5 razones sorprendentes por las cuales sufrimos de dolor de espalda
La mayoría de nosotros sufrimos de dolor lumbar en algún momento. Averigua por qué y obtén alivio.
In English | Cuatro de cada cinco personas tienen dolor lumbar y seguro saben qué lo provoca: levantaron una caja incorrectamente, durmieron en una posición rara o simplemente estornudaron.
Pero el dolor lumbar —una de nuestras causas más comunes de discapacidad y de visitas al médico— es a menudo provocado por otros motivos.
Echa un vistazo a estas cinco formas sorprendentes por las cuales tu espalda se ve afectada, y consejos para mantenerla en forma.
1. Estás desanimado
La melancolía y los trastornos del estado de ánimo más graves como la depresión pueden traducirse en dolor en otras partes del cuerpo. Investigadores de la University of Sydney descubrieron que las personas que tenían síntomas de depresión tenían una incidencia un 60% mayor de dolor de espalda en comparación con quienes no estaban deprimidos.
Aunque la relación entre el dolor de espalda y la depresión no es clara, una teoría es que las personas que están deprimidas tienden a hacer menos ejercicio y a padecer más de trastornos del sueño, los cuales contribuyen al dolor de espalda.
La solución: Consulta a un terapeuta, que pueda ayudarte a controlar tu bajo estado de ánimo. Esto, a su vez, podría ayudarte a disminuir el dolor de espalda.
2. Tienes caderas estrechas
Toda una vida de estar sentado de la misma manera disminuye la movilidad de la cadera por el engrosamiento del tejido fibroso que reviste las articulaciones. Esto ejerce una presión adicional sobre la parte lumbar, y la inflamación por artritis podría empeorar la situación. Además, si te inclinas hacia el frente cuando te sientas —como la mayoría de nosotros lo hacemos frente a la computadora— ejerces casi el doble de fuerza sobre la columna vertebral, en comparación con estar de pie, dice Alan Hedge, director del Human Factors and Ergonomics Research Laboratory en Cornell University.
La solución: Afloja las caderas con la clásica postura de la rana. Con las rodillas en el piso, separa las piernas lo más que puedas. Luego trae el torso hacia el frente de manera que los codos y antebrazos se apoyen en el piso.
3. Tienes peso en la parte delantera
Probablemente sabes que el sobrepeso puede contribuir al dolor de espalda, pero la ubicación de esas libras de más también marca una diferencia, afirma el Dr. Kevin Vincent de la University of Florida. El peso adicional en la barriga inclina la pelvis y aumenta la curvatura de la columna vertebral. "Las articulaciones de la columna vertebral están bajo presión", dice. "Se comprimen".
La solución: Ejercita tanto los músculos grandes como los pequeños de la zona lumbar. Caminar en zancadas, por ejemplo, no solo te obliga a utilizar los músculos pequeños en la zona lumbar que proporcionan equilibrio; sino que también trabaja los glúteos —los músculos grandes de las nalgas que ayudan a controlar tu columna vertebral y espalda—. También es aconsejable perder ese exceso de peso: "Si pierdes peso, el dolor de espalda también mejora", dice Vincent.
4. Estás en el teléfono todo el tiempo
Tener una red social sólida es una señal de buena salud, pero si estás en el teléfono demasiado tiempo, podrías estar poniendo en riesgo tu espalda. Esto se debe a que doblar el cuello para leer o escribir mensajes de texto puede ejercer 60 libras de fuerza adicionales sobre tu columna vertebral, dice Ken Hansraj, jefe de la cirugía de la columna vertebral en New York Spine Surgery & Rehabilitation Medicine en Poughkeepsie. Combinar esta mala postura con acumulación o degeneración artríticas comunes en los discos de la columna vertebral puede resultar en dolor de espalda.
La solución: Mantén la cabeza en alto y los ojos hacia abajo. "Una buena postura es subir las orejas por encima de los hombros y abrir el pecho mientras retraes la escápula", dice Hansraj. ¿Mejor aún? Usa auriculares con micrófono incorporado para que no tengas que doblar el cuello.
5. Tienes problemas en los pies
Los sistemas y órganos están vinculados por algo que los fisiólogos llaman la cadena cinética, que funciona como es de esperar: un eslabón débil en cualquier parte de la cadena puede crear problemas en otros lugares.
Por ejemplo, si tienes fasciitis plantar (dolor en el talón o en la planta de los pies), puede causar una sutil cojera que puede desequilibrar tu paso lo suficiente como para causar dolor de espalda.
La solución: Cualquier dolor que afecte tu paso —artritis en una rodilla, un tobillo torcido— debe examinarse, no solo para resolver ese problema, sino también para evitar daños colaterales.
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