El banco de papá y mamá
Qué decir cuando tus hijos adultos te piden ayuda financiera.
In English | Mi segunda hija acaba de empezar a cursar su último año en la universidad, y después de usar lo último que quedaba en su cuenta de ahorros universitarios 529 y un fondo de bonos adicional que habíamos establecido para ella, pagamos su semestre de otoño. Pero hay un problema: aún necesita pagar el semestre de primavera. Por lo que nos vemos en una encrucijada: ¿Recurrimos a nuestros ahorros y permitimos que empiece su vida adulta libre de deudas, o ponemos la responsabilidad sobre ella?
Es comprensible que quieras ayudar a tus hijos, incluso a expensas de tu propia seguridad. Una encuesta realizada por el Pew Research Center en el 2015 reveló que el 61% de las personas del país con hijos adultos les habían brindado ayuda financiera en los últimos 12 meses. Pero a veces, conservar el dinero para ti —en lugar de dárselo o prestárselo a tus hijos— es exactamente lo que tu familia necesita que hagas.
"La mejor manera de ayudar a tus hijos es que nunca necesites de su ayuda", dice Bobbi Rebell, autora de How to Be a Financial Grownup (en inglés). El instinto de ayudar a los hijos puede hacer caer a los padres de cincuenta y tantos años en una verdadera trampa; probablemente aún tienes empleo y ganas lo máximo que jamás hayas ganado, mientras que tus hijos están apenas comenzando a hacer sus vidas. Estos deben ser tus años para ahorrar mucho dinero. Si no, podrías poner en riesgo tu jubilación.
A continuación encontrarás cuatro factores sumamente importantes que se deben considerar. Úsalos —tal como hicimos nosotros en los siguientes siete escenarios— para evaluar si debes decir “sí” o “no”.
Escenario 1: el automóvil inservible
Ayudar a tu hijo a regresar a la carretera podría ser una buena inversión. Pero evalúa de manera honesta si él ha sido responsable o el automóvil ya no sirve porque no se ha ocupado de mantenerlo en buen estado.
"No debes dejar que tus hijos piensen que siempre servirás de auxilio y que pueden actuar de manera irresponsable porque tú estarás allí para apoyarlos a recuperarse después de un tropiezo", dice Rebell. Si ese es el caso, tienes que interrumpir el ciclo de dependencia aprendida. Sugiérele reducir la marcha. Si tu hijo elige comprar un automóvil usado del mismo modelo, podrías aportar un porcentaje más alto al que contribuirías si se compra uno nuevo. Cuanto más realista y responsable sea desde el punto de vista financiero, más será lo que le darás que lo que le prestarás.
Y asegúrate de que cualquier préstamo que le des tenga un programa de pago confiable y fijo; es la mejor manera de evitar tirantez en la relación más adelante. "Las personas están más dispuestas a cumplir con sus obligaciones al principio del proceso de préstamo", señala Eleanor Blayney, defensora de los consumidores del Certified Financial Planner Board of Standards.
Puntaje (ver clave en la barra lateral):
Grado de necesidad: 3
Riesgo financiero: 4
Corto plazo: 4
Seguridad emocional: 4
Total: 15
Escenario 2: una boda como las de los cuentos de hadas
Esto se clasifica como un gasto "muy discrecional". "Es dinero que nunca recuperarás", dice Cary Carbonaro, directora general de United Capital y autora en finanzas personales. De hecho, una boda grande podría perjudicar la estabilidad de tu hija. En un estudio de más de 3,000 matrimonios realizado por economistas en Emory University en Atlanta, se descubrió que las mujeres que tuvieron una boda que costó $20,000 o más fueron 1.6 veces más propensas a divorciarse.
"Volvemos a la planificación aplicada. ¿Qué es factible?", pregunta Blayney. "Mi hija se casó hace siete años y yo les di una cifra. El costo final dependía de ellos: podían gastar más, pero por su propia cuenta, o podían gastar menos y quedarse con la diferencia".
Puedes ayudar a tu hija asegurándote de que el dinero se invierta bien. Pídele que investigue el precio de la boda y, luego, te consulte con el presupuesto desglosado. Pregúntale qué tiene planificado si se pasa del presupuesto. Pídele que se pregunte por qué una boda enorme es importante. Escucha de verdad. Si es lo que quiere, está de acuerdo con tus términos y puedes pagarla, gira el cheque y disfrútala.
Puntaje (ver clave en la barra lateral):
Grado de necesidad: 0
Riesgo financiero: 4
Corto plazo: 5
Seguridad emocional: 3
Total: 12
Escenario 3: el arriendo de un apartamento
Esta situación realmente depende del caso, pero, en general, aquí buscas la manera de justificar una respuesta afirmativa. En muchas ciudades, es un procedimiento habitual que se solicite un adelanto en efectivo grande y tu hijo te necesita. Pero debes ser cauteloso, señala Rebell.
"En esta contabilidad hay dos columnas, la tuya y la de él", agrega. "En tu columna, debes preguntarte si puedes pagar en caso que él no lo haga". Si en efecto puedes, examina entonces la otra columna: ¿es él lo suficientemente responsable y, francamente, tiene la capacidad financiera para pagar su alquiler? Si es así, entonces dile que sí. Pero tengan un acuerdo por escrito que detalle las posibles consecuencias. "Tú y tu hijo tienen que comprender y estar de acuerdo en lo que sucederá si él no puede pagar", dice Blayney. "Incluso puedes pedir un depósito de garantía. Y si tu hijo no puede pagar el alquiler y tienes que hacerte cargo tú, esos pagos se convierten en una deuda que tendrá contigo".
Puntaje (ver clave en la barra lateral):
Grado de necesidad: 3
Riesgo financiero: 3
Corto plazo: 4
Seguridad emocional: 5
Total: 15
Escenario 4: el pago inicial para un hogar
Tú eres el mejor juez de la confiabilidad de tu hija, dice Rebell. Si puedes permitirte ayudar con parte de un pago inicial, hazlo. Ella todavía debe asumir la responsabilidad de un 80% de la hipoteca. Eso es más que suficiente responsabilidad financiera para una persona adulta joven. Y si las cosas se complican, es asunto de ella y el banco. Si no puedes permitirte ayudarla con dinero, pero confías en tu hija y puedes ayudarle a reducir su pago inicial firmando como codeudor, quizás quieras considerar esa opción. Los hogares crean estabilidad y por lo general son buenas inversiones de por vida. Eso es lo que deseas para tus hijos.
Pero recuerda: las decisiones financieras importantes no tienen que ser blanco y negro. Podrías dar la totalidad o una parte del pago inicial, ofrecer un préstamo o ser codeudor en un préstamo. O puede que una combinación de las tres opciones sea la decisión inteligente: si la vivienda cuesta $250,000, considera, por ejemplo, darle el primer 10% ($25,000) del pago inicial y prestarle el otro 10% ($25,000) a una tasa baja, de manera que tu hija cuente con el 20% generalmente necesario para evitar el requisito de seguro hipotecario. Luego, avala el 80% restante. Facilitar la independencia financiera de un hijo puede ser mejor que lanzarlo al agua de una sola vez.
Si firmas como codeudor, no obstante, ten en cuenta que el préstamo aparecerá en tu informe de crédito como una obligación de préstamo pendiente. Si en algún momento deseas refinanciar tu propia vivienda u obtener un préstamo sobre el valor neto de tu propiedad, te podría costar calificar. Y si tu hijo deja de hacer un pago de la hipoteca, tu puntaje crediticio podría verse afectado. Por lo tanto, quizás quieras asegurarte de que podrás afrontar esos pagos si surge la necesidad.
Puntaje (ver clave en la barra lateral):
Grado de necesidad: 5
Riesgo financiero: 2
Corto plazo: 4
Seguridad emocional: 4
Total: 15
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Escenario 5: el rescate para un divorcio
A corto plazo, si puedes permitírtelo, intervén, en particular si tus nietos están de por medio. La estabilidad es indispensable. Tu hija está sufriendo suficiente, y este es un momento en que la familia debe ayudar.
Pero una vez que el período de crisis haya pasado, traza un plan. "¿Puede pagar esa casa sola o se mudará a una vivienda más pequeña?", pregunta Carbonaro. "Definitivamente le brindaría ayuda, pero debe haber un plan de retirada".
Si es posible que se mude contigo temporalmente, de manera que pueda vender la casa y recuperarse, háganlo. Tu apoyo emocional no tendrá precio. "Yo me divorcié de mi primer esposo y me mudé a la casa de mis padres, donde viví por un año mientras me recuperaba", señala Rebell. "Vendí el apartamento en el que habíamos vivido, ahorré un año de gastos de manutención y logré mudarme de la casa de mis padres con solidez financiera. El beneficio adicional fue el año que pasé conociendo a mis padres de adultos y la nueva relación que entablamos".
Puntaje (ver clave en la barra lateral):
Grado de necesidad: 5
Riesgo financiero: 2
Corto plazo: 5
Seguridad emocional: 5
Total: 17
Escenario 6: la nueva empresa
Innumerables historias de éxito se han cultivado con el dinero de los padres. ¿Y en quién mejor invertir que en tus hijos? Aunque, una vez más, tú eres prioridad.
Pregúntate si puedes permitirte perder el dinero que estás considerando prestar. Si no lo necesitas, felicidades. Pero eso no significa que debas prestarlo o avalar un préstamo.
"Mamá y papá son fáciles de persuadir. Tu hijo tiene que llevar su plan al mercado y ver si hay personas que le prestarían dinero", afirma Blayney. Si el plan es lo suficientemente sólido como para lograr la aceptación de fuentes independientes, entonces quizás esté bien que tú inviertas. Si decides ayudar, déjale claro a tu hijo que ahora son socios.
Puntaje (ver clave en la barra lateral):
Grado de necesidad: 3
Riesgo financiero: 0
Corto plazo: 0
Seguridad emocional: 1
Total: 4
Escenario 7: estudios de posgrado
Si bien los préstamos universitarios son una carga muy pesada para la mayoría de los adultos jóvenes, en realidad no tienes por qué animarte a pagar gastos educativos en este momento. Siempre puedes ayudar a tu hijo a liquidar esos préstamos durante los próximos años —sin usar mucho de tus ahorros—. "A pesar de que podíamos pagar el costo completo de la matrícula, hicimos que mi hijo obtuviera préstamos estudiantiles de $4,000 cada año", dice Carbonaro. "Tu hijo también tiene que tener un compromiso". Este es el momento para que asuma responsabilidad por su propio futuro, y si asistir a la universidad a cursar estudios de posgrado valdrá la pena desde el punto de vista financiero, también valdrá la pena encontrar la forma de financiar los estudios.
Puntaje (ver clave en la barra lateral):
Grado de necesidad: 2
Riesgo financiero: 0
Corto plazo: 0
Seguridad emocional: 5
Total: 7
Cuando tuve que resolver mi propio reto de cómo pagar el último semestre de la universidad de mi hija, lo hice así: cuando llegó a casa para las vacaciones otoñales de la universidad, le expliqué que tendría que ser responsable y pagarlo ella misma. Yo avalaría el préstamo, pero ella sería responsable de encontrar la mejor tasa, comprender los términos del préstamo y presentármelos. Por supuesto, intentaremos ayudarle a liquidar el préstamo con el tiempo, pero solo después de asegurar nuestro propio futuro financiero.