Vida Sana
Índice de masa corporal
El sobrepeso y la obesidad son grados de gordura que se diferencian al medir el índice de masa corporal (IMC); un número que se calcula relacionando matemáticamente el peso y el tamaño de la persona. Si no sabes cuál es tu IMC, puedes calcularlo utilizando nuestra herramienta.
¿Será cierto eso de que los excesos de la juventud se pagan en los años maduros? En el caso del cáncer del hígado, pareciera ser que sí. Un estudio de la Karolinska Institutet, en Suecia, encontró que el sobrepeso y la obesidad en la adolescencia están relacionados a la cirrosis del hígado y al cáncer en la edad adulta.
La investigación monitoreó durante décadas a más de 1.2 millones de hombres inscritos en el servicio militar sueco, entre 1969 y 1996. Tuvo como objetivo averiguar si existía alguna relación entre el sobrepeso u obesidad durante la juventud y el riesgo de desarrollar alguna enfermedad grave del hígado en el futuro. Los resultados fueron claros y contundentes: aquellos jóvenes que tuvieron sobrepeso en su juventud, presentaron 50% más riesgo de tener una enfermedad severa en el hígado en el futuro. Si fueron obesos, ese riesgo aumentó a un 217%. La cosa empeoró si en el transcurso de la vida los hombres desarrollaron diabetes tipo 2, en este caso el riesgo alcanzó un 328%.
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¿Cómo la obesidad atenta contra el hígado?
Lo que sucede cuando una persona engorda es que, al igual que la grasa se acumula debajo de la piel, se acumula también en el hígado y causa el llamado hígado graso no alcohólico. En este caso la grasa infiltra los delicados tejidos del hígado y causa una inflamación crónica del órgano. Con los años, dicha inflamación mata las células hepáticas y son progresivamente reemplazadas por cicatrices. El exceso de cicatrices en el hígado ocasiona la cirrosis, la cual avanza, causa falla crónica del órgano, y finalmente desemboca en un cáncer. Cuando aparecen, los síntomas del hígado graso pueden incluir fatiga, debilidad, pérdida de peso, pérdida de apetito, náuseas, dolor abdominal, ictericia (color amarillo) de la piel y los ojos, picazón, edema en las piernas y el abdomen, y confusión mental, según la American Liver Foundation.
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