Comidas que te transportan al pasado
Estas delicias de tu infancia todavía existen.
Crema esponjosa de malvavisco
In English | La crema esponjosa o "fluff" se inventó en 1917, pero el creador original dejó de producirla debido al racionamiento que imperó durante la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, H. Allen Durkee y Fred L. Mower de Swampscott, Massachusetts, compraron la receta por $500. Un siglo más tarde esta crema es toda una institución, y el sándwich "fluffernutter" —mantequilla de maní y crema esponjosa de malvavisco entre dos rebanadas de pan blanco— es un componente básico de las loncheras de los niños de Nueva Inglaterra y otras partes del país. En Massachusetts todavía se realiza un "Fluff Festival" todos los años. Si decides ir y quieres sentir que encajas perfectamente en la celebración, recuerda pronunciar el nombre correctamente: “flaffa-nara”.
Spam
Este producto de carne procesada cumple 80 años este año, y ya hace mucho que su nombre se ha incorporado a la cultura popular para referirse a cualquier tipo de fastidio digital. El debate sobre el verdadero origen del nombre es acalorado: algunos opinan que es una abreviatura de "spiced ham" (jamón condimentado); otros, que es la abreviatura de, bueno..., "spare meat" (carne sobrante). Monty Python escribió uno de sus actos cómicos más famosos sobre la omnipresencia del spam. Pero este producto se merece más que burlas. En la Segunda Guerra Mundial, fue un auténtico héroe que sirvió no solo como una comida fácil para los soldados, sino también como un lubricante para las armas, y las latas resultaron un excelente lugar donde guardar las municiones. En Hawái, el estado con mayor consumo de spam por persona en todo el país, se lo considera un manjar.
Kraft Mac & Cheese
Hoy en día, los macarrones con queso se han convertido en un plato común en la alta cocina y los encontramos en los menús de restaurantes elegantes en versiones que incluyen ingredientes como langosta o trufas. Pero es probable que si se les da a muchos adultos la opción de elegir, todavía prefieran la clásica versión de la caja que comían en su infancia, todos esos coditos cubiertos con una salsa en polvo de queso procesado, cocida hasta alcanzar ese tono anaranjado nuclear. El brillante y enceguecedor tono naranja del queso ya no existe —hace unos años, Kraft cedió a la presión de las madres y comenzó a utilizar sabores y tintes naturales— pero, con sus 80 años, todavía hay muy pocas cosas que vuelven a hacer presente tu infancia tan instantáneamente como los macarrones con queso de Kraft.
Lucky Charms
A esta altura, todo el mundo sabe que los Lucky Charms —esos copos de avena glaseada con pequeños malvaviscos multicolores— son “mágicamente deliciosos”, como nos cantara el personaje Lucky the Leprechaun en la canción del anuncio comercial durante más de cinco décadas. Pero cuando se lanzó al mercado por primera vez en 1962, hace 55 años, el cereal para el desayuno no tuvo gran éxito. Sin embargo, eso cambió cuando General Mills le agregó un toque de azúcar a la avena (originalmente era natural), lo que le dio una dosis de dulzura a la serie inicial de malvaviscos: corazones rosados, lunas amarillas, estrellas naranjas y tréboles verdes. Durante el transcurso de los años las formas de los malvaviscos han ido y venido, al igual que las versiones alternativas de cereal con chocolate y con bayas. ¿Cuál es el único malvavisco que sobrevivió a todos los cambios? Los corazones rosados; esos han perdurado más de medio siglo.
Cheez Whiz
Si hay algo más entretenido y eficiente que comer queso (eh... cheez) disparándolo directamente en la garganta desde un tubo de Cheez Whiz, nosotros no lo conocemos. Cheez Whiz, otro mágico producto de queso creado por los magos de Kraft, se lanzó al mercado en 1952. Y si bien puede parecer tan estadounidense como el béisbol o el pastel de manzanas, en realidad se conoció por primera vez en Inglaterra, donde se comercializó como una manera fácil de hacer la salsa de queso para esa piedra fundamental de la cocina reconfortante de los británicos, el Welsh rarebit o rarebit galés. Al año siguiente llegó a Estados Unidos, donde encontró su vocación como el queso preferido para el clásico sándwich "Philly" de bistec y queso.
Pop Rocks
Estas pequeñas pelotitas carbonadas de caramelo literalmente explotan en la boca, lo que las convirtió en un éxito instantáneo entre los niños cuando irrumpieron en el mercado a mediados de la década de 1970. General Foods patentó por primera vez el concepto en 1956, si bien la empresa esperó casi dos décadas para lanzar el producto; a mediados de la década de 1980 lo retiró del mercado después de que se hiciera popular una leyenda urbana particularmente duradera con respecto al producto: que mezclar Pop Rocks con gaseosas hacía explotar el estómago y que la mezcla había, efectivamente, matado a Mikey, el niño de los famosos comerciales de los cereales Life. Ese mito fue desmentido (¡menos mal!) y las Pop Rocks están otra vez disponibles para explotarte en la boca —si es que sabes dónde buscar—.