Vida Sana
Más consejos de comida saludable
| Mezclar y ocultar el puré de verduras en comidas donde no pueda ser detectado es una técnica que los padres han usado con sus hijos quisquillosos durante siglos. Pero investigadores de Pennsylvania State University decidieron probarlo con un grupo de adultos para ver si podría ayudarlos a reducir la ingesta de calorías y perder peso.
Funcionó; incluso mejor de lo que los investigadores esperaban. Los confiados hombres y mujeres, que ingirieron diversas comidas caseras mejoradas con purés de verduras, además de haberles gustado los platos alterados, consumieron más del doble de verduras y redujeron su ingesta de calorías en hasta 360 calorías por día.
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Imagínense: si la gente pudiera ingerir 360 calorías menos por día, perdería casi una libra de grasa corporal en diez días. Sin duda, algo para considerar en un país donde el 70% de los adultos mayores de 20 años presenta sobrepeso u obesidad.
En el estudio, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, 41 sujetos de entre 20 y 45 años acordaron ingerir tres comidas en un laboratorio, una vez por semana, durante tres semanas. Las comidas eran las mismas: pan de zanahoria en el desayuno, macarrones con queso en el almuerzo y guiso de pollo con arroz en la cena. Los sujetos podían comer tanto como quisieran, junto con acompañamientos como panecillos, yogur de fresa y brócoli y judías verdes, según la comida. El tamaño de la porción se controlaba según el peso, y los investigadores hacían un seguimiento de la cantidad de alimentos que cada participante ingería.
A los sujetos se les dijo que el estudio examinaba sus percepciones de los distintos sabores. Según Alexandria Blatt, coautora del estudio, lo que no se les dijo es que algunos de los platos principales habían sido reforzadas con purés: los macarrones con queso y el guiso de pollo contenía coliflor y puré de calabaza, en tanto el pan de zanahoria llevaba puré de zanahoria y calabaza. Los sujetos comieron ambos platos cargados de verduras y también platos preparados a la manera tradicional, sin verduras ocultas.
Debido a que, a igual peso, las verduras tienen menos calorías que los ingredientes que reemplazaron, los que comían los platos principales mejorados seguían recibiendo la misma cantidad de alimentos (en cuanto al peso), pero con menos calorías, explica Blatt.
Además, no lograron detectar una diferencia importante. Cerca del 45% de los participantes comentaron a los investigadores que se dieron cuenta de que había algo diferente en la apariencia, el sabor o la textura de los platos alterados, pero sólo dos personas afirmaron haberse dado cuenta de que la comida contenía verduras adicionales. Curiosamente, el pan de zanahoria con la mayor cantidad de puré obtuvo la más alta calificación en cuanto a sabor y textura, y es probable que se deba a la mayor humedad.
Verduras encubiertas
Si bien el estudio duró sólo tres semanas, Blatt sostiene que aun así la estrategia fue un éxito. Los participantes calificaron positivamente los alimentos, lo cual demostró que agregar verduras ocultas a los alimentos favoritos puede ser una sabrosa manera de aumentar los nutrientes y a la vez reducir las calorías.
Para aquellos “individuos a los que no les gustan mucho las verduras”, agregar purés furtivamente a los platos principales es otra forma de lograr que coman más verduras ricas en vitaminas, indicaron.
Aun así, los investigadores reconocen que esta sigilosa estrategia tiene sus críticos.
“Las verduras furtivas tienen bastante mala reputación entre los dietistas, porque opinan que la gente no aprende a tomarles el gusto a las verduras”, afirma la coautora Barbara Rolls, profesora de ciencias de la nutrición en Penn State y creadora de la Dieta Volumétrica, que enfatiza el consumo de alimentos con alto contenido de agua y fibras, como las verduras. La crítica, sin embargo, soslaya el hecho de que muchos estadounidenses no pueden tolerar el gusto ni la textura de las verduras, afirma Rolls. A pesar de años de estímulo por parte de los especialistas en salud y del gobierno, los estadounidenses siguen ingiriendo muchas menos verduras de lo recomendado.
Lo que demuestra el estudio es que las verduras en puré pueden agregarse de manera oculta a una variedad de alimentos sin alterar su gusto y textura, afirma. “Lo más importante es que la industria de los alimentos bien podría agregar puré de verduras a sus productos para ayudar a los estadounidenses a consumir más verduras y reducir la ingesta de calorías”.
¿Una idea infantil?
Pero no todos piensan que sea buena idea agregar secretamente las verduras, ni que esa estrategia pueda sostenerse a largo plazo.
“Esto solamente puede funcionar a largo plazo si alguien más se ocupa del ocultamiento. Imagínense lo molesta que se sentirá la gente al descubrir que la han obligado a comer verduras. Al ser tratados como niños, sin duda reaccionarán como niños”, asegura Marion Nestle, profesora del Department of Nutrition, Food Studies and Public Health de New York University.
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