Vida Sana
Para muchas personas en Estados Unidos, Lidia Bastianich ha sido la voz amable y atenta que nos ha enseñado a cocinar la comida italiana que ama, a través de sus galardonados programas de cocina de la televisión pública y sus más de una docena de libros de cocina. Según Los Angeles Times, su manera clara y concisa es "como tener a una madre (o quizás abuela) sensata a tu lado mientras cocinas".
Bastianich tenía 10 años cuando llegó de Italia con su familia a Nueva York. Mientras su madre trabajaba, era Lidia quien se encargaba de preparar la cena. A los 24 años, ella y su esposo abrieron su primer restaurante en Queens. Eso fue solo el principio para esta ambiciosa empresaria.
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Bastianich y su hijo, Joseph, en la actualidad son dueños de restaurantes en Manhattan, Kansas City y Pittsburgh, y junto al destacado chef Mario Batali son socios propietarios de Eataly, el emporio de alimentos internacionales. Ella es dueña de una agencia de viajes italiana con su hija, Tanya, que también ayuda con los libros de cocina de su madre y su línea de pastas y salsas. Y la abuela de cinco no parece estar moderando su ritmo de vida.
Para celebrar su decimocuarto y más reciente libro de cocina, Lidia's Mastering the Art of Italian Cuisine, Bastianich, de 69 años, y su madre Erminia Motika, de 95 años, hablan del placer de cocinar las comidas familiares con los alimentos de su extenso huerto.
(Video) Cocinando con Lidia Bastianich: La popular escritora de libros de cocina prepara salsa de tomates para pasta.
Lidia: Desde muy pequeña, me dedicaba al huerto. Éramos italianos, viviendo detrás del Telón de Acero en Istría, que actualmente es Croacia, justo después de la Segunda Guerra Mundial. Cultivábamos todo lo que necesitábamos para sobrevivir. Entonces, en 1956, nos escapamos a Italia.
Mamá: Dejé una casa bella, un apartamento bello, a mi madre y a mi padre. Y todo era una gran desesperación. Pero, ¿qué podíamos hacer?
Lidia: No teníamos un huerto en Italia. Vivimos en un campo de refugiados por dos años. Pero entonces emigramos a Estados Unidos en 1958, a Astoria, Nueva York.
Mamá: Ella, enseguida, se fue en busca de un huerto.
Lidia: ¡Sí! Solíamos ir al parque Astoria y recolectar dientes de león para la sopa. La comida se convirtió en una conexión continua al lugar de donde vine. Hoy en día, cultivamos todo lo que necesitamos aquí en nuestro huerto en Queens. Comenzamos con plantas de semillero en la casa y luego las sembramos. Tenemos de todo: perejil, ajo, cebolla, achicoria roja, rúcula, zanahorias, remolachas, col rizada, berenjenas y todo tipo de pimientos. Hinojo para las sopas. Hasta tenemos una higuera.
Mamá: Soy la directora del huerto.
Lidia: No sembramos nada sin su aprobación. La horticultura no solo trata de los alimentos. Es una agradable forma de realizar movimientos cuando has alcanzado una edad madura. Debes agacharte. Realizas un movimiento continuo, de un lado hacia el otro. Mamá nunca se atendió con un médico antes de los 80 años, y por fin le dije que tenía que ir.
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