El rumbo de AARP hacia Driver Safety y la seguridad de los conductores
El programa conmemora 40 años de una iniciativa que apoya a las personas a mantenerse seguras al volante.
In English | En 1979, la gasolina costaba 86 centavos por galón, el Oldsmobile Cutlass era el automóvil más vendido en Estados Unidos y faltaban años para que salieran las leyes del uso de cinturón de seguridad. Esa fue la época en que AARP presentó su programa de seguridad para conductores AARP Driver Safety, conocido entonces como 55 Alive, el cual sigue ayudando a los conductores mayores a mantenerse independientes y seguros. Más de 16 millones de participantes han completado el programa, que es el curso de actualización de conducción más grande del país para personas mayores de 50 años.
El proyecto comenzó por necesidad: en ese momento no había ningún curso similar que se enfocara específicamente en las necesidades de los conductores mayores. En 1967, AARP y la National Retired Teachers Association (entonces parte de AARP) llegaron a un acuerdo con el National Safety Council para compartir su curso de conducción defensiva con los socios de AARP, pero el programa estaba dirigido a conductores más jóvenes y se enfocaba en temas como el exceso de velocidad y la conducción bajo los efectos del alcohol.
"Fue difícil lograr que la gente tomara el curso, era difícil de enseñar y no teníamos más de 25,000 o 30,000 graduados por año en todo el país", señala Michael Seaton, quien trabajaba en el departamento de planificación e investigación de AARP y convenció a los directivos de la organización de que debían crear su propio programa de seguridad para conductores.
Empezó desde cero. Le tomó aproximadamente un año y medio, pero Seaton creó los materiales y escribió tanto el manual del estudiante como el del instructor. El programa se puso a prueba en cuatro estados —California, Florida, Illinois y Virginia— en enero de 1979. AARP lo expandió a los 50 estados a finales de 1982.
Las legislaturas estatales pronto darían impulso al programa. Seaton y AARP habían preparado un modelo de proyecto de ley que establecía que las personas de 55 años o más que se graduaran de un curso de actualización para conductores mayores aprobado por el estado tendrían derecho a un descuento de las compañías de seguros de automóviles en su estado. Los participantes tenían que repetir el curso cada tres años para mantener el descuento. A medida que más estados aprobaron la legislación, más estudiantes tomaron el curso y se convirtieron en mejores conductores.
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¿Por qué enfocarse en la edad de 55 años? Estadísticamente, es a esa edad cuando los accidentes automovilísticos comienzan a aumentar, dice Seaton: "Los accidentes son altos cuando somos adolescentes, llegan a su punto más bajo en la mediana edad y comienzan a aumentar nuevamente (accidentes por milla) a medida que envejecemos. Es también cuando los cambios físicos normales relacionados con la edad comienzan a acelerarse: visión, audición, velocidad de reacción".
Cuando ocurren accidentes, los conductores mayores tienen índices más altos de muertes y lesiones que los conductores más jóvenes, agrega.
Para reducir esos riesgos, el programa ayuda a los conductores a reconocer y adaptarse a los cambios físicos relacionados con la edad, como la pérdida de la visión. Utilizando los datos de la National Highway Traffic Safety Administration, Seaton y sus colegas descubrieron que los conductores mayores tenían grandes problemas para enfrentar situaciones de derecho de paso y para girar a la izquierda. Juzgaban mal las distancias entre los automóviles y la velocidad del tráfico que se aproximaba, y se les dificultaba ingresar en las carreteras y autopistas debido a problemas de visión y de percepción de la profundidad.
El primer paso para resolver el problema, señala, es convencer a los estudiantes de que el problema existe.
"La gente entra al curso pensando: 'No me van a enseñar nada porque llevo años conduciendo'", señala. "Pero aprenden mucho. Y luego piensan: 'Bueno, sí, es verdad, no vi un auto que venía el otro día por la derecha'. Así que ahora, en situaciones de derecho de paso, son más observadores. Se les enseña a comprender que a medida que envejecen, la visión cambia y es más difícil juzgar la distancia del automóvil que viene hacia ti".
Una de las recomendaciones de Seaton: hacer tres giros a la derecha en lugar de un giro a la izquierda. "Toma un poco más de tiempo, pero nunca cruzas el tráfico como al girar a la izquierda".
El curso presencial Smart Driver del programa AARP Driver Safety se imparte en todo el país. La enseñanza está a cargo de una red de más de 4,000 voluntarios. El programa también incluye un curso en línea, disponible en inglés y español.
Además, hay otros cursos: el taller Smart DriverTEK (en inglés) explora las nuevas tecnologías de seguridad de los vehículos; el programa CarFit (en inglés) garantiza que los conductores estén seguros y cómodos al volante; y Tenemos que hablar es un seminario interactivo en línea que brinda consejos sobre cómo identificar cuándo es el momento de limitar la conducción o dejar de conducir y cómo hablar sobre ello con tus seres queridos.
Este tipo de programas nunca ha sido tan importante. A principios de la década de 1970, la mitad de las personas mayores de 65 años tenía licencia de conducir, según el Pew Research Center; en la actualidad, el número es del 84%.
En cuanto a Seaton, sigue siendo instructor y está satisfecho con el programa que ha permitido que muchas personas mayores sigan conduciendo de manera segura y, al hacerlo, "mantengan su independencia tanto tiempo como puedan", señala. "Ese ha sido el mayor placer para mí".