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6 pasos para ajustar tus finanzas de jubilación

Si sigues esta lista de comprobación, tu motor económico funcionará a la perfección.


spinner image una llave inglesa apretando un rollo de billetes de cien dólares
Getty Images/AARP

Abordar temas de jubilación puede resultar abrumador debido a las incertidumbres como la volatilidad de los mercados, la  inflación, la expectativa de vida y el estado del Seguro Social. Al igual que llevas tu auto al mecánico periódicamente, revisar con regularidad tus gastos y ahorros puede ayudarte a mantener tus finanzas en perfecto funcionamiento, garantizando que mantengas un flujo de efectivo saludable, te adaptes a los cambios en el panorama económico y te mantengas en camino hacia tus objetivos de jubilación.

Si tienes la sensación de que tu motor económico empieza a fallar, o simplemente hace tiempo que no lo examinas, puede que haya llegado el momento de afinar tus finanzas para la jubilación. Esta es tu lista de comprobación.

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1. Actualiza tu presupuesto

El primer paso es desempolvar esa hoja de cálculo del presupuesto y actualizarla.

Recuerda que presupuestar no consiste solo en controlar lo que gastas. Los ingresos también son un elemento importante. ¿Has encontrado recientemente un trabajo a tiempo parcial para mantenerte ocupado? ¿Cómo ha afectado el último ajuste de costo de vida (COLA) del Seguro Social a tu beneficio? Incluir todas las fuentes de ingresos en tu presupuesto te da una idea realista de lo que tienes.

Luego, actualiza tu presupuesto con los gastos actuales y futuros. No te limites a las facturas habituales, como la comida y los servicios públicos, sino ten en cuenta gastos discrecionales (entretenimiento y comidas fuera de casa, por ejemplo), gastos de atención médica (que tienden a aumentar con la edad), impuestos estimados y cualquier viaje o mejoras al hogar previstos. Aaron Cirksena, fundador y director ejecutivo de MDRN Capital en Annapolis (Maryland), recomienda hacer espacio en tu presupuesto para un fondo de emergencia (o crear uno si aún no lo has hecho). Contar con dinero para emergencias en tu presupuesto te permitirá afrontar mejor los gastos imprevistos de la vivienda o la atención médica, o hacer frente a los sucesos económicos repentinos como un aumento en la inflación.

Ahora, compara tus gastos con tus ingresos. Si estás gastando más de lo que ganas, considera algunas de estas medidas para recortar gastos:

2. Pon en orden tus archivos financieros

Controlar tus finanzas puede ser todo un reto si no cuentas con un sistema de organización fiable. Reúne facturas, estados de cuentas y otros documentos en un solo lugar, y haz lo mismo con los archivos digitales de tu computadora. Identifica qué documentos conservar y cuáles triturar o eliminar.

Según la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA), este es el tiempo que deberías conservar diversos documentos financieros:

  • Documentos de impuestos: 7 años (esto incluye cualquier archivo de las siguientes categorías que utilizas para preparar tu declaración de impuestos)
  • Registros de la propiedad: 6 años después de vender tu casa
  • Hipotecas y otros préstamos: indefinidamente
  • Archivos bancarios: un año para los cheques y estados de cuenta
  • Talones de pago: hasta que recibas tu formulario W-2 (para que puedas verificar que tiene la cantidad correcta).
  • Recibos y estados de cuenta de tarjetas de crédito: FINRA recomienda conservar los recibos hasta que puedas cotejarlos con los estados de cuenta mensuales y, a continuación, triturarlos (a menos que reflejen compras que planificas reclamar como deducción). Sin embargo, otras fuentes como Bank of America recomiendan conservar los estados de cuentas de las tarjetas de crédito durante un año.
  • Estados de cuenta de inversiones: 7 años
  • Facturas de servicios públicos: en cuanto se aplique el pago

Una vez que hayas eliminado los documentos obsoletos, organiza lo que queda. Crea carpetas físicas o digitales para categorías como pólizas de seguros, estados de cuentas bancarias y de tarjetas de crédito, registros de hipotecas y préstamos, estados de cuentas 401(k) e IRA, archivos fiscales, archivos de propiedades y declaraciones de ingresos (por ejemplo, de tu empleo, de pensiones, anualidades o del Seguro Social).

Guárdalos de forma accesible (para que puedas encontrar rápidamente el documento que necesitas) pero en un sitio seguro. Considera la posibilidad de guardar los documentos físicos en un armario resistente al fuego para protegerlos de una catástrofe. Para los archivos digitales, guarda copias de seguridad en un disco duro portátil protegido con contraseña o en un servicio cifrado de almacenamiento en la nube. Para una mayor protección, puede que te interese conservar copias físicas y digitales de tus documentos.

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3. Consolida las cuentas financieras

Al igual que la limpieza de documentos, la consolidación de cuentas facilita la gestión de la actividad financiera.

“A veces me encuentro con personas tienen demasiadas relaciones con diferentes instituciones financieras y demasiadas cuentas”, dice Chris Urban, planificador financiero certificado y fundador de Discovery Wealth Planning en McLean, Virginia. “A menudo existe la oportunidad de consolidar ambas en un número menor de relaciones institucionales, así como de combinar cuentas”.

Por ejemplo, si tienes varios planes 401(k) de distintos empleos anteriores, puedes transferirlos a una cuenta única IRA tradicional o Roth IRA. Ten en cuenta que los cónyuges no pueden combinar planes de jubilación, ya que los nombres o títulos de las cuentas tienen que ser los mismos.

Además de las cuentas de jubilación, considera la posibilidad de consolidar tus cuentas bancarias o de inversiones sujetas a impuestos.

“Ocurre con frecuencia que las personas han acumulado varias cuentas bancarias a lo largo de los años por el motivo que sea, quizá antes de casarse. La mayoría de las personas estarían bien trabajando con un solo banco y una sola agencia de valores para varias cuentas de ahorro, inversión y jubilación”, dice Urban.

Pero no consolides tan solo por consolidar. Muchas personas siguen necesitando varias cuentas (para separar la banca profesional de la personal, por ejemplo). En este caso, una aplicación de gestión monetaria puede ayudarte a racionalizar tu vida financiera agrupando la actividad de todas tus cuentas.

4. Comprueba los informes de crédito

Cómo disputar algún dato en tu informe de crédito

Equifax: Presenta la solicitud en línea (en inglés), llama al 866-349-5191 o escribe a Equifax Information Services LLC, P.O. Box 740241, Atlanta, GA, 30374.

Experian: Presenta la solicitud en línea (en inglés), llama al 888-397-3742 o escribe a Experian, P.O. Box 4500, Allen, TX, 75013.

TransUnion: Presenta la solicitud en línea (en inglés), llama al 800-916-8800 o escribe a TransUnion Consumer Solutions, P.O. Box 2000, Chester, PA, 19016-2000.

También puedes utilizar estos métodos de contacto para comprobar el estado de una disputa en curso.

Puedes obtener informes de crédito semanalmente, de forma gratuita, de cada una de las tres agencias de crédito nacionales (Experian, Equifax y TransUnion) a través de AnnualCreditReport.com (en inglés) o llamando al 877-322-8228. Revisarlos periódicamente para detectar errores y actividades fraudulentas es una buena práctica que debes integrar en tu rutina financiera.

Revisa cada informe en busca de información desconocida o incorrecta. Para eliminar un error, tendrás que disputar el cargo ante la oficina correspondiente. Puedes hacerlo en línea, por teléfono o por correo. La Oficina de Protección al Consumidor ofrece consejos detallados sobre cómo disputar un error, incluido cómo redactar una carta de impugnación.

Si crees que la actividad no reconocida en tu cuenta se debe a un fraude, infórmalo a la Comisión Federal de Comercio en IdentityTheft.gov. Encontrarás instrucciones y otros recursos para mitigar el robo de identidad y recuperarte de él.

También puedes suscribirte a un servicio de supervisión del crédito. Estas empresas vigilan tu informe crediticio en tu nombre y te avisan de cualquier cambio o actividad sospechosa en tu expediente. Es posible que te cobren una tarifa, pero puede merecer la pena por la tranquilidad que te proporcionará, sobre todo si has sido el blanco de una estafa recientemente.

5. Prioriza la deuda a pagar

Muchos jubilados dependen principalmente de unos ingresos fijos, y tener deudas significa que se dispone de menos de esos ingresos para hacer frente a los gastos cotidianos y vivir la jubilación que deseas, afirma Jack Wallace, director de relaciones gubernamentales y con prestamistas de Yrefy, un prestamista nacional centrado en la refinanciación de préstamos estudiantiles.

Wallace recomienda ir reduciendo las deudas pagando primero los préstamos con intereses altos. Para la mayoría de los consumidores, eso significa facturas de tarjetas de crédito.

Una forma de hacer frente a los grandes saldos es consolidarlos en una tarjeta de transferencia de saldos. Estas tarjetas suelen ofrecer una tasa anual de porcentaje (APR) del 0% sobre los saldos transferidos durante un período determinado, generalmente de nueve a 21 meses. Así ganarás tiempo para reducir la deuda antes de que empiecen a acumularse los intereses.

“Ten en cuenta cuándo vence la oferta inicial y asegúrate de obtener la mejor oferta antes de que venza'“, dice Wallace.

También mantén en mente que las tarjetas de transferencia de saldo pueden cobrar cargos, y las tasas de interés para cualquier saldo que quede después de que finalice el período promocional pueden ser elevadas. Asegúrate de comparar estas condiciones, así como las ventajas adicionales que ofrece la tarjeta, como la devolución de puntos en las nuevas compras.

Wallace ofrece estos consejos adicionales para hacer más llevaderos los pagos de las deudas:

  • Refinancia los préstamos con intereses altos si puedes conseguir una mejor tasa.
  • Visita el sitio federal studentaid.gov para ver si reúnes los requisitos para acogerte a un plan de amortización de préstamos estudiantiles basado en los ingresos, que puede reducir tus pagos mensuales.
  • Configura el pago automático para efectuar reembolsos periódicos directamente desde tu cuenta bancaria. Muchos prestamistas ofrecen descuentos por pago automático, normalmente una reducción del 0.25% en la tasa de interés.

6. Reevalúa tus inversiones

Los cambios en tu situación financiera, tu tolerancia al riesgo o el estado del mercado pueden indicar que ha llegado el momento de revisar tu cartera, dice Cirksena.

Por ejemplo, los adultos mayores podrían considerar un enfoque más conservador porque tienen menos tiempo para compensar las pérdidas de inversiones más arriesgadas o una caída del mercado. Esto significa apartar los activos de las acciones y destinarlos a inversiones de menor riesgo, como bonos o anualidades. Sin embargo, durante un mercado en alza, los inversores pueden sentirse cómodos colocando su dinero en inversiones de mayor riesgo para obtener mayores rendimientos.

Ten en cuenta tus obligaciones financieras, añade Cirksena. ¿Tienes problemas de salud que pueden aumentar tus gastos de atención médica? ¿Estás pensando en renovar tu casa o financiar los estudios universitarios de un hijo o nieto? En ese caso, quizá te convenga guardar tu dinero en vehículos más estables y líquidos, como una cuenta de ahorro de alto rendimiento, una cuenta del mercado monetario o un certificado de depósito (CD).

Considera la posibilidad de trabajar con un asesor financiero especializado en planificación de la jubilación. Pueden ayudarte a ajustar tu cartera en función de tus objetivos, expectativa de vida, tolerancia al riesgo y situación actual.

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