¿Cuántos tragos son suficientes para ti?
Evita que la jubilación y la soledad te lleven al consumo excesivo de alcohol.
Existen muchas personas que a pesar de no cumplir todos los criterios para ser considerados adictos al alcohol —lo que comúnmente llamamos alcohólicos— frecuentemente abusan de este. En otras palabras, existen personas que aunque no toman todos los días, ni descuidan su trabajo, su hogar o sus relaciones personales; cuando toman, lo hacen de manera tan exagerada que terminan emborrachándose.
En inglés ese tipo de comportamiento se le denomina binge drinking, que en español significaría consumo excesivo de alcohol. El binge drinking es el patrón de uso de alcohol más común en Estados Unidos y se define como el acto de tomar más de cinco tragos en dos horas para un varón y más de cuatro tragos para una mujer. Es importante decir que la mayor parte de los que practican el binge drinking no son adictos al alcohol.
Y si bien es cierto que el consumo excesivo de alcohol es mas común entre los jóvenes, sorpresivamente, las personas mayores de 65 años lo hacen frecuentemente, en un promedio de 5 a 6 veces al mes. Podría pensarse que el “aburrimiento” al estar jubilados —la sensación de tener todo el tiempo del mundo para uno, la depresión por padecer una enfermedad crónica, la soledad, el divorcio o la viudez— pueden hacer que la persona se refugie en las borracheras, usando el alcohol como una vía de escape de su situación personal.
En relación a los hispanos mayores de 50 años, un reciente estudio presentado por la Asociación Americana de Psiquiatría Geriátrica reveló que los latinos mayores de 65 años tienen más riesgo de practicar el binge drinking, comparados con personas de la misma edad de otros grupos étnicos y raciales.
Sorpresivamente también, el consumo excesivo de alcohol es más frecuente en hogares con un ingreso mayor de $70,000 dólares al año, y más común en hombres que en mujeres. Se calcula que los que tienen ese comportamiento son 14 veces más propensos a manejar intoxicados y tener problemas con la ley.
En relación al consumo del alcohol es importante distinguir entre los siguientes grupos de personas:
- El abstemio: el que no toma nunca.
- El bebedor social: el que toma ocasionalmente pero que casi nunca se emborracha.
- El bebedor problemático o binge drinker: el que toma ocasionalmente, pero cuando lo hace, toma tanta cantidad que termina emborrachándose.
- El alcohólico: el que toma todos los días, es dependiente del alcohol y descuida su vida personal por culpa de la bebida.
El alcohólico vs. El bebedor problemático
La distinción entre el bebedor problemático (binge drinker) y el adicto al alcohol no es solo académica o semántica, sino que escala al nivel médico y de salud pública. El alcohólico tiene sus propios riesgos y los efectos del alcoholismo sobre la salud humana son muy conocidos: daño en el hígado (cirrosis hepática), el corazón (miocarditis), el cerebro y los nervios periféricos (neuropatía periférica). En general, es importante saber que las mujeres son mucho más sensibles a los efectos del alcohol que los hombres.
Por su parte el consumo excesivo de alcohol (binge drinking) causa también una serie de problemas a la salud, los cuales incluyen enfermedades de trasmisión sexual, enfermedades del hígado y de los nervios periféricos. Además crea problemas o situaciones como accidentes, suicidios, violencia social y familiar. En las personas mayores, también puede provocar disfunción eréctil, presión alta, derrame cerebral, pobre control de la diabetes e interfiere con los efectos de diversos medicamentos.
Recordemos que el alcohol es una sustancia engañosa: aparentemente nos alegra, pero en realidad nos deprime (piensa en los que se quedan dormidos por tomar mucho) y también deshidrata (causa de severos dolores de cabeza al día siguiente de una borrachera).
Es por tanto muy importante ser conscientes de nuestro consumo de alcohol. ¿Cuál es el patrón de consumo que tenemos?, ¿Tenemos tendencia a abusar del alcohol?, ¿Estamos sin querer cayendo en el binge drinking?
No vaya a ser que por unos momentos de supuesta alegría, estemos arruinando o vayamos a arruinar completamente nuestra vida y nuestra salud.
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