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El orgasmo femenino es como la risa. Un comediante puede ser gracioso, pero eso no quiere decir que nos “hace” reír. En realidad, la risa nace de la profundidad de nuestro ser cuando las condiciones son adecuadas. Así que, en vez de intentar “darle” un orgasmo a su pareja, concéntrese en lo que hace que ella experimente uno. Estos seis consejos lo ayudarán:
Ver también: ¿Cree que está en forma para el sexo?
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1. No se proponga lograr una sincronización perfecta
En la televisión, el cine y la pornografía, las mujeres siempre parecen lograr orgasmos cuando tienen relaciones sexuales. Pero eso es más fantasía que realidad. En el mundo real, solamente la cuarta parte de las mujeres logra llegar al orgasmo en las relaciones sexuales. El resto necesita estimulación del clítoris para llegar al orgasmo.
En muchos casos, ni siquiera el coito prolongando proporciona suficiente estimulación del clítoris para provocar el orgasmo. La mayoría de las mujeres necesitan que el compañero ayude con la mano, la lengua o un vibrador. A menos que su compañera le pida específicamente que la toque con más intensidad, acaríciele el clítoris con mucha suavidad. Contiene tantos nervios sensibles al tacto como la punta del pene, pero están concentrados en una zona aún más pequeña. Como consecuencia, aun las caricias ligeras podrían resultar demasiado intensas para muchas mujeres. Converse con ella. Si no le gusta que le toquen directamente el clítoris, acaricie alrededor de ese punto.
2. Tóquela por todas partes
Del cuero cabelludo a las plantas de los pies, cada pulgada cuadrada del cuerpo humano es una zona sensual de recreo. Pero son muchos los hombres que se concentran en algunas esquinas y pasan por alto el resto. Tóquela por todas partes. Piense que el sexo es como un masaje de cuerpo entero que, por tanto, incluye los genitales. El masaje del cuerpo entero produce una profunda relajación, lo que ayuda a las mujeres (y a los hombres) a tener orgasmos. Dele un masaje suave de pies a cabeza. Pruebe una loción hecha específicamente para el masaje. Las venden en tiendas de artículos para el baño y el cuerpo. Algunas zonas del cuerpo pueden ser sorprendentemente eróticas, entre ellas el cuero cabelludo, las orejas, la cara, el cuello, los pies y —¿quién se lo imaginaría?— la parte de atrás de las rodillas.
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