Consejos para cuidar de un ser querido en el hogar
Cómo abordar cuestiones relacionadas con la seguridad.
In English | Nueve de cada diez personas dicen que desearían permanecer en sus propios hogares si tuvieran un problema de salud grave. Y muchos lo hacen: cerca del 85% de los cuidadores familiares prestan cuidados a un ser querido que vive en su propio hogar o que comparte un hogar con ellos. Algunos hogares están bien adaptados para envejecer y recibir cuidados, pero muchos requieren que se realicen modificaciones.
Lo aprendí rápido cuando mis padres necesitaron cuidados las 24 horas del día y se mudaron conmigo. No teníamos fondos para ampliar el hogar ni remodelar los baños por completo. Sin embargo, al investigar un poco y obtener consejos de un especialista en envejecimiento en el hogar debidamente certificado, encontré maneras de lograr que el hogar fuera seguro y apto para desplazarse. Y sigo adaptándolo a medida que cambian las necesidades.
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Puedes comenzar con una evaluación del hogar realizada por un terapeuta ocupacional, fisioterapeuta, gerente de cuidados geriátricos (especialista en cuidados para adultos mayores), especialista certificado en envejecimiento en el hogar o profesional autorizado por la agencia del área sobre envejecimiento o el Departamento de Asuntos de Veteranos. (Hace poco yo misma terminé la capacitación y obtuve mi certificación como especialista en envejecimiento en el hogar).
Estos son algunos consejos para comenzar:
1. Realiza modificaciones básicas en el hogar. Me gusta pensar en el “diseño universal”, o cómo el hogar puede ser elegante, cómodo y seguro para cualquier persona que viva ahí o esté de visita. Realiza cualquier modificación que se pueda adaptar con facilidad, a medida que las necesidades y las capacidades cambian con el pasar del tiempo. Piensa en características como las siguientes
- Umbral plano para entrar a la casa (útil para sillas de ruedas y andadores, así como para entrar a la casa con las bolsas de compras o las maletas).
- Puertas y pasillos amplios. Yo instalé bisagras de desplazamiento en las puertas, que dan más espacio para pasar.
- Controles e interruptores accesibles desde una silla de ruedas.
- Encimeras de alturas diferentes (para que puedan usarse estando de pie sin lastimarse la espalda inclinándose, o estando sentado en una silla de ruedas).
- Manijas y picaportes fáciles de usar; los mejores son los de palanca.
- Un inodoro alto y barras de agarre en el baño.
2. Haz que la seguridad siempre sea una gran prioridad. Cada año, 1 de cada 3 adultos mayores de 65 años se cae, por lo cual prevenir las caídas es primordial. Puede ser tan sencillo como colocar luces más brillantes en las escaleras, quitar las alfombrillas o mudar la lavadora y secadora al primer piso. Hace poco le quité las ruedas a la silla de mi padre para que no se mueva cuando él se ponga de pie. Además, ya que mi sala está ubicada a nivel más bajo, me preocupaba que él quizás no viera ese escalón. Por eso alineé muebles en los bordes.
Los monitores y las alertas pueden ser muy útiles cuando una persona tiene demencia y tiende a deambular. Puedes colocar en ciertos lugares un sensor de movimiento que active una alarma, o usar una alfombra que emita una alarma cuando alguien la pise.
3. Averigua sobre los servicios de atención domiciliaria. Investiga qué asistencia puede estar disponible en tu agencia del área sobre envejecimiento, el Departamento de Asuntos de Veteranos u otras organizaciones comunitarias. Tanto la fisioterapia como la terapia ocupacional, la fonoaudiología y la musicoterapia se pueden proporcionar en el hogar. Otras opciones útiles para los cuidados basados en el hogar incluyen servicios médicos y de pruebas de laboratorio a domicilio, servicios de auxiliares de cuidados en el hogar para ayudar con tareas como bañarse y la entrega de comidas.
4. Haz las averiguaciones pertinentes cuando contrates a cuidadores remunerados. Es maravilloso tener ayuda, y hay muchas personas bondadosas y dedicadas dispuestas a proporcionarla. Sin embargo, por supuesto, hay otros que no son tan confiables: mi madre tuvo varias caídas debido a cuidadores remunerados sin capacitación, y uno hasta le robó sus joyas. Cuando contrates a cuidadores remunerados, asegúrate de verificar sus antecedentes y obtener referencias, y supervisa con cuidado su trabajo. Haz visitas —es preferible que sea en momentos inesperados— para ver cómo le va a cualquier profesional o voluntario que vaya al hogar.