5 cosas que deberías saber sobre el seguro de cuidados a largo plazo
Una serie de nuevas pólizas va ganando terreno, pero puede ser costosa.
In English | Para cuando cumplas 65 años, habrá una probabilidad del 50% de que algún día necesitarás cuidados a largo plazo remunerados. Si pagas de tu bolsillo, gastarás en promedio $140,000. Pero es probable que no tengas previsto cómo afrontar ese riesgo económico. Solo unos 7.2 millones de personas en Estados Unidos tienen seguro de cuidados a largo plazo, que cubre muchos de los costos de un hogar de ancianos, centro de vivienda asistida o cuidados en el hogar —gastos que no cubre Medicare—. “Los cuidados a largo plazo son el problema sin resolver para tantas personas”, dice Christine Benz, directora de finanzas personales en Morningstar, una empresa de investigación de inversiones en Chicago. A continuación, te contamos lo que debes saber en la actualidad sobre el seguro de cuidados a largo plazo.
1. Las pólizas tradicionales no tienen muchos entusiastas
Por años, el seguro de cuidados a largo plazo significaba pagar una prima anual a cambio de asistencia financiera si alguna vez necesitabas ayuda con las actividades de la vida diaria, como bañarte, vestirte y alimentarte. Los términos típicos hoy en día incluyen un beneficio diario de $160 para cobertura en un hogar de ancianos, un período de espera de unos tres meses antes de que comience la cobertura del seguro y un máximo de tres años de cobertura.
Pero la historia de estas pólizas individuales de seguro de cuidados a largo plazo ha sido preocupante, con aumentos drásticos de primas y pérdidas para las aseguradoras, en parte debido a los malos pronósticos por parte de las compañías de seguros sobre el costo de los cuidados que tendrían que pagar. Las ventas han bajado bruscamente. Si bien más de 100 aseguradoras vendían pólizas en la década de 1990, ahora menos de 15 las venden. “Esta es una clásica historia de fracaso en el mercado”, dice Howard Gleckman, investigador principal en el Urban Institute, un centro de investigación sin afiliación política basado en Washington D.C., y autor de “Caring for Our Parents”. “Nadie quiere comprar un seguro, y nadie quiere venderlo”.
2. Quizá no necesites un seguro... pero necesitas un plan
Las primas de las pólizas de seguro de cuidados a largo plazo cuestan en promedio $2,700 al año, según la firma de investigación de la industria LifePlans. Eso hace que muchas personas no puedan pagar por ese seguro. (Un aspecto positivo para los cónyuges: los descuentos para las parejas son comunes, por lo general un descuento del 30% sobre el precio de las pólizas compradas por separado). Si tienes pocos bienes, a la larga quizás podrías cubrir los costos de los cuidados a largo plazo por medio de Medicaid (en inglés), que solo está disponible si eres pobre; si tienes mucho dinero ahorrado, es probable que puedas pagar con tus propios fondos por los cuidados en el futuro. Pero ten en cuenta otros factores además del dinero en efectivo: ¿Tienes valor líquido en tu vivienda que puedes aprovechar? ¿Tienes hijos que viven cerca con quienes puedes contar para ayudarte? ¿O tienes antecedentes familiares de demencia que aumentan tu riesgo de necesitar cuidados?
Si sacas menos del 4% de tus ahorros cada año para los gastos de manutención, puede que estés bien sin tener un seguro, dice Benz. Sin embargo, en ese caso, necesitarás planificar para esos posibles gastos. Eso significa ahorrar más de lo que habías planeado y separar el dinero para los cuidados a largo plazo de la cartera de inversiones que usas para los gastos diarios.
3. Existe un nuevo seguro
A medida que decae el seguro tradicional de cuidados a largo plazo, otro tipo de póliza se está volviendo popular: el seguro de por vida al que puedes recurrir para los cuidados a largo plazo. A diferencia del tipo antiguo de seguro de cuidados a largo plazo, estas pólizas “híbridas” devolverán dinero a tus herederos incluso si no terminas necesitando los cuidados a largo plazo. No corres el riesgo de un aumento de tarifas como con las pólizas tradicionales, porque estableces una prima fija por adelantado. Si eres de mayor edad o tienes problemas de salud, podría ser más probable que cumplas los requisitos, según Stephen Forman, vicepresidente sénior de Long Term Care Associates, una agencia de seguros en Bellevue, Washington.
4. Las pólizas antiguas son más económicas
Si lo único que deseas es una cobertura económica —incluso si eso significa que no te devuelven nada si nunca necesitas ayuda—, el seguro tradicional de cuidados a largo plazo tiene una clara ventaja. “Las pólizas híbridas por lo general cuestan de dos a tres veces más que el seguro tradicional por los mismos beneficios de cuidados a largo plazo”, dice Scott Olson, agente de seguros y copropietario de LTCShop.com en Camano Island, Washington. Con las híbridas, pagas más solo por la garantía de devolución de dinero.
Una póliza híbrida podría resultar más sensata si tu alternativa es usar tus ahorros, dice Forman, o si tienes otra póliza de seguro de por vida con un valor en efectivo grande. “Puedes transferir una póliza de seguro de vida o anualidad existente, y esa es una parte enorme del negocio”, dice.
5. Comparar precios con rapidez tiene recompensas
Si deseas tener un seguro, comienza a averiguar desde que tengas entre 50 y 64 años, antes de que las primas aumenten mucho o el deterioro de tu salud elimine la posibilidad de una cobertura sólida. “Por cada año que lo aplaces, costará más”, dice Olson. Por ejemplo, las primas iniciales a los 65 años son del 8% al 10% mayores que las de los nuevos clientes que tienen 64 años.
Y si te preguntas dónde comprar, busca un agente independiente que venda pólizas de varias compañías en vez de las de una sola aseguradora. Para conocimientos y experiencia adicionales y una selección más amplia de pólizas, Olson dice que busques agentes que puedan vender lo que se conoce como pólizas de convenio de cuidados a largo plazo, que forman parte de un programa nacional que tiene requisitos de formación continua para los profesionales de seguros.
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