Las empresas de tecnología eliminan las publicaciones falsas sobre el coronavirus
La Organización Mundial de la Salud advierte el peligro de la ‘infodemia’ y algunos expertos aconsejan a los usuarios tomar el control.
In English | Las redes sociales están repletas de remedios falsos, teorías de conspiración y demás información errónea perjudicial sobre el coronavirus, lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS), enlace en inglés, denomina una “infodemia”, es decir, una sobreabundancia de información que a veces es correcta y a veces no.
Para combatir las falsedades, compañías de tecnología como Facebook, Twitter y Google (que es propietaria de YouTube) están alertando sobre información falsa o eliminándola, y redirigiendo a los usuarios a fuentes fiables de información sobre el virus.
Estas compañías han enfrentado críticas en el pasado por no tomar suficientes medidas para poner riendas a la información errónea en sus plataformas, especialmente en torno a las elecciones presidenciales del 2016.
Ahora que la salud de miles de millones de personas está en riesgo, Facebook, por ejemplo, está tomando un enfoque más agresivo en cuanto al material que se publica y comparte sobre el coronavirus. La semana pasada, la compañía dijo que comenzará a alertar a los usuarios que hayan compartido, hecho clic o comentado sobre información que se haya comprobado es falsa y los redirigirá a la página web de la OMS sobre los mitos del coronavirus.
Facebook también ha aumentado la cantidad de verificadores de información por parte de terceros que examinan las publicaciones que los usuarios o sus algoritmos identifican como sospechosas. Está eliminando publicaciones perniciosas, como las curas falsas. Había una que incluso les indicaba a los lectores que bebieran una solución de lejía, un veneno potencialmente mortal.
"Durante esta crisis, una de mis prioridades principales es asegurarnos de que los usuarios vean información correcta y autoritativa en todas nuestras aplicaciones”, escribió el fundador y director ejecutivo de Facebook Mark Zuckerberg en una publicación sobre las nuevas políticas de la empresa.
La compañía —que también es propietaria de Instagram, una red para compartir fotos, y de WhatsApp, un servicio de mensajes— ha dirigido a los usuarios de Facebook e Instagram a su Centro de información sobre el coronavirus (COVID-19) y ha utilizado ventanas emergentes educativas en las que, según informó Zuckerberg, hasta mediados de abril habían hecho clic más de 350 millones de personas.
Google también está trabajando para dirigir a las personas a obtener información de salud fiable. La búsqueda de “curas para el coronavirus” en su sitio presenta un cuadro que dice: “A la fecha, no hay una vacuna ni medicamentos específicos para la COVID-19”, e incluye un enlace a la OMS.
Las medidas para priorizar la información correcta y disminuir o eliminar la información errónea representan un cambio significativo con respecto a cómo los gigantes de la tecnología abordaban anteriormente el libre flujo de información en sus plataformas.
"Fue realmente un cambio dentro de las compañías”, dijo a Associated Press Andy Pattison, gerente de Soluciones Digitales de la OMS.
Ahora, Pattison y su equipo alertan sobre información errónea acerca del virus y, a veces, presionan para que la información errónea se elimine de Facebook, Google y YouTube.
Las falsedades: un problema desde hace tiempo
La información errónea y la desinformación —que es información falsa que se disemina deliberadamente para cambiar la opinión u ocultar la verdad— han estado al acecho en las redes sociales desde hace mucho tiempo. Pero ahora hay mucho en juego.
"En realidad, hay una gran variedad de diversos tipos de riesgos asociados con la información errónea en general, y específicamente en el caso del coronavirus”, señala Dipayan Ghosh, codirector de Digital Platforms & Democracy Project en Harvard Kennedy School. Los riesgos varían desde personas que toman decisiones políticas desinformadas hasta la muerte, explica Ghosh. Y debido a los riesgos graves, las plataformas potencialmente podrían ser consideradas responsables si sucede algo terrible, acota.
Angie Drobnic Holan, editora en jefe de PolitiFact, una organización sin afiliación política dedicada a la verificación de hechos con sede en Washington, dice que las personas crean y diseminan información errónea por motivos que incluyen la generación de ganancias o la ideología política, o porque creen —erróneamente— que la información es correcta.
PolitiFact es uno de los grupos de verificación de hechos que colabora con Facebook. En las últimas semanas, todo el contenido que PolitiFact ha verificado está relacionado con el virus, incluida la aseveración sobre beber lejía. Su sitio, PolitiFact.com, también está investigando las aseveraciones sobre el coronavirus y clasificándolas mediante un "medidor de veracidad" cuyos colores cambian de rojo (falsa) a verde (verdadera).
"Ha abrumado el debate nacional”, dice Holan.
También ha revitalizado a quienes educan al público para que los hechos prevalezcan sobre la ficción.
"Las personas en la comunidad informativa están verdaderamente activas, como nunca antes”, dice Holan. “Se están sosteniendo todo tipo de conversaciones entre los verificadores de hechos, los periodistas, las plataformas y los filántropos en cuanto a cómo asegurar que el público obtenga información valiosa, sólida y objetiva".
Conversaciones con las plataformas
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han proporcionado información sobre la salud a varias plataformas, incluidas Facebook y Google, señala Benjamin Haynes, un portavoz de la agencia. Las conversaciones han incluido el tema de cómo los enlaces al contenido de los CDC, presentados en una variedad de formas, podrían ayudar a los usuarios a conseguir contenido fiable y rechazar la información errónea.
Las respuestas de las diferentes compañías han sido tanto proactivas como reactivas, añade Ghosh. Google, por ejemplo, proporciona de manera proactiva información sobre el número de casos de coronavirus en el condado, el estado y el país del usuario, y ofrece enlaces a la OMS. También incluye alertas sobre la COVID-19 y listas de preguntas comunes y búsquedas comunes cuando un usuario busca material relacionado con el virus.
Entre las respuestas reactivas se incluye el uso de algoritmos de moderación de contenidos para identificar publicaciones que contienen información errónea y la posibilidad de que los usuarios puedan alertar sobre información potencialmente errónea, acota Ghosh.
El problema con las respuestas reactivas es que la información errónea está disponible antes de que sea eliminada. YouTube, por ejemplo, eliminó videos que decían que el virus fue causado por las redes inalámbricas 5G. Cientos de miles de personas ya habían visto algunos de esos videos antes de que fueran eliminados, dijo Associated Press.
Misión imposible
Incluso con las medidas intensificadas, es imposible que las plataformas de las redes sociales capturen toda la información errónea que aparece en línea, según Holan, quien exhorta a las personas a que tengan cuidado con lo que reenvían o comparten.
Todos —las compañías de tecnología, los periodistas, los gobiernos y la población en general— tenemos que poner de nuestra parte, explica, ya que la “información errónea no es un problema que vaya a resolver un solo grupo".