El valor de los trabajadores mayores
La experiencia hace que resuelvan mejor los problemas y sean más confiables.
In English | El verano del 2015 fue extremadamente caliente y húmedo en Denver. Esto significó jornadas largas y atareadas para quienes trabajan en el negocio del aire acondicionado. Así que por supuesto, Lou Bindner estuvo en su escritorio todas las mañanas en Climate Engineering. “En el verano, todos trabajamos”, dice Bindner. “Es la temporada alta, y nadie puede tomarse el día libre”.
Bindner trabaja en ventas y diseño de sistemas nuevos. También produce el boletín de la empresa. Por su actitud amable y de abuelo, todos en la empresa acuden a él para que les cobre a los clientes que se retrasan con los pagos de sus cuentas. “Lou es la mejor persona de cuentas por cobrar que podrías encontrar”, dice Todd Flannery, presidente de Climate Engineering.
Además, Bindner actúa como la memoria institucional de la empresa. A fin de cuentas, tiene muchos recuerdos. Ha trabajado con aires acondicionados por más de seis décadas. Tiene 89 años.
Bindner forma parte de una oleada humana de trabajadores mayores que ahora desempeñan un papel principal en la economía estadounidense. Físicamente sanos, no preparados para dejar de trabajar y quizás no tan cómodos económicamente como les gustaría, decenas de millones de personas mayores en Estados Unidos trabajan hoy en día, a edades en las cuales sus padres y abuelos ya se habían jubilado.
Hace casi un cuarto de siglo, en 1991, solo aproximadamente 1 de cada 10 empleados planeaba seguir en la fuerza laboral más allá de los 65 años. Hoy, ese número ha aumentado a casi 4 de cada 10.
En 1991, según la Bureau of Labor Statistics (Oficina de Estadísticas Laborales), aproximadamente un 30% de las personas de 55 años o más en EE.UU. estaban trabajando. Para el 2013, la tasa de participación en la fuerza laboral para los de 55 años o más había sobrepasado el 40%, y va en aumento constante. La Equal Employment Opportunity Commission (Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo) federal dice que la era actual es la primera vez en la historia estadounidense en la que cuatro generaciones —la anterior a los boomers, los boomers, la generación X y la generación del milenio— participan en la fuerza laboral al mismo tiempo.
Las implicaciones de este fenómeno tienen tan largo alcance que este se ha convertido en un tema clave de interés académico. AARP, por supuesto, siempre ha estudiado y defendido los derechos de los trabajadores mayores. Sin embargo, hoy en día existen centros y academias en muchos lugares, entre ellos el Institute for Career Transitions (Instituto para la Transición de Carreras) en Massachusetts Institute of Technology, el Center on Aging & Work (Centro sobre Envejecimiento y Trabajo) en Boston College y el Center on Longevity (Centro de Longevidad) en Stanford University.
Y ahora, como para confirmar que la “no jubilación” es una tendencia estadounidense auténtica, Hollywood se ha unido a ella. The Intern, la encantadora película de Warner Bros. programada para estrenarse el 25 de septiembre, cuenta la historia de un jubilado que acepta una pasantía en una nueva empresa de comercio electrónico. En su solicitud de empleo, el pasante de 70 años (interpretado por un canoso Robert De Niro) precisa las razones por las cuales los empleadores deberían desear un trabajador mayor. “Siempre he puesto las empresas primero”, declara. “Soy leal, digno de confianza y mantengo la calma durante una crisis”.
La fuerza laboral de mayor edad de hoy tiene varios grupos distintos
- Algunos están tan contentos en el trabajo que simplemente no dejan de trabajar. Lou Bindner, por ejemplo, ha trabajado en Climate Engineering desde que fundó la empresa hace 50 años. El famoso inversionista Warren Buffett tiene un relato parecido: a los 85 años, todavía maneja la empresa que adquirió en los años 1960, y su socio, Charlie Munger, tiene 91 años.
- Algunos trabajadores se jubilan formalmente de una carrera para lanzarse a otra. Luego de pasar tres décadas como ejecutiva de gestión de proyectos para IBM, Mary Jackson de Marietta, Georgia, dejó atrás la oficina corporativa y se convirtió en una maestra de quinto grado a los 59 años.
- Una gran cantidad de trabajadores mayores se han cambiado a empleos, remunerados o como voluntarios, en organizaciones benéficas y organizaciones sin fines de lucro. Por ejemplo, AARP y el Peace Corps tienen una asociación que coloca a adultos mayores en empleos para voluntarios a nivel mundial. Vivian Davis de Austin, Texas, se inscribió en el programa a los 78 años y trabajó por dos años en la lucha contra el VIH/sida en Sudáfrica rural.
- Y si alguien te dice que todas las nuevas empresas comienzan con jóvenes tatuados de veintitantos intercambiando ideas en las redes sociales, muchos emprendedores mayores no estarían de acuerdo para nada. Un estudio realizado por la Kauffman Foundation descubrió que un 26% de todas las nuevas empresas en el 2015 fueron creadas por personas de entre 55 y 64 años; en 1997, la cifra había sido un 15%
David Harshfield escogió ese camino después de pasar 30 años como ejecutivo de tecnología. Le gustaba su trabajo, explica, pero con el pasar del tiempo este se volvió cada vez menos seguro. “La empresa estaba pasando apuros; no me sorprendí cuando mi empleo se terminó. Y luego las probabilidades estaban en mi contra. Después de los 50, puedes entrevistarte todo lo que desees, pero los empleos no están. Necesitaba crear mi propio destino”.
Luego de investigar mucho, Harshfield seleccionó la franquicia Batteries Plus Bulbs y abrió una tienda en Temecula, California. “Trabajo siete días por semana, pero está dando frutos”, dice. “Me siento como si hubiera anotado un jonrón”. ¿La jubilación? No se vislumbra. Harshfield arrendó el local para su tienda por 10 años, con una extensión de cinco años. “Eso me mantendrá ocupado hasta que tenga aproximadamente 70 años”, dice.
Otros países donde la edad promedio va en aumento, como Japón, Alemania y Suecia, han visto un alza parecida en el número de trabajadores mayores. En todo el mundo, la economía de la longevidad da lugar a preguntas básicas sobre la configuración de una carrera profesional. Dos economistas del Banco Mundial, Wolfgang Fengler y Johannes Koettl, abogaron hace poco en un blog que la mera idea de una “edad de jubilación” debería jubilarse. “Un sistema binario de trabajar el 100% hasta la jubilación y después de repente cambiar al 0% a una edad arbitraria de aproximadamente 65 años es uno de los grandes anacronismos del mercado laboral de hoy”.
Una ética laboral más fuerte
De manera casi universal, los economistas están de acuerdo en que el enorme aumento de trabajadores de mayor edad es ventajoso para las tres partes: es un impulso para los empleadores, un empuje para la economía estadounidense y un bono para los trabajadores.
Para los empleadores, los “no jubilados” proporcionan una fuente de trabajadores con experiencia que han demostrado ser productivos, dedicados y leales. A medida que la economía en la época posterior a la recesión regresa hacia el pleno empleo, a muchas industrias les ha resultado más difícil cubrir las vacantes, en particular en los oficios especializados. “Los trabajadores de 50 años o más pueden ayudar a los empleadores a abordar la escasez de talento actual y futura”, como notó un estudio de esta primavera realizado por Aon Hewitt para AARP. Y una vez que la vacante se cubre, tiende a mantenerse así; el mismo estudio descubrió que “los trabajadores de 50 años o más tienen menos probabilidades que los trabajadores más jóvenes de dejar sus empleos de manera imprevista”.
Los investigadores de University of Kentucky encuestaron a empresas grandes y pequeñas para determinar cómo los empleadores valoran a sus trabajadores de mayor edad. Los encuestados dijeron que los trabajadores de 50 años o más son más confiables que las generaciones más jóvenes; llegan a tiempo al trabajo. Además, tienen una ética laboral más fuerte. Es más probable que el empleado más joven llegue tarde y se vaya temprano. La experiencia de los empleados mayores hace que estén en mejores condiciones para manejar los problemas y responder a las emergencias, y hace que sean mentores valiosos para personas más jóvenes en la empresa. También saben cómo tratar a las personas y proporcionar mejor servicio a los clientes.
Los adultos mayores en Estados Unidos son grandes consumidores, y los empleados de mayor edad pueden ayudar a las empresas a aprovechar ese mercado lucrativo. ¿Quién sería mejor que un adulto mayor para determinar lo que es probable que compren las personas mayores? A Benjamin Franklin se le atribuye la invención de los anteojos bifocales, algo que hizo a los 78 años porque él mismo los necesitaba. Barbara Beskind, una ingeniera/diseñadora de 91 años en la famosa empresa IDEO, dice que trabaja en productos que ella y sus amigos necesitan, tales como mejores andadores, bastones de apoyo y anteojos que reconocen los rostros y susurran el nombre de un conocido de larga data que se te acerca.
Existe la impresión de que los trabajadores mayores son costosos, de que es difícil capacitarlos y de que sus costos del cuidado de la salud son más altos. Sin embargo, varios estudios han demostrado que es incorrecto dar por sentado que un empleado de mayor edad costará más.
“Cuando me preguntan, ‘¿Los trabajadores mayores cuestan más?’, la respuesta es, ‘Cuestan de manera distinta’”, dice Susan Nordman. Ella debiera saberlo. Es la directora ejecutiva de Erda Handbags, un fabricante de Dexter, Maine donde más de la mitad de la fuerza laboral es mayor de 60 años. Durante una audiencia este verano ante el Comité Especial del Senado sobre el Envejecimiento, Nordman dijo que tuvo que reorganizar el taller y comprar equipo para acomodar a sus empleados de mayor edad. Sin embargo, mencionó que los beneficios que brindan las destrezas, experiencia y dedicación de los trabajadores mayores superan esos costos adicionales por un amplio margen.
Los trabajadores mayores enriquecen el país
Para la economía en general, la llegada de tantas personas con experiencia y una ética laboral fuerte a la fuerza laboral ha aumentado la productividad y mejorado la producción económica. En pocas palabras, los trabajadores de mayor edad hacen que EE.UU. sea una nación más rica. En algunos campos, tales como la enfermería, la contratación y la retención de empleados de 50 años o más se han convertido en herramientas esenciales para compensar la escasez de trabajadores capacitados.
Más allá de eso, los millones de personas que trabajan después de haber llegado a la edad de jubilación han disminuido la amenaza del fenómeno conocido como la “avalancha de jubilados”: el miedo de que la cantidad de personas mayores con beneficios del Seguro Social y de Medicare abrumaría la cantidad de personas trabajadoras cuyos impuestos pagan por esos beneficios. La jubilación aplazada, según la SSA (Administración del Seguro Social), “acorta el período de jubilación que necesita financiarse y puede generar ahorros adicionales” para los fondos.
Para los empleados de mayor edad —y en particular para los millones cuyas finanzas fueron gravemente impactadas durante la Gran Recesión del 2007 al 2009— quedarse en el trabajo puede disipar el miedo de que se les acabará el dinero durante su vida. Las encuestas entre trabajadores mayores muestran varias razones por las cuales no se han jubilado, pero parece que la atracción principal es la oportunidad de seguir ganando y aplazar la necesidad de retirar dinero de los ahorros o cobrar el Seguro Social. Para los menores de 65 años, la edad en la que pueden obtener Medicare, seguir trabajando también puede significar mantener el plan de seguro de salud de un empleador.
Sin embargo, no todo es estrictamente un asunto de finanzas. “El dinero y el acceso a la atención de salud son, por supuesto, de gran importancia”, dice Sara Rix del AARP Public Policy Institute (Instituto de Política Pública de AARP), “pero también lo son los deseos de continuar siendo activo, contribuir y mantener las relaciones sociales en el trabajo. Es más, estos trabajadores a menudo disfrutan lo que hacen”.
De regreso en Climate Engineering en Denver, Lou Bindner dice que definitivamente disfruta lo que hace, tanto que no puede obligarse a jubilarse. En el 2004, cuando era un “joven” de 78 años, Bindner anunció su jubilación. Sus clientes y familia le hicieron una gran fiesta de despedida en Coors Field de Denver. Al tener tiempo entre manos, Bindner jugó al tenis, se unió a un equipo de softball y perfeccionó su receta para un martini muy, pero muy seco (“Viertes la ginebra y un chorrito de vodka sobre el hielo con una cáscara de limón. Luego susurras la palabra ‘vermut’ sobre la parte superior de la copa”).
Pero no funcionó. En cuestión de meses, Bindner estaba de regreso en su escritorio todos los días. “El negocio del aire acondicionado es interesante”, explicó. “Es desafiante. Es un servicio que realmente se necesita.
“Y es un negocio que conozco. De la jubilación, no sé nada. Nunca entendí cómo hacerlo”.
T.R. Reid es un autor y cineasta que hace mucho sobrepasó la edad de jubilación y todavía trabaja. Su libro sobre cómo arreglar el sistema impositivo de EE.UU. se publicará en el 2016.
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