Vida Sana
Lois estaba agradecida de las llamadas que recibía de sus vecinos, miembros de la iglesia y administradores de cuidados hospitalarios. La llamaban para ver cómo estaba lidiando con su esposo, que padece demencia, mientras se refugiaban en su pequeño apartamento. Aunque también le molestaba un poco. Lois sabía que todos estaban tratando de ayudar, pero ella no siempre quería ayuda. No se sentía bien recibir tanta atención, porque las personas asumían que, al cuidar de alguien con demencia, ella necesitaba su preocupación.
Sus hijos y nietos eran más sensatos. Para ellos, Lois era la mujer testaruda y dominante que prefería darles órdenes a ellos y a los demás. A los 76 años, había pasado toda una vida manejando negocios pequeños y organizaciones comunitarias, y todavía sentía que era sumamente capaz. En todo caso, le hubiera gustado cuidar de otros durante la crisis en el país, en lugar de recibir la atención. Eso era lo que más le atraía a su sentido de autoimportancia, y lo que mejor la hacía sentir.
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Una obviedad que se ha observado desde hace mucho tiempo es que quienes cuidan de un familiar a menudo no se identifican como cuidadores familiares, y aun si lo hacen, no les gusta aceptar ayuda de los demás. Recibir ayuda puede hacer que un cuidador familiar se sienta culpable, como si estuviera eludiendo tareas que son únicamente suyas. Para ayudar a estas personas que cuidan de un familiar, resulta que funciona un enfoque paradójico que otros profesionales clínicos y yo hemos usado: no ofrezcas ayudarlos, pídeles que te ayuden a ti.
Los beneficios potenciales de este enfoque son respaldados por las investigaciones de Stephanie L. Brown, una psicóloga social en la Facultad de Medicina Renaissance de Stone Brook University, quien estudia el impacto del altruismo. La idea general de sus hallazgos es que ayudar a los demás puede mejorar nuestra salud. En un artículo de investigación (en inglés), ella y sus colegas encontraron que el cuidado de un familiar, un tipo de altruismo, tiene un efecto de amortiguación de estrés que puede reducir las consecuencias negativas de la salud de los cuidadores cuando brindan cuidados, al igual que permitirles vivir por más tiempo.
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