Vida Sana
¿Te ha ocurrido que estornudas, ríes, saltas o haces algún esfuerzo y se te sale una gota de orina? No estás sola, esta es una condición que, de acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos, afecta a 13 millones de personas en Estados Unidos, la mayoría mujeres, después de la menopausia.
Si tuviste hijos por parto vaginal es probable que seas más propensa a desarrollar incontinencia urinaria; sin embargo, la reducción de las hormonas femeninas también contribuye a sufrir estos inconvenientes.
El aparato urinario es uno de los responsables de que podamos eliminar los desechos de nuestro organismo. En condiciones normales, los adultos producimos un promedio de litro y medio de orina, dependiendo de la cantidad de líquido que ingerimos, cuanto sudamos y la velocidad a la que respiramos. El líquido pasa a la vejiga para su almacenamiento. La vejiga es una especie de globo muscular que se mantiene en la parte baja del abdomen, sostenida por ligamentos.
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Este órgano cuenta con otros músculos que rodean la apertura de la vejiga hacia la uretra, que es el tubo encargado de expulsar la orina. Estos músculos forman el llamado esfínter que se contrae para evitar el goteo de orina. Cuando la vejiga se llena, sus terminales nerviosos envían la señal al cerebro para avisarnos de que es necesario orinar, el cerebro informa a los músculos que es hora de relajarse para vaciar la vejiga. Posteriormente, se vuelven a contraer para repetir el proceso.
Cuando falla alguno de los elementos implicados en el acto de orinar, puede ocurrir incontinencia. De los varios tipos, los más comunes son la incontinencia por esfuerzo y la llamada vejiga hiperactiva. La primera sobreviene cuando hay un escape de orina debido a una presión dentro del abdomen, como ocurre al toser, estornudar, reír o hacer una fuerza. La segunda se debe a un trastorno del sistema nervioso, como en personas con lesiones de médula espinal, esclerosis múltiple, accidente vascular cerebral, enfermedad de Parkinson o la ingesta de medicamentos que pueden provocarla como efecto secundario, como es el caso de los diuréticos.
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