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El repunte de las viviendas en los patios continúa durante la pandemia

Cobertizos y ‘cápsulas’ prefabricadas se convierten en oficinas en el hogar o espacios habitables.

Fachada de una unidad de vivienda complementaria

Cortesía de Scott Bremner

Las viviendas complementarias se vuelven más cotizadas.

In English | Cuando Kevin Yost empezó a trabajar desde su hogar debido a la pandemia, se acomodó en la mesa del comedor de su casa en San Francisco. Pero porque tenía material confidencial en su computadora portátil, necesitaba más privacidad de su esposa, quien a menudo trabajaba desde casa, y sus dos hijos adolescentes.

Así que Yost, de 54 años, adoptó una esquina de la sala. “Construí un fuerte de cartón con muros de sábanas”, dice. “Si tuviera 10 años, lo único que necesitaría sería carne seca tipo Jerky y leche con chocolate para ser el niño más feliz del mundo”.

Un hombre parado junto a una unidad de vivienda complementaria

Cortesía de Kevin Yost

El cobertizo en el patio de Kevin Yost proveerá un espacio de trabajo más privado.

Pero esa no era la manera de hacer negocios para un editor de videos profesional, por lo que Yost empezó a buscar una solución. Encontraría la respuesta en su patio.

El coronavirus estimula el interés

En los últimos años, ha surgido una ola de propietarios de casas que se ha puesto a construir o renovar estructuras como las unidades de vivienda complementarias (o ADU), cobertizos, garajes, estudios y otras estructuras en sus propiedades, dice Kol Peterson, un experto en unidades ADU. Pero el coronavirus ha acelerado esa demanda.

Las personas que necesitan espacios privados para trabajar desde casa, como Yost, o como los que quieren que sus familiares de mayor edad se trasladen más cerca de ellos, se han puesto a pensar en sus patios como lugares para encontrar refugio o construir una vivienda.

Tim Vack, gerente general de Modern Shed con sede en Seattle, que prefabrica estructuras independientes pequeñas y modernas, reporta que basándose en el número de llamadas telefónicas, catálogos solicitados y tráfico en el sitio web, su compañía ha visto “cuatro veces más interés” en comparación con el año anterior.

Mike Koenig, presidente y cofundador de Studio Shed en Lewisville, Colorado, ha visto números similares para su compañía, que fabrica cobertizos y unidades ADU. “Hemos notado que el tráfico de visitantes mayores de 65 años en nuestro sitio web se ha triplicado en el último año”, expresa él. “Eso no es normal”.

Yost y su esposa querían un espacio donde sus hijos de la secundaria que están aprendiendo a distancia pudieran hacer trabajo escolar, jugar videojuegos y escuchar música, o donde Yost pudiera trabajar y tener la privacidad que necesita.

La pareja consideró la posibilidad de expandir su casa de 1,450 pies cuadrados edificada alrededor de 1950 a unos 30 minutos de San Francisco, pero los costos eran demasiado altos. Necesitarían un espacio con electricidad, pero no necesitarían cimentación, plomería ni baño. A principios de mayo decidieron comprar un cobertizo y llamaron a Modern Shed.


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Trasladar a la familia cerca del hogar

Pero otras personas buscan algo más que un lugar para alejarse durante el día. Si buscas una estructura que incluya una cocina independiente con un muro cortafuegos que la separe de la casa, esta se clasifica como una unidad ADU, dice Peterson. Estas unidades pueden anexarse o ser parte de una casa residencial, o pueden estar separadas, y cada jurisdicción tiene diferentes normas y reglamentos sobre qué se permite; desde cuántos pies cuadrados hasta el número de dormitorios o la inclinación de las escaleras.

Las unidades ADU se vuelven más cotizadas (en inglés), particularmente en la región oeste del país, a medida que los precios de casas incrementan en medio de una falta de viviendas en algunas áreas. California es el mercado más grande, dice Peterson. Por ejemplo, Los Ángeles fue desde emitir 15 permisos para unidades ADU en el 2013 hasta 6,747 en el 2019. Pero otros estados están siguiendo la tendencia; Portland, Oregón, ahora tiene unas 3,000 ADU y tanto Seattle como Chicago han adoptado recientemente códigos para ADU, dice Peterson.

Kerri Folmer, de 52 años, decidió construir una ADU en su propiedad en el área de la Bahía con la idea de que su mamá, Toni Wiggs, de 76 años, pudiera mudarse. Wiggs, quien tiene diabetes, ha estado viviendo independientemente en un centro para adultos mayores, pero se ha caído varias veces y no estaba contenta con su experiencia de vivienda, dice Folmer.

Folmer, directora ejecutiva en Deloitte Consulting y madre de dos hijos en edad universitaria (también en casa y aprendiendo a distancia), ya estaba en el proceso de comprar una ADU de Studio Shed cuando llegó la COVID-19.

Eso “aceleró todo”, dice Folmer. “El riesgo era alto en nuestra comunidad y creo que un trabajador en las instalaciones [donde estaba mi mamá] tuvo un resultado positivo al virus. Iban a prohibir entradas y salidas. Ella estaría aislada. Y [mis hermanos y yo] estábamos pagando bastante dinero al centro de adultos mayores. Todo parecía extremo y de alto riesgo en ese momento”.

En marzo, Folmer trasladó a su mamá al comedor de su casa. No era lo ideal, pero solo sería temporal.

Período de tiempo para cobertizos y unidades ADU:

Si necesitas espacio inmediatamente, ten en cuenta que para una unidad ADU necesitas permisos y que parte del proceso pudiera tomar desde seis meses hasta más de un año. Un cobertizo generalmente no necesita un permiso; pero verifica tus ordenanzas de zonificación locales ya que tal vez necesites un permiso si el cobertizo mide más de cierto número de pies cuadrados. Una vez fabricado, un cobertizo puede transportarse en cuatro semanas y tardarse solo dos o tres días para instalarlo en su lugar.

Aunque Folmer ya había firmado un contrato para la casa prefabricada, el permiso se llevó 90 días en vez de los 30 días normales debido a los retrasos causados por la pandemia. Después, a finales del verano, durante la instalación, “el plomero fue evacuado debido a los [constantes] incendios. Ha sido toda una hazaña”.

Pero Folmer dice que su madre espera con ansias mudarse al estudio de 400 pies cuadrados (con un baño, dormitorio y cocina) que está por terminarse en el jardín lateral de la casa de Folmer. Ella tendrá la privacidad que necesita para vivir su vida de una manera digna. Y, si ella o alguien en la casa de Folmer se enferma, es más fácil aislarse.

“Ella estará más protegida”, dice Folmer. “Somos una familia cercana y esto se siente más seguro”.

Más que una oficina en el hogar

Para Yost, el período de tiempo para instalar el cobertizo en el patio fue un poco menos complicado. Él optó por una estructura de 10 x 12 pies, que es la estructura más grande que podía comprar sin necesitar un permiso. Ventanas superiores, una puerta corrediza de vidrio y una ventana lateral dejan entrar bastante luz.

Modern Shed fabricó los paneles, hechos de materiales de construcción estándar, y en un remolque se entregaron a la casa de Yost, donde se acomodaron en su lugar. La instalación se llevó dos días y medio. Aunque Modern Shed se habría encargado de los pisos, paneles de yeso, aislamiento térmico y material eléctrico, Yost decidió usar sus propios contratistas para esas partes.

“Yo disfrutaba mirar al patio por la ventana y ver el cobertizo crecer en sus varias etapas”, dice Yost. Sin embargo, él tendrá que esperar para usarlo como su oficina en casa. “Por el momento, es la sede de estudios universitarios a distancia de mi hija”.

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