¿Tu matrimonio pone en riesgo la salud de tu corazón?
Conoce los tipos de estrés y cómo afectan la salud.
Una reciente investigación realizada por sociólogos de Michigan State University y University of Chicago concluyó que si el matrimonio no está yendo bien y la pareja es infeliz, el divorcio podría salvar a alguno de ellos de un ataque al corazón.
¿Cómo se explica semejante aseveración? Hay que analizarla desde el punto de vista de lo que significa el estrés en la vida de un ser humano y su relación con la salud, en este caso, el corazón.
Definir el estrés es difícil porque implica entender situaciones que varían mucho en duración y evolución a través del tiempo. No es lo mismo por ejemplo una breve situación de estrés por ver un ratón en la casa, que tener un estrés que dura décadas por una mala relación de pareja o un trabajo insatisfactorio.
Cinco tipos de estrés:
- Agudos y de tiempo limitado, como por ejemplo tener que hablar en público.
- Breves y naturales, como tener que tomar un examen o realizar una entrevista para un puesto de trabajo.
- Prolongados y secuenciales, como ocasionado por una mala relación de pareja o el cuidar de un familiar con cáncer. Situaciones que se saben que van a terminar, pero no se sabe cuándo.
- Crónicos, como el que sufre una persona severamente discapacitada o el que tiene que abandonar su país por una guerra, es un estrés grave porque obliga a hacer un cambio radical en el modo de vida. Al no saberse si el estrés acabará o cuándo acabará, puede ser muy dañino.
- Distantes, como el que ocurre después de una violación por ejemplo. Es aquel que habiendo ocurrido en el pasado, deja secuelas permanentes.
Lo relevante es que esos tipos de estrés pueden originar diversos grados de alteraciones en el sistema de defensa del cuerpo, cambios causados por las hormonas adrenalina y cortisol, segregadas por las glándulas suprarrenales.
La investigación (en inglés) que comentamos estudió a 459 mujeres casadas y 739 hombres casados entre 57 y 85 años de edad que participaron en el National Social Life, Health, and Aging Project (proyecto nacional de vida social, salud y envejecimiento) que comenzen el año 2005. Los participantes manifestaron, al inicio del estudio, cuan cercanos eran a su pareja, cuán exigente era ésta y cuán felices eran en su matrimonio.
Cinco años después, se evaluó la salud del corazón de los participantes, averiguando si habían desarrollado ataques al corazón, derrames cerebrales o aumento en el nivel de colesterol y la presión arterial.
Y encontraron que las parejas que al inicio del estudio (en inglés) dijeron que eran infelices por tener un matrimonio con problemas y que discutían todo el tiempo, fueron las más propensas a que uno de sus miembros desarrollara alguna enfermedad del corazón.
Los autores piensan que la “intoxicación crónica” del corazón por las hormonas del estrés son las causantes del problema y que ese efecto es acumulativo, por lo que se manifiesta con mayor frecuencia en hombres y mujeres mayores que han vivido muchos años en el estrés de un matrimonio problemático. Es posible también que este origine depresión, consumo de cigarrillos, abuso de alcohol, comida y por ende obesidad; situaciones que están directamente relacionados al desarrollo de enfermedades del corazón.
El efecto negativo de los problemas matrimoniales fue más intenso en la mujer que en el hombre, pensándose que eso es debido a que las mujeres son más sensibles, internalizan más sus emociones y no expresan abiertamente su infelicidad, o como se dice popularmente, se “guardan su cólera”.
Ese mayor daño del estrés sobre el corazón de la mujer reafirma el hecho ya conocido de que ellas son más propensas a una condición llamada “síndrome del corazón roto” (en inglés), causada por el estrés agudo que puede provocar un desengaño amoroso u otra situación emocional fuerte. Esta condición, que genera un infarto cardiaco, puede causar la muerte por una súbita falla eléctrica del corazón.
¿Qué podrías hacer?
Debido a que la consejería matrimonial es probablemente ofrecida con mayor frecuencia a las parejas jóvenes, sería recomendable aconsejar a los proveedores de salud que les pregunten a sus pacientes mayores sobre la satisfacción marital y que les planteen considerar una consejería matrimonial a aquellos que confiesen no ser felices.
Eso es más importante cuando sabemos que el divorcio es, de acuerdo a un estudio realizado por AARP, un evento emocional de peor consecuencia emocional que perder el trabajo. Es similar al que se sufre al ser diagnosticado con una grave enfermedad y un poco menos terrible que la muerte de un cónyuge.
Si tú estás en medio de un divorcio, te recomendamos consultar con tu médico de cabecera o un consejero matrimonial para aliviar la soledad, la depresión y los sentimientos de fracaso que acarrean el mismo.
Y si ya te sientes mejor después de ese evento traumático, es posible que el divorcio, con todo lo doloroso que haya sido, pueda haberte ayudado a prevenir un futuro problema en la salud de tu corazón, especialmente si eres mujer.
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