Vida Sana
“Era como heroína electrónica”, dijo Maureen O'Connor de la máquina a la que creyó que podía vencer. “Ya sabes, cuanto más jugaba, más necesitaba jugar… y menos satisfacción me producía”.
Pero, al final, fue la máquina la que le ganó a O'Connor, dejando a la exalcaldesa de San Diego y heredera de una fortuna de $50 millones casi en la indigencia. Con 67 años, ahora vive con su hermana gemela en lugar de hacerlo en la propiedad ubicada frente al mar, en La Jolla, que ella y su último marido, el fundador de la cadena de comidas rápidas Jack in the Box, alguna vez llamaron hogar.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
La adicción de O'Connor al video póker (“esa máquina”, la llamaba ella) era absorbente. En nueve años apostó más de $1,000 millones ($1 billion) en casinos de San Diego, Las Vegas y Atlantic City. O'Connor era, de hecho, una gran apostadora —una “ballena”, para usar el término no tan halagador que se utiliza en ese ambiente—, tan grande era como apostadora que los casinos de Las Vegas solían enviarle un avión privado a San Diego para trasladarla. Y ella no los defraudaba. “Podía perder más de cien mil dólares en un día”, le confesó a un entrevistador el pasado mes de febrero (O'Connor, a través de su abogado, se negó a ser entrevistada para la realización de este artículo).
Al aumentar sus pérdidas —que llegaron a algo así como $13 millones, según sus abogados—, O'Connor hizo lo que finalmente la llevaría a los juzgados federales, acusada del grave delito de lavado de dinero: tomó $2,088,000 de una fundación benéfica establecida por su esposo en 1966, agotando sus activos y dejándola insolvente.
¿Qué es lo que llevó a O'Connor —una excampeona de natación, la rígida “Alcalde Mo” de San Diego desde 1986 a 1992— a caer en semejante abismo? Ella misma lo atribuyó a una adicción al juego agravada por un tumor cerebral, diagnosticado en el 2011. Su abogados mencionaron en presentaciones judiciales que ella se volcó al juego “a lo grande” en algún momento del 2011, mientras continuaba batallando con el dolor y la soledad que la embargó la muerte de su marido. “El patrón de conducta”, escribieron sus abogados, “encaja con el síndrome conocido como ‘adicción al juego por duelo o luto’”.
Bajo un acuerdo de procesamiento diferido, O'Connor prometió someterse a un tratamiento contra la adicción al juego, devolver el dinero que tomó de la fundación y cubrir el pasivo fiscal asociado con la apropiación indebida de fondos.
Si bien O'Connor nunca verá la prisión desde adentro, otros no son tan afortunados. Marilyn Lancelot también lo perdió prácticamente todo: dos casas, su auto y los ahorros de toda la vida. Pero su vida recién tocó fondo cuando llegó la policía y se la llevó esposada.
Agobiada por las deudas, comenzó a falsificar la firma de su jefe en cheques y a cobrarlos para alimentar una desenfrenada adicción al juego. “No había nada que no hiciera para conseguir más dinero para jugar”, cuenta Lancelot, de 83 años. Condenada por malversación, pasó casi un año en prisión.
La cantidad de casinos se ha multiplicado en las últimas décadas. En los años sesenta, solo Atlantic City y Nevada tenían casinos. Hoy, los casinos funcionan en más de 30 estados. Súmale las loterías estatales, el Powerball y, ahora, los sitios de apuestas en internet, y tendrás muchísimas formas de tentar tu suerte y perder un poco de dinero. Muchas comunidades de adultos, centros de vida asistida e incluso iglesias organizan salidas a casinos cercanos.
Es fácil comprender por qué son tan atractivos, sostiene Jon Grant, M.D., profesor de Psiquiatría y Medicina Conductual en University of Chicago. “Los casino están repletos de escenas y sonidos donde las personas mayores pueden sentirse a salvo. Son fácilmente accesibles para discapacitados y puedes visitarlos en cualquier tipo de clima”.
De hecho, sostienen los expertos, los adultos mayores estadounidenses son el segmento de más rápido crecimiento en lo que a adictos al juego se refiere. Para alrededor del 8% de ellos, es una adicción que puede costarles sus ahorros para la jubilación.
“Alrededor del 40% de las personas que vemos tienen más de 50 años”, señala el psicólogo Robert Hunter, quien dirige el Problem Gambling Center en Las Vegas. “Muchas de ellas son personas que se metieron en problemas luego de jubilarse y mudarse a un lugar donde los casinos constituyen buena parte de la vida social”.
También te puede interesar
Las carnes y el cáncer: Qué hacer ante la noticia
Cómo mantener a raya la mortal enfermedad.9 beneficios de la música para la salud de los adultos
El alivio del estrés y la mejora del estado de ánimo son algunos de los principales beneficios.
La verdad sobre 10 mitos nutricionales
Descubre la verdad sobre las grasas, la sal, los carbohidratos y las dietas de desintoxicación.