El Papanicolaou: una prueba que salva vidas

Una de las enfermedades que más discapacidad causa en una mujer es el cáncer del cérvix o cuello del útero. En mi práctica médica he tenido la oportunidad de atender centenares de mujeres con esta enfermedad y tratar de aliviar los fastidiosos síntomas que causa; además de disminuir el impacto que tiene la enfermedad sobre su vida de pareja.

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Foto: Blend Images / Alamy

He visto las dos caras de la moneda: mujeres con un cáncer tan avanzado que era prácticamente imposible practicar un examen vaginal y mujeres con cáncer en sus primeras etapas, es decir, tan temprano que su eliminación se conseguía —en el 100% de los casos— con una simple operación.

El asunto es que ninguna mujer debería morir de este tipo de cáncer porque el cáncer del cuello del útero es una enfermedad 100% prevenible. Al respecto, el American College of Obstetricians and Gynecologists acaba de poner al día sus recomendaciones para el uso juicioso del Papanicolaou o citología, una prueba que desde que empezó a usarse en 1941, ha logrado disminuir en 70% las muertes causadas por cáncer del cérvix.

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Con respecto a la población latina, se ha documentado que las mujeres latinas tienen la tasa más alta de contraer cáncer del cuello del útero en Estados Unidos y son el segundo grupo, después de las mujeres afroestadounidenses, con más alto riesgo de morir por esa condición. Sabiendo que el 90% de los casos de cáncer del cuello del útero son causados por los virus papiloma humano (VPH), no se sabe por qué la mujer latina contrae la enfermedad con mayor frecuencia. El hecho de que las mujeres afroestadounidenses mueran más a causa de la enfermedad, podría indicar que ellas tienen menos acceso a tratamientos adecuados para combatir el cáncer.

Sin ninguna duda, el Papanicolaou es una prueba salvavidas que, de acuerdo a las últimas recomendaciones del American College of Obstetricians and Gynecologists, deben ser hechas con la siguiente frecuencia:

• Las mujeres deben hacerse su primer Papanicolaou a los 21 años, a no ser que hayan tenido previamente un Papanicolaou anormal.
• Para mujeres entre 21 a 29 años, el Papanicolaou debe ser hecho cada 3 años y la prueba del VPH no debe hacerse.
• Para mujeres entre 30 y 65 años, deben hacerse una prueba combinada de Papanicolaou y VPH cada 5 años. En lugares en los que no pueda hacerse la prueba del VPH, un Papanicolaou cada 3 años es lo recomendable. La prueba del VPH sola no es recomendable, debe estar siempre acompañada del Papanicolaou.
• Después de los 65 años, las recomendaciones dependen del resultado de los exámenes previos. Si todas las pruebas anteriores han tenido un resultado negativo, el Papanicolaou puede ya dejar de hacerse en el futuro. Un resultado negativo significa que la paciente haya tenido tres pruebas seguidas negativas del Papanicolaou o dos resultados consecutivos negativos de la prueba conjunta Papanicolaou y VPH en los últimos 5 años.
• Aquellas mujeres que hayan tenido historia de anormalidades del Papanicolaou como el CIN2*-CIN3** o que hayan tenido un adenocarcinoma*** del cuello del útero, no deben suspender su Papanicolaou a los 65 años; deben continuar sus exámenes por lo menos hasta los 75 años.
• Si la mujer ha tenido una histerectomía, o sea que su útero fue extirpado por alguna razón que no haya sido cáncer o precáncer, la mujer ya no debe hacerse nunca más un Papanicolaou; pero si la mujer tuvo una histerectomía por un CIN 2-CIN 3 o un cáncer, deberá seguir haciéndose un Papanicolaou cada 3 años por los próximos 20 años.

En resumen, las mujeres latinas tienden a ser más propensas a padecer cáncer de cérvix y el Papanicolaou o citología es una prueba que puede salvarles la vida. A pesar de que las recientes recomendaciones del American College of Obstetricians and Gynecologists amplían el espacio entre examen y examen, el colegio recuerda que una visita anual al médico es muy importante para descubrir otro tipo de enfermedades.

* CIN 2 es una anormalidad del cuello del útero que sin ser cáncer, puede avanzar a convertirse en cáncer si no es adecuadamente controlada, es también llamada una lesión precancerosa.

** CIN 3 es una lesión un poco más avanzada que el CIN2, pero tampoco es cáncer.

*** Adenocarcinoma es el tipo menos frecuente de cáncer del cuello del útero, representando solo el 10 a 20% de los cánceres de ese órgano; el 80 a 90% restante es de tipo escamoso, queratinizante o epidermoide.