemos solucionarlo. El cambio va a requerir líderes enérgicos y resueltos en los niveles más altos del gobierno”.
Antes de iniciarse el evento, Davis había dicho que quería preguntarle a Harris sobre el tema de los medicamentos recetados porque los costos han puesto gran presión sobre sus recursos jubilatorios y los de su marido, y sabe que muchas personas no pueden costear el medicamento especializado que ella toma. Debido a su esclerosis múltiple, explicó, necesita el medicamento para poder caminar.
Gillibrand dijo que con su plan de salud, Medicare negociaría los precios más bajos posibles para cada medicamento, y de continuar la manipulación de precios aplicaría leyes antimonopolios y otras reglamentaciones contra los fabricantes de medicamentos que aumentaran los precios. También dijo que trabajaría para hacer que llegaran más medicamentos genéricos al mercado. “Si una compañía farmacéutica no fabrica un medicamento genérico en un período de tiempo razonable, les pediremos a los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) que lo fabriquen”, dijo Gillibrand.
Castro dijo que permitiría que Medicare negocie los precios directamente con los fabricantes de fármacos y también apoyaría la importación de medicamentos en forma segura de otros países, como Canadá. “Debemos tener un país”, dijo, “en el que la gente pueda obtener medicamentos recetados al mismo precio que en otros países”.
La seguridad jubilatoria y la solvencia continua del Seguro Social y Medicare fue lo más importante el martes para Rod Maday, un gerente de negocios jubilado, y socio de AARP. “Mi esposa y yo dependemos de nuestro Seguro Social y de Medicare para vivir”, le dijo Maday, residente de Bettendorf de 67 años, a Castro. “Los dos tenemos enfermedades preexistentes, por lo que es esencial asegurarnos de que el tratamiento de nuestros problemas de salud esté cubierto y que la cobertura sea asequible”. Maday le preguntó a Castro qué haría para “asegurar que Medicare y el Seguro Social se mantengan y sean sostenibles para las personas como yo, que son beneficiarias, y para las generaciones más jóvenes que los van a necesitar tanto como nosotros”.
“Parte de la respuesta”, dijo Castro, “es asegurarnos de tener una fuerza de trabajo joven, vibrante y sana para respaldar el Seguro Social en el futuro”, y agregó que “aumentaría significativamente” el límite de ingresos que existe para los impuestos que financian la mayor parte del sistema del Seguro Social. En el 2019, los trabajadores pagan impuestos destinados al Seguro Social sobre los primeros $133,000 de su ingreso anual. Castro dijo que todavía está definiendo hasta dónde debería elevarse ese límite.
Gillibrand dijo que ella “eliminaría el límite. Creo que debemos encontrar la forma de asegurar que las personas de todos los niveles de ingresos contribuyan al Seguro Social”. También dijo que cree que el Seguro Social debería pagar un beneficio mínimo de $1,500 al mes a todos los beneficiarios. “Los beneficios son demasiado bajos”, afirmó Gillibrand. Harris dijo que apoya una resolución que requiera que las personas paguen impuestos del Seguro Social en todo ingreso superior a $250,000 al año.
Castro, exsecretario de vivienda, habló sobre su idea de crear un crédito impositivo para inquilinos y expandir el programa federal de vales de elección de vivienda. “Tenemos una crisis de asequibilidad de los alquileres en este país”, dijo Castro. “Mi plan también invertiría en la creación de una mayor oferta de viviendas”.