Vida Sana
Una cueva con huellas de nuestros ancestros en la Patagonia, un sitio en México que se viste de mariposas monarca anualmente, o un moderno complejo arquitectónico en Brasil que hace honor a las curvas de la naturaleza. Estos son solo algunos de los lugares en Latinoamérica que han recibido el título de Patrimonio de la Humanidad de parte de la UNESCO y que te recomendamos incluir en tus próximas vacaciones.
Conjunto arquitectónico de Pampulha, Brasil
Construido alrededor de un lago artificial en Belo Horizonte, el complejo de Pampulha es el visionario proyecto turístico del renombrado arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, quien falleció en 2012, a los 104 años. Sus edificios, la iglesia, el museo, el club de yates y el salón de bailes evocan las olas, las montañas y la figura femenina, como dijo el mismo Niemeyer. Un lugar como ningún otro para contemplar el amanecer o el atardecer, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2016 y está abierto al público sin recargo de martes a domingo.
Castillo de San Pedro de la Roca, Santiago de Cuba
En la más caribeña de las ciudades de Cuba, Santiago, se encuentra el Castillo de San Pedro de la Roca (o de El Morro), construido en 1638 por los españoles para proteger la ciudad de corsarios y piratas. Hoy, esta fortificación ofrece vistas inolvidables hacia el océano y un restaurante que te remontará a los siglos XVI y XVII. Es ideal recorrerlo al atardecer y presenciar la ceremonia del cañonazo. Está ubicado a 20 minutos en taxi desde el centro de Santiago. Por su fortaleza renacentista fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997.
Cueva de las manos, Argentina
Este sitio arqueológico guarda las expresiones artísticas más antiguas de los pueblos sudamericanos: las comunidades de cazadores y recolectores de la Patagonia, entre 13,000 y 9,500 años atrás. En la cueva se encuentran manos, figuras geométricas, escenas de caza y siluetas de felinos estampados con pigmentos minerales, similar a la actual impresión con plantillas. Este Patrimonio de la Humanidad desde 1999, se sitúa a tres horas en vehículo desde el Glaciar Perito Moreno, y la mejor temporada de visitas es entre septiembre y febrero.
Tiwanaku, Bolivia
Este lugar guarda misteriosas ruinas arqueológicas pertenecientes a la cultura Tihuanaco o Tiwanaku, la más grande antes del Imperio Inca. Entre sus estructuras más imponentes están: la Puerta del Sol; el templo semisubterráneo con el Dios Sol tallado en piedra; y la Akapana, una pirámide de unos 59 pies (18 m) de altura con siete terrazas escalonadas, que era centro de cultos religiosos. Ubicado a hora y media en bus desde La Paz, donde puedes contratar un guía. La mejor época para conocer estas ruinas se da entre abril y octubre, cuando el clima es fresco y seco.
Paisaje cultural cafetero, Colombia
El eje cafetero y sus enormes sembradíos de café se expanden sobre la cordillera de los Andes. Les acompañan majestuosas fincas, parques de diversiones, bosques de palma de cera y casas al estilo español que han sido adaptadas para recibir turistas. El eje conforma tres departamentos de Colombia y es un modelo de desarrollo social campesino, que en parte le ganó el título de Patrimonio de la Humanidad en 2011. Comienza tu recorrido en la ciudad de Armenia, capital de Quindío, donde se llega en un vuelo de una hora desde Bogotá.
Coro y su puerto, Venezuela
Coro es una ciudad de calles empedradas, casas pintadas en color ocre, rojo y azul, y paseos con abundantes árboles y hermosas playas. Fundada en 1527, fue la primera capital venezolana y se encuentra a solo dos horas en bus desde Caracas. Más de 600 edificios históricos guardan grandes memorias latinoamericanas. En 1806, en el puerto pesquero Vela de Coro, Francisco de Miranda izó por primera vez la bandera de donde luego saldrían las de Venezuela, Colombia y Ecuador. Te recomendamos visitar este sitio histórico, Patrimonio de la Humanidad desde 1993, entre enero y septiembre.