Cómo lidiar con el aislamiento social debido al coronavirus
La soledad es un verdadero problema de salud —y estos pasos pueden ayudar a salvar vidas.
In English | Un informe científico eleva el aislamiento social y la soledad al nivel de problemas de salud, y los vincula a un riesgo significativamente mayor de muerte prematura por todas las causas. Por supuesto, el aislamiento social y la soledad pueden ser más comunes con la edad. Y es muy probable que la llegada del nuevo coronavirus empeore el problema.
Los funcionarios públicos están exhortando al distanciamiento social para prevenir la propagación de la COVID-19. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que los adultos mayores de 60 años eviten las aglomeraciones, y que aquellos cuya comunidad tenga un brote permanezcan en su hogar tanto como puedan.
Para información actualizada sobre la COVID-19 visita aarp.org/ElCoronavirus
Las prohibiciones de viajes y las recomendaciones para evitar el transporte aéreo no esencial pueden significar que los familiares que se encuentran lejos no pueden conectarse en persona. Y el brote de la COVID-19 podría durar semanas o meses.
Estas son algunas cosas que debes tener en mente para reducir la amenaza del aislamiento social y la soledad a medida que la pandemia continúa:
1. El aislamiento social y la soledad son problemas de salud serios
Estos trastornos relacionados afectan a una proporción significativa de adultos en Estados Unidos, y se ha calculado que son equivalentes a fumar 15 cigarrillos al día (en inglés).
Según el informe científico (en inglés) mencionado arriba, publicado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina y financiado por AARP Foundation, el 43% de los adultos de 60 años o más en EE.UU. informaron sentirse solos.
Un estudio del 2017 (en inglés) mostró que el aislamiento social entre los adultos mayores se relaciona con unos $6,700 millones en gastos adicionales de Medicare al año. Al mismo tiempo, los adultos mayores de 60 y las personas con trastornos crónicos —como enfermedades cardíacas y pulmonares, y diabetes— tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave a causa de la COVID-19. Es probable que las personas en el país experimenten aislamiento social y soledad mientras combaten la pandemia. Identificar estos riesgos de salud adicionales y desarrollar planes de mitigación son pasos iniciales importantes.
2. Planifica y conéctate
Es importante hablar con amigos y familiares para desarrollar un plan que nos permita mantenernos en contacto mientras nos aislamos socialmente unos de otros, o si necesitamos someternos a una cuarentena voluntaria para evitar exponernos a la COVID-19 o estamos aislados por estar infectados. Este plan debe confirmar a quién puedes contactar si necesitas ayuda para conseguir comida, medicina y otros suministros médicos.
También es importante que la comunicación y planificación nos permitan conectarnos de manera segura mientras practicamos el distanciamiento social. Agrega otro elemento: la conexión social real. Permanecer conectados es especialmente importante para aquellos que viven solos; el contacto social regular puede ser una fuente de apoyo si desarrollan síntomas. Las llamadas telefónicas y videoconferencias hechas con regularidad, junto con mensajes de texto y correos electrónicos, pueden ayudar a compensar la falta de contacto en persona. Así que tómate un descanso de las noticias y los medios sociales; escuchar sobre la pandemia repetidamente puede ser inquietante, y es importante hablar con personas en quienes confías acerca de tus preocupaciones y cómo te sientes.
Amigos y familiares deberán trabajar juntos para asegurarse de que pueden continuar conectados sin exponerse a la COVID-19. Revisa tu agenda e identifica conexiones sociales que pueden afectarse durante un brote, y considera soluciones alternas para mantenerse en contacto. Si eres un cuidador familiar o tienes a alguien cercano que está en mayor riesgo de aislamiento social, habla sobre lo que pasará si alguno de los dos desarrollara síntomas y a quién deben llamar para recibir apoyo o ayuda.
3. Haz una lista de organizaciones que pueden ayudar
Crea una lista de organizaciones comunitarias y religiosas que tú o las personas en tu plan pueden contactar en caso de que no tuvieran acceso a información, servicios de cuidado de salud, apoyo o recursos. Si tu vecindario tiene un sitio web o página en las redes sociales y no te has unido, considera hacerlo para mantenerte conectado con vecinos, información y recursos. Considera incluir en tu lista organizaciones que proveen servicios y asesoría de salud mental o de terapia, al igual que comida y otros suministros. Los Gobiernos estatales y locales están creando listas de recursos para las personas afectadas por la COVID-19. La Administración Federal de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental (en inglés) también tiene un buscador en internet y una línea de ayuda en 800-662-HELP (4357), para asistir a las personas que buscan servicios de consejería cerca de su localidad. El programa Connect2Affect de AARP Foundation (en inglés) provee información, autoevaluaciones y opciones asequibles para que los adultos mayores de bajos ingresos puedan mantenerse conectados.
4. No olvides a las mascotas (su valor y sus necesidades)
Las mascotas pueden ayudar a combatir la soledad, y algunas mascotas han sido vinculadas con la longevidad de sus dueños. La Organización Mundial de la Salud también ha determinado que los perros no pueden contraer el coronavirus. Aun así, siempre es importante lavarte las manos después de tener contacto con tus mascotas. Y al igual que debes asegurarte de tener suficientes suministros para ti y tu familia, debes estar abastecido con comida y otras provisiones para tus mascotas.
5. Determina quién tiene el mayor riesgo de aislamiento social y soledad
Las personas con el riesgo más alto de desarrollar enfermedades crónicas por la COVID-19 y que deben prestar más atención al distanciamiento social también tendrán el mayor riesgo de aislamiento social y soledad. Por ejemplo, los CDC han recomendado que las instalaciones de cuidados a largo plazo desalienten las visitas.
Más aún, las personas bajo cuarentena o en aislamiento tendrán más dificultades emocionales y posiblemente financieras. Aunque planificar será importante, debes entender que es probable que muchas personas experimenten un mayor aislamiento social y soledad.
La COVID-19 también ha magnificado las disparidades existentes para los adultos mayores de bajos ingresos. Las brechas en la cobertura de internet —la llamada "brecha digital"— son más prevalentes en muchos lugares, en especial en comunidades de bajos ingresos. Estas áreas a menudo son las últimas en recibir conexiones de banda ancha, y con frecuencia tienen internet de velocidades más bajas, lo que deja a estas comunidades en una desventaja continua.
Si cierran las fuentes públicas de acceso a internet, como las bibliotecas y establecimientos comerciales, las llamadas telefónicas regulares serán cada vez más importantes para que amigos y familiares se mantengan conectados.
Le pregunté a mi vecina mayor, que vive al otro lado de la calle, si necesitaba ayuda con la compra de alimentos y si èlla podía darles mi número de teléfono a sus hijos, que viven fuera de la ciudad, para que tuvieran otro contacto en la misma calle que su madre. Esa interacción personal me recordó que la COVID-19 está poniendo a prueba los lazos que nos conectan. Comunicarnos con nuestros amigos, familiares y vecinos puede ayudar a protegernos a todos de la COVID-19, el aislamiento social y la soledad.
El Dr. Erwin Tan es el director de Thought Leadership (Liderazgo intelectual) de AARP. Sus áreas de especialización incluyen la medicina geriátrica e integral, la longevidad de la salud, el voluntariado y las percepciones del envejecimiento.