Vida Sana
Las variadas tonalidades de Perú se destacan por las costumbres de sus comunidades indígenas, las hermosas construcciones coloniales, sus imponentes ruinas incas y, por supuesto, su gastronomía. Perú es un país para andar, probar y llenarse de vida. Aquí nuestros lugares recomendados.
Lima
La capital de Perú parece un relieve de contrastes. Verás construcciones modernas que se abren paso entre calles coloniales y, con solo andar unas millas, pasarás de una agitada calle a la tranquilidad de un parque con vista al mar. Pero el imán que atrae a cientos de turistas cada año es la cocina. Lima es una de las capitales gastronómicas del mundo por su fusión de sabores incas, japoneses, españoles e italianos, con ingredientes de la sierra, la selva y el mar. Empieza probando un pisco sour y un ceviche de calamar.
Líneas de Nazca
Estas gigantescas y enigmáticas líneas dibujan formas animales y humanas en el suelo desértico de las Pampas de Jumana, en Nazca, a 248 millas de Lima. Según estudios, estos geoglifos fueron creados por los pobladores de Nazca entre los años 300 y 600 d.C. Para llegar, puedes tomar un autobús desde Lima, Arequipa o Cuzco. El aeródromo de Nazca ofrece vuelos para sobrevolarlas. Hay mejor visibilidad en las mañanas, y evita comer antes del recorrido; podrías marearte.
Cusco
En los andes peruanos, a hora y media en avión de Lima, está Cusco, la primera escala en el camino a Machu Picchu. Construida bajo el mandato del Inca Pachacútec como ciudad religiosa y administrativa del imperio, hoy es un lugar para recorrer sus callecitas angostas y disfrutar sus excelentes restaurantes. Es una de las ciudades más altas del mundo (aproximadamente 11,200 pies), por lo que el mal de altura suele afectar a muchos visitantes. Para ayudar a evitarlo, planea al menos un día de descanso tras tu llegada, toma abundante agua y evita bebidas alcohólicas.
Machu Picchu
Ubicada a unos 7,970 pies sobre el nivel del mar, en medio de enormes montañas boscosas, Machu Picchu fue la creación urbana más imponente del Imperio Inca, un lugar sagrado o la casa real del Inca. Con casas de paredes de roca esculpida, terrazas de cultivo, observatorios, jardines, huertas y un sofisticado acueducto que todavía funciona. La mejor forma de llegar es en tren desde Ollantaytambo y la mejor temporada turística está entre junio y septiembre. No olvides llevar protector solar, bebidas hidratantes y un poncho, en caso de lluvia.
El Valle Sagrado
Es uno de los parajes con mayor concentración de pueblitos arqueológicos de Perú. Su buen clima, la fertilidad de sus tierras, la cercanía al río Urubamba y sus nevados lo convirtieron en el centro del universo inca. Hoy tiene una variada oferta hotelera, de cómodos hostales a suntuosos hoteles, de donde se puede tomar taxi-bicis y transporte público. Es un destino perfecto para el aventurero, con opciones de senderismo, ciclismo y canotaje. Ollantaytambo y Pisac son las dos rutas obligadas por sus ruinas y artesanías.
Puno y Lago Titicaca
Puno es una ciudad de balcones coloniales, iglesias barrocas y coloridos museos, pero su mayor atractivo es el Titicaca, el lago navegable más alto del mundo que comparte con Bolivia. Se trata de una inmensa superficie de color azul intenso, por el que navegan “los caballitos de totora”, las tradicionales embarcaciones confeccionadas con hojas y tallos de la totora, que crece en las zonas pantanosas de Suramérica. Es habitual padecer de mal de altura tras los primeros días, pues su altura es de 12,556 pies, por lo que la recomendación es tomar el viaje con calma y mantenerse hidratado.