¿Te pelas el esmalte de uñas? ¿Casi nunca limpias tus brochas de maquillaje o sustituyes las esponjas de baño? ¿Omites la protección solar en los días fríos y nublados o durante toda la temporada de invierno? Estos y otros malos hábitos de belleza son comunes entre personas bien informadas y pulcras. Algunos comportamientos son simplemente desagradables, otros son potencialmente peligrosos, pero todos sabotean tu aspecto, razón suficiente para dejar de practicarlos. Estos son seis hábitos de belleza que debes abandonar hoy y qué hacer en su lugar. ¿Acostumbras...
1. ... exfoliar tu piel de forma demasiado agresiva?
A veces, demasiado de algo bueno es malo. Por ejemplo, la exfoliación. La renovación celular —el proceso de exfoliación natural de la piel— se ralentiza con la edad, lo que contribuye a una textura seca y apagada, a una aplicación de maquillaje constantemente pastosa y a la incapacidad de que los sueros y las cremas penetren eficazmente. Si tu rostro tiene aspecto enrojecido e irritado o experimentas una sensación de quemazón o escozor, es una alerta para que abandones tu exfoliante grueso o químico y hagas un cambio. Muchos exfoliantes son demasiado abrasivos o potentes y están diseñados para cutis jóvenes más gruesos, grasos y propensos al acné, no para pieles maduras más finas, secas y sensibles. Busca polvos exfoliantes y exfoliantes microfinos suaves que se activen con agua (también conocidos como exfoliantes físicos), como el Versed Day Maker Microcrystal Exfoliator ($17, target.com) y el Tatcha The Rice Polish Gentle Foaming Enzyme Powder ($68, sephora.com), que se basan en tus dedos y en ligeros movimientos circulares para eliminar las impurezas superficiales. Para otra opción, prueba un exfoliante químico suave como el Neutrogena Hydro Boost Gentle Exfoliating Cleanser ($15, ulta.com) con alfa hidroxiácidos moderados por ácido hialurónico para el mismo efecto. No hace falta que lo frotes agresivamente; ¡es tu cara, no el suelo de la cocina! Una vez a la semana (dos como máximo) es suficiente para conseguir una piel más suave y luminosa. Nota de precaución: las personas con piel muy reactiva, rosácea o eccema deben evitar por completo la exfoliación y acudir al médico para recibir cuidados profesionales.
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2. ... freírte el pelo con herramientas de calor?
¿Tienes el pelo superseco, sin brillo o con textura de algodón de azúcar? ¿Es quebradizo y tiene puntas abiertas? Eso es daño por calor y una señal de que hay que cambiar tus hábitos de secado y peinado. Aunque secarse el pelo al aire parece una buena idea en teoría, no es práctico ni deseable para la mayoría de las mujeres, sobre todo para las que tienen el pelo medio o largo. En su lugar, deja las planchas y los rizadores y utiliza a un secador básico como el Conair InfinitiPRO Smooth Wrap Hair Dryer With Dual Ion Therapy ($42, amazon). Después de la ducha, seca el pelo recién lavado con la toalla de microfibra Turbie Twist Microfiber Hair Towel Wrap ($29 por cuatro, walmart.com) para absorber el exceso de agua. Aplícate un acondicionador y protector térmico que no requiera enjuague, como L'Oréal Paris Elvive Total Repair 5 Protein Recharge Treatment ($8, cvs.com) o John Frieda Frizz Ease Daily Nourishment Leave-In Conditioner ($9, target.com), para evitar más daño y dar al pelo una textura más sedosa, ya sea liso, ondulado o rizado. A continuación, seca rápidamente el cabello hasta que esté parcialmente seco (entre el 60 y el 70%). Basta con doblarte por la cintura y utilizar la mano contraria para agitar y separar el cabello mientras lo secas. Esto añadirá mucho volumen, pero asegúrate de mantener el secador en movimiento y no concentrado en un punto o sección. Para darle más forma o pulirlo, usa unos rodillos de velcro al final durante unos minutos. Reduce el lavado y el peinado con calor a una o dos veces por semana.
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