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Una escapada de cuatro días al oeste de Irlanda

Viaja más allá de Dublín y visita las encantadoras ciudades pequeñas de la Isla Esmeralda.

In English | La mayoría de la gente viaja a la capital, pero uno de los lugares más hermosos y distintivamente irlandeses de este acogedor país se encuentran al oeste y al sur; aquí puedes cubrir mucho terreno en un viaje corto.

Tiendas del barrio latino al anochecer en el centro de la ciudad de Galway. Condado de Galway, Irlanda.

Gabbro / Alamy Stock Photo

Galway es una escala importante a lo largo de la ruta escénica conocida como Wild Atlantic Way.

Día 1

Llega al aeropuerto Shannon y conduce 52 millas al norte hacia Galway; una de las ciudades más acogedoras del mundo y sede de más de 120 festivales y eventos cada año (incluido el excepcional Festival de verano de Galway Races, el lugar ideal para ver caballos correr, la alta sociedad irlandesa y sombreros exóticos). Regístrate en tu hotel; ten en mente el elegante e histórico Hotel Meyrick en el centro de la ciudad o el ultramoderno G Hotel a orillas del lago poco profundo de la ciudad conocido como Lough Atalia. Para el almuerzo, ve al Kitchen Café and Restaurant en el gratuito Museo de la ciudad de Galway, que está lleno de información sobre la historia de Galway y es el lugar perfecto para empezar tu visita. Después toma un crucero escénico de 90 minutos a lo largo del río Corrib o un recorrido culinario con la gastrónoma Sheena Dignam de Galway Food Tours para probar quesos, chocolates, cervezas y otras delicias locales. Si eso no te llena, date un gusto con el guisado de carne de res y Guinness (o solo una pinta) sobre la calle Quay Street en el bar histórico The Quays, o saborea ostras en el Tigh Neachtain de 120 años; ambos son buenos lugares para escuchar música irlandesa tradicional.

Castillo del Rey Juan, junto al río Shannon al atardecer. Limerick, Irlanda.

Gabbro / Alamy Stock Photo

El castillo emblemático del rey Juan en Limerick tiene más de 800 años.

Día 2

Conduce cerca de una hora y media al sur hacia Limerick, donde el alojamiento va desde tranquilos B&B (consulta el sitio web Bed & Breakfast Ireland) hasta elegantes y sofisticados sitios como el moderno Absolute Hotel, ubicado en el centro. A la ciudad probablemente se le conoce mejor como la ciudad natal del autor Frank McCourt —y sí, hay una excursión a pie llamada Angela's Ashes basada en las famosas memorias de McCourt— pero los sitios más icónicos de Limerick incluyen el Castillo del rey Juan del siglo XIII y la Catedral de Santa María, fundada en 1168. También visita el Museo Hunt, que exhibe antigüedades célticas además de obras de Picasso y Renoir, después visita el Milk Market donde encontrarás artesanías y alimentos locales.

Si realmente quieres pasar tiempo con los lugareños, ve jugar al equipo Munster Rugby (uno de cuatro equipos de rugby en el área) de Limerick en el Thomond Park Stadium de 25,600 asientos: los apasionados aficionados del equipo probablemente cantarán “The Fields of Athenry”, una balada tradicional irlandesa. Al atardecer, unas buenas opciones de bares incluyen Dolans, que ofrece música en vivo, y Curragower en Medieval Quarter a orillas del río Shannon (puedes ver el castillo mientras saboreas tu bebida). Una excelente opción que no es un bar es Freddy’s Bistro, nombrado uno de los mejores restaurantes de Irlanda (asegúrate de hacer reservaciones).

Casa de la Ópera de Corky galería de arte Crawford en Cork City, Irlanda.

Andrew Michael / Alamy Stock Photo

La Galería de arte Crawford exhibe arte irlandés y recibe al menos 200,000 visitantes al año.

Día 3

Conduce 63 millas al sur desde Limerick hacia Cork, la segunda ciudad más grande de Irlanda, donde los hoteles con pintorescas vistas del río incluyen el moderno río Lee. También considera un B&B justo afuera de la ciudad para conseguir alojamiento más barato. Empieza tus exploraciones caminando sobre el río Lee en el escénico puente Patrick y dirígete a la Galería de arte Crawford, un museo gratuito que no solo exhibe arte de unos de los mejores artistas de Irlanda, sino que también tiene una cafetería de primera. No te pierdas el concurrido English Market, que abrió en 1788 (la reina Isabel lo visitó en el 2011). Los 140 puestos incluyen desde aceite de oliva hasta salmón ahumado y panes recién hechos, pero si te interesan las delicadezas tradicionales de Cork, haz una escala en A. O’Reilly & Sons para comer morcilla y tripas (estómago de la vaca; delicioso). Para una elegante cena, visita Market Lane Restaurant & Bar, especializado en mariscos y situado en el centro de la ciudad, o para algo más casual —y más sustancioso— ve a Elbow Lane Brew & Smoke House, que elabora su propia cerveza (pero ve temprano; no aceptan reservaciones).

Irlanda, Kilkenny, Catedral de San Canice.

Giuseppe Masci / Alamy Stock Photo

Construida durante el siglo VI, la iglesia de San Canice en Kilkenny todavía tiene servicios religiosos hoy en día.

Día 4

Conduce 97 millas al noreste hacia Kilkenny, donde puedes empezar por recorrer sitios destacados de la Milla Medieval de la ciudad, que incluye el Castillo de Kilkenny del siglo XII, Black Abbey del siglo XIII (conocido por sus espectaculares vitrales) y la Catedral San Canice. Asegúrate de escalar la Torre Redonda del siglo IX de la catedral, que ofrece vistas de 360 grados de la ciudad (sí, vale la pena subir todos esos escalones). Para conseguir regalos irlandeses auténticos —y observar cómo los hacen— visita el Kilkenny Design Centre para ver joyería, artículos de punto, cristalería y alfarería. Puedes terminar tu aventura irlandesa con un recorrido y degustación en el Smithwick's Experience Kilkenny. El aeropuerto Shannon está a unas dos horas al oeste por carretera.